Reflexión del Pastor Guillermo Decena: «El enemigo también siembra»

El Pastor Guillermo Decena expresa en su mensaje de esta semana que "el maligno trata de perjudicar nuestra fe y la obra de Dios sembrando cizaña, es por eso que es importante que como hijos de Dios cuidemos nuestra vida interior, aceptando lo que más nos convenga para que nuestra fe esté encendida".

El maligno usa la ley de la siembra y de la cosecha para tratar de perjudicar y detener el avance del Reino de Dios. «Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña […]» (Mateo 13:24-30 RVR).

Jesús da la explicación de esta parábola de la cizaña y nos llama la atención con una enseñanza impactante: Jesús siembra su poderosa palabra en los corazones de sus hijos para que den mucho fruto, pero lamentablemente el diablo también siembra en la gente.

La cizaña es tan parecida al trigo que no se pueden diferenciar sino hasta cuando crecen, cuando se ve como su espiga no se inclina, pues tiene escasas semillas. En cambio, la espiga de trigo tiene buen fruto y se inclina por el peso de los mismos.

Podemos aún comparar al trigo con la imagen de humildad, mientras que la cizaña representaría la soberbia y el orgullo de quien no reconoce autoridad ni se deja enseñar. La enseñanza general que da Jesús es que nadie se da cuenta de la cizaña, solamente los ángeles.

De esta misma manera pasó con Judas, porque siendo solamente doce, nadie se había dado cuenta que Judas era del diablo y que jamás acepto el liderazgo de Jesús. Cuando Jesús da la explicación de la parábola afirma que al final de los tiempos, los ángeles recogerán de Su Reino a los que causaban problemas deteniendo el avance del Reino de Dios y siendo usados por el enemigo (Mateo 13:41-42 RVR).

El maligno trata de perjudicar nuestra fe y la obra de Dios sembrando cizaña, es por eso que es importante que como hijos de Dios cuidemos nuestra vida interior, aceptando lo que más nos convenga para que nuestra fe esté encendida.

El apóstol Pablo dice en la Biblia: «Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad»(Filipenses 4:8 RVR).

Debemos tener cuidado con las palabras negativas que oímos, ya que son estas las que pueden hacer decaer nuestra fe. «Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo» (1° Juan 4:1 RVR).

Para ejemplificar esto el Pastor Guillermo Decena detalló que «veremos las vidas de Himeneo, Alejandro y Fileto, ellos fueron personas que estaban en la iglesia en el tiempo del apóstol Pablo. Fueron hombres que causaron daño a la predicación del Evangelio mientras ejercían un papel de liderazgo en la iglesia local de ciudad de Éfeso de la época»:

I) Himeneo.

Himeneo solo se menciona en dos pasajes de la Biblia: “[…] desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar» (1Timoteo 1:19-20).

«Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos» (2 Timoteo 2:17-18).

En el primer pasaje, Himeneo aparece asociado a Alejandro, mientras que en el segundo aparece en relación con Fileto.

Pablo le advierte de Himeneo a Timoteo mientras éste ejercía un importante trabajo en la iglesia de la ciudad de Éfeso. Esto parece indicar que probablemente Himeneo era un maestro en esta ciudad. Además, Pablo lo cita exactamente en un texto en el que aconseja a Timoteo sobre el buen combate de la fe, explicando la importancia y necesidad de mantenerse firme en la verdad del Evangelio y la fidelidad a Cristo. Timoteo debía oponerse a la perversión de la doctrina, pues era una enseñanza que estaba siendo inspirada por Satanás entre algunos efesios. Entre estas personas que naufragaron en la fe, Pablo destaca los nombres de Himeneo y Alejandro. Himeneo rechazó a Cristo, rechazando la clara enseñanza de Jesús. En consecuencia, también pasó a enseñar falsas doctrinas que corrompieron el entendimiento de algunos.

 

II) Alejandro.

Alejandro es uno de los hombres que aparece en varios pasajes del Nuevo Testamento. Primero, en el evangelio de Marcos, Alejandro era hijo de Simón de Cirene, quien ayudó a Jesús a llevar la cruz camino al calvario (Marcos 15:21). En otro pasaje, Marcos nombra a Alejandro y Rufo como si fueran bien conocidos en la iglesia primitiva, pero al final de la carta a los cristianos saluda a todos los hermanos y hace referencia a Rufo y no a Alejandro (Romanos 16:13).

Alejandro era uno de los líderes a los que el apóstol Pablo tuvo que condenar en Éfeso, junto a Himeneo (2 Timoteo 4:14-15). La razón más probable de la cizaña de Alejandro pudo ser el enaltecimiento, o la vanidad. En otras versiones de la Biblia, se lo menciona como “Alejandro el herrero”. En la época, este era un oficio muy bien pagado, por lo que es probable que gozara de un buen pasar económico, y que esto sea lo que lo haya enaltecido. Este es un mal que hasta el día de hoy vemos, personas que provienen de familias reconocidas en un ámbito de la iglesia, y por esto se envanecen y se creen con derechos a tomarse atribuciones que no les corresponden. En definitiva, el enemigo le sembró ideas falsas que fueron de tropiezo para la obra de Dios.

 

III) Fileto.

Fileto significa «digno de ser amado, amable», y es un nombre mencionado solo una vez en la Biblia (2 Timoteo 2:17). Aparece junto a Himeneo como maestros de la herejía en la ciudad de Éfeso. Fileto era uno más que se había desviado de la verdad.

Sin duda, Himeneo, Alejandro y Fileto eran personas que representaban un peligro para la predicación del Evangelio en la ciudad de Éfeso. Eran maestros perniciosos que intentaban pervertir a los cristianos de Éfeso.

En general, eran personas rebeldes, que se erigieron como defensores de la falsa doctrina legalista de la época. Al parecer, utilizaron principalmente mitos y fábulas sobre las genealogías para hacer lograr un reconocimiento adicional en la obra de Dios. Intentaron hacerse pasar por maestros de la Ley, pero ni siquiera sabían lo que estaban enseñando (1 Timoteo 1:3-7).

(1 Timoteo 1:3-4) Pablo los describe como personas que han naufragado en la fe y se han desviado de la verdad. En un primer momento, el apóstol dijo que había entregado a Himeneo y Alejandro a Satanás para que sean castigados, «para que aprendan a no blasfemar» (1Timoteo 1:20).

Pablo se refería a la expulsión de la Iglesia al mundo, es decir, colocarlos bajo poder de Satanás. Aunque esto parece muy duro, contiene un propósito disciplinario con el fin de que se arrepientan y vuelvan transformados.

Himeneo y Fileto negaron la resurrección del cuerpo: Himeneo y Fileto dijeron que la resurrección ya había tenido lugar. Esto significa que negaron la resurrección del cuerpo, y enseñaron solo una especie de versión espiritualizada de la resurrección en el momento de la conversión (2 Timoteo 2:18). Esta negación de la resurrección corporal tenía sus raíces en un concepto muy común en la cultura griega de la época., quienes sostenían que solo lo espiritual es bueno y lo material es desechable.

Según el apóstol Pablo, esta falsa enseñanza de Himeneo y Fileto estaba carcomiendo como un cáncer, y pervirtiendo la fe de algunos (2Timoteo 2:17-18). Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios (1Timoteo 4:1).

Aunque Himeneo, Alejandro y Fileto se estaban infiltrando en la comunidad cristiana, Pablo señala que sus falsas enseñanzas nunca podrían destruir la Iglesia de Cristo. Es por esto que la Biblia enseña a obedecer a sus pastores y no escuchar diversas clases de doctrinas. (Hebreos 13:17).

A pesar de que el apóstol Pablo estaba muy preocupado por la iglesia, tenía la revelación suficiente como para saber que la iglesia de Cristo es indestructible. Así que podemos estar seguros que en toda circunstancia, Dios sostendrá a su pueblo (2 Timoteo 2:19).

Por más que el maligno quiera destruir la obra de Dios, nunca lo logrará. A Dios no lo van a engañar, él conoce a sus hijos y la fortaleza de su pueblo está basada en la vida santa de los hijos de Dios.

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor Guillermo Decena

Centro Familiar Cristiano «Victory Church»

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