Análisis semanal: La casta tiene aumento y una visita de alto contenido político

Mientras el salario privado viene de sufrir la mayor caída desde la hecatombe de 2002, senadores y funcionarios del Ejecutivo nacional obtuvieron jugosos aumentos en sus ingresos, algo a lo que también aspiran los directores de YPF. Guillermo Francos repartió elogios para el Gobierno provincial y bendijo a los “libertarios renovadores” en Misiones. Toto Caputo fue por dólares al FMI y volvió colmado de felicitaciones. La cosecha arranca lenta y analistas miran de reojo al tipo de cambio.

La promesa de que el ajuste esta vez lo iba a pagar la casta se estrelló esta semana contra los sólidos privilegios de la clase política. La motosierra y la licuadora les pasan por el costado, aquello de “no hay plata” podrá ser verdad para las universidades, para la obra pública y para los ingresos de la gente común, pero no se aplica a los aristócratas de la política nacional.

El asunto estalló después de una vergonzosa sesión de la Cámara alta en la que senadores de todos los bloques pergeñaron una estratagema burda con el objetivo de aumentarse los sueldos y que la cosa pasara desapercibida para el resto de la sociedad que a duras penas le pone el hombro a lo que el propio presidente define como “el ajuste más grande la historia”.

Mientras el escándalo copaba la agenda de los medios y en redes sociales se repartían culpas entre oficialistas y opositores, el Ejecutivo nacional aprovechaba el ruido para aumentarle el salario a varios de sus funcionarios de primera línea.

El que abrió la paritaria fue el vocero presidencial Manuel Adorni, que fue ascendido al nivel de ministro, lo que implica que duplicará sus ingresos y pasará a ganar más de 4 millones de pesos por mes.

Después llegó el turno de los senadores. El aumento comenzó a cocinarse el miércoles a la tarde, en una reunión de la que participaron los jefes de bloque y que encabezó la vicepresidenta Victoria Villarruel, que tenía por objetivo definir el temario de la sesión del jueves.

En ese contexto se decidió que el expediente de actualización de las dietas de los legisladores se trataría del modo más discreto posible, sin incluirlo en el plan de labor para que nadie por fuera del Senado supiera de antemano de qué se trataba el proyecto.

El proyecto de resolución llegó al recinto con firmas de integrantes de casi todos los bloques, incluida la del libertario Bruno Oliveras, y fue aprobado luego de un proceso que en el mejor de los casos puede calificarse como curioso.

“Obra en Secretaría un proyecto de resolución firmado por varios senadores, que está también en las bancas de cada uno, para que sea puesto en consideración”, dijo el senador salteño Carlos Romero (Cambio Federal). Victoria Villarruel contestó: “Corresponde entonces votar a mano alzada la habilitación sobre tablas del proyecto S.-615/24, de autoría de varios senadores, que obra sobre las bancas, requiriéndose dos tercios de los votos”.

En ese punto, cualquiera de los legisladores podría haber pedido la palabra para dar o pedir explicaciones, para solicitar que la votación se hiciera de manera nominal o incluso para retirarse del recinto y dejar la sesión sin el quorum necesario.

Todos se quedaron callados, se procedió a la votación, algunos levantaron el brazo, otros apenas hicieron un gesto visible, otros se quedaron quietos, la presidenta ni siquiera se tomó el tiempo para contar cuántas manos se habían alzado y dio el proyecto por aprobado.

Nadie dijo qué era lo que se estaba tratando y el mecanismo de votación a mano alzada evitó que el voto de cada senador quedara registrado. En menos de un minuto todo estuvo resuelto.

Con ese acto sencillo pero emotivo, los senadores se aumentaron las dietas de menos de 2 millones de pesos mensuales a más de 4,5 millones y, ya que estaban, se agregaron un sueldo extra anual, algo así como un aguinaldo.

Durante la sesión, que es el momento en el que los dichos y los actos tienen validez institucional, nadie dijo nada.

Como después explicó un periodista de los que siempre cubren la actividad legislativa, “los que no votaron con la mano votaron con la cola en el asiento” haciendo referencia a que los que no levantaron el brazo también hicieron su aporte, porque si se hubieran levantado de sus bancas todos los que ahora dicen estar en contra del aumento, la sesión se hubiera quedado sin quorum.

Más allá del secretismo que intentaron los senadores, en tiempos de hiperactividad informativa era imposible que tan sugestivo episodio pasara desapercibido. Minutos después de la votación, el asunto ya se había convertido en el escándalo de la semana y el primero en quedar expuesto sobre la picota fue el radical Martín Lousteau por el culposo gesto que hizo para votar.

Entonces comenzó la batalla simbólica por despegarse de tan impopular decisión.

Desde La Libertad Avanza y el PRO aseguraron que sus legisladores no respaldaron el aumentazo, pero desde las demás fuerzas argumentaron que ninguno de ellos dejó constancia de su rechazo durante la sesión.

Como la votación a mano alzada no deja más registro de la votación que la filmación del momento, comenzó una discusión respecto a quien había votado en contra y quien a favor.

Para dilucidar la cuestión, el sitio web chequeado.com, especializado en chequeo de información, consultó al doctor en Ciencia Política de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) Facundo Cruz, quien explicó que cuando se procede a votar a mano alzada es porque hay acuerdo político de todos los bloques y porque se asume que todos votan de forma positiva a menos que pidan la palabra para dejar constancia de su rechazo.

“Históricamente los proyectos de resolución se votan a mano alzada, es habitual porque no suelen ser conflictivos, hay acuerdo previo”, explicó el especialista.

Mientras se desarrollaba el escándalo mediático y la indignación se esparcía a través de las redes sociales, el presidente Milei publicó decretos a través de los cuales les dio rango y jerarquía de ministros a al secretario de Prensa, Eduardo Serenellini, a la secretara General de la presidencia, su hermana Karina Milei, y al secretario Legal y Técnico, Javier Herrera Bravo.  Además, amplió en más de 40 mil millones de pesos el presupuesto que tiene Karina Milei para pagar sueldos en el área que conduce.

Pero quienes verdaderamente descollaron con sus ambiciones salariales son los directores de YPF, entre ellos el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, su vice, José Rolandi, y la ministra de Energía de Mendoza, Jimena Latorre, quienes pretenden multiplicar por cinco su remuneración y llevarla a la friolera de 70 millones de pesos por mes.

La iniciativa está escrita pero el aumento todavía no se concretó, será sometido a votación en la asamblea del directorio prevista para el 26 de abril. De concretarse, los mencionados directores pasarán a cobrar en un mes la misma cantidad de dinero que cobra un asalariado promedio en 20 años de trabajo.

Las repercusiones que tuvo el escandaloso salariazo de la casta puso a todos a la defensiva. Milei pidió que los senadores dieran marcha atrás con sus aumentos, pero no dijo nada de los que dispuso él, el senador del PRO, Luis Juez, anticipó que presentará un proyecto para retrotraer los sueldos y el peronista José Mayans fue más allá y propuso que ningún sueldo de la administración pública supere al del presidente, establecido actualmente en cuatro millones de pesos.

 

Muchos elogios pero ningún dólar

Una delegación del Gobierno nacional encabezada por el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, e integrada también por el jefe de gabinete, Nicolás Posse; el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y su secretario de Finanzas, Pablo Quirno, trajinó despachos del Fondo Monetario Internacional (FMI) en búsqueda de los dólares necesarios para levantar el cepo.

Los funcionarios del organismo de crédito colmaron de aclamaciones a Caputo y destacaron el rumbo de la economía argentina. La titular del organismo Kristalina Georgieva destacó que “la inflación está bajando un poco más rápido de lo que esperábamos inicialmente”, ponderó además que “se está avanzando muy rápidamente con el ajuste fiscal” y que “el país está atrayendo la inversión privada para buscar un mejor rendimiento”.

El problema es que lo único que recibió Caputo fueron elogios, no apareció ninguno de los dólares que fue a buscar y el Fondo dejó indicios claros de que no habrá “plata fresca” para Argentina.

Todo seguirá de acuerdo con lo acordado para cumplir con el pago del crédito otorgado por el FMI a la administración de Mauricio Macri, crédito que el propio Caputo en su función de presidente del Central permitió que fuera destinado a financiar la fuga de capitales que caracterizó a la segunda mitad del mandato del expresidente.

Durante lo que queda del año, solo habrá préstamos para pagar los vencimientos pendientes de aquel crédito.

Otro episodio saliente de la semana económica fue la visita de Milei al foro del Llao Llao. A diferencia del año pasado, esta vez no hubo referencias a la dolarización pero sí una promesa de alivio de la presión fiscal que se daría cuando las cuentas fiscales así lo permitan.

Anticipó que el modelo seguirá con tasas de intereses negativas, como mecanismo para licuar pasivos remunerados y abaratar el crédito al sector privado y negó terminantemente la posibilidad de que vaya a producirse una nueva devaluación.

De los dichos de Milei, se desprende que no habrá salida del cepo en el corto plazo, dado que tanto el ancla cambiaria como la contracción monetaria por la vía de la tasa negativa necesitan del cepo cambiario para evitar niveles inmanejables de volatilidad.

El tipo de cambio es un aspecto al que cada vez más analistas ponen atención. La megadevaluación de diciembre provocó un fogonazo inflacionario de tal magnitud que prácticamente todos los demás precios le terminaron ganando al dólar.

Por más que la inflación haya bajado significativamente desde el pico de diciembre, sigue estando muy por encima de la suba mensual de 2% del tipo de cambio.

El inicio de la cosecha gruesa dejó indicios de que el campo percibe que el dólar está bajo y que podría aumentar. El ingreso de dólares por exportaciones del agro en lo que va de abril está 16% por debajo del mismo lapso del año pasado que fue muy malo para el agro por la severa sequía.

Si el campo demora en liquidar divisas le sumará al gobierno nacional un nuevo factor de presión sobre el tipo de cambio.

Uno de los que habló del tema esta semana fue el economista Carlos Melconian, quien estimó que “el dólar libre del 10 de diciembre 2023 (el día que asumió el actual gobierno) da hoy 2.200 pesos. La discusión hoy es que luego del innecesario dólar a $800, la inflación fue del 90% y el dólar subió al 2% mensual. La visión callejera es que estamos en un problema. El dólar de hoy no es genuino, es trabado”.

Señaló que el dólar “se mantiene en parte por el blend (80% de la exportación liquidada a dólar oficial y 20% al contado con liquidación) y la imposibilidad de pagar las importaciones. Lo sabe todo el mundo. Esto no es un producto de libertad absoluta con inversión, ingreso de capitales, privatizaciones, en la cual uno quiere sacar dólares de la canoa, pero los dólares entran y entran”.

 

Francos, Rovira y el teléfono de Milei

La visita del ministro del Interior, Guillermo Francos, se planteó como un acercamiento en búsqueda de acelerar el trámite de la Ley de Bases y así llegar al 25 de Mayo con los deberes terminados, pero se reveló luego como un acontecimiento político de envergadura que empieza a redefinir el tablero político en la provincia.

Milei es el primer presidente que no tiene una estructura política propia de alcance nacional. Eso hizo que varios dirigentes de diferentes partidos, desde el PRO hasta el radicalismo, pasando por el puertismo y por dirigentes autopercibidos como “libertarios puros”, buscaran “pegarse” a la figura del presidente para ganar casilleros.

Pero una reunión de Francos con Rovira y una llamada telefónica del propio Milei al conductor de la renovación dejaron en claro que el presidente no tiene ningún interés de competirle al Frente Renovador en la provincia y que más bien están interesados en un acuerdo de mutua gobernabilidad.

Ni bien bajó del avión, Francos se trasladó a la oficina del diputado provincial, dialogaron en tono amistoso sobre la actualidad política del país y en un momento de la charla hubo un llamado directo del presidente Javier Milei, interesado en conocer el análisis de Rovira y en avanzar en acuerdos de gobernabilidad.

Según detalló una fuente del Gobierno provincial que participó de la reunión, Milei le pidió apoyo al “Conductor”, le aseguró que no tenía pretensiones de presentar candidatos propios en la provincia en 2025 y dejó el manejo de la política interna en manos de la renovación.

De acuerdo con esta fuente, el presidente se mostró confiado de la buena voluntad del gobierno de Misiones a la hora de aportar de manera responsable a la construcción de un escenario político propicio para la recuperación de la Argentina.

Francos luego tuvo una reunión de gestión con el gobernador Hugo Passalacqua, el intendente posadeño Leonardo Stelatto y el diputado nacional Daniel Vancsik, en la que se habló de las deudas de la Nación con Misiones por fondos de Anses, obras públicas, y regalías energéticas, y donde el ministro se comprometió a ir activando obras que están próximas a terminar y girar fondos pendientes.

En un breve contacto con la prensa, Francos destacó que el Gobierno de Misiones “también ve la necesidad de cambio en Argentina” y que se muestra afín a “apoyar el impulso que le está dando Milei a reorganizar el estado políticas de déficit cero”. “Estamos muy satisfechos con la reunión”, sintetizó aunque reconoció que desde la Misiones también plantean diferencias “que siempre existen y es normal que las haya”, dijo.

Consideró que “Misiones es un motor para el desarrollo de la Argentina” por su “enorme capacidad turística y medioambiental”. Destacó los logros obtenidos en la provincia en materia de aprovechar sus recursos ambientales para generar recursos económicos. “Misiones es un ejemplo para el país es ese sentido”, consideró.

El ministro del Interior de Milei señaló que el eje de la reunión fue la búsqueda de acuerdos de cara a los proyectos que están por tratarse en el Congreso, especialmente la Ley de Bases, mientras que Misiones pidió priorizar algunas obras. Francos reconoció que la emergencia fiscal obligó a la Nación a paralizar la obra pública pero prometió que «después de estos meses de superávit fiscal el Gobierno estima que en la segunda parte del año se podrán retomar algunas obras, ahora estamos en la tarea de punteo para definir cuáles son las obras que se financiarán de acá a fin de año».

Después de reunirse con autoridades del Gobierno provincial, el ministro del Interior de la Nación, Jorge Francos, tuvo un encuentro con referentes libertarios que militaron la campaña de Javier Milei desde dentro de la renovación. Micaela Gacek, Victoria Cáceres, Ariel Bello, Franco Insaurralde y Facundo Fraga estuvieron presentes.

La reunión con Francos fue un mensaje interno muy claro para todo el espacio en el sentido de seguir militando el proyecto de La Libertad Avanza con total libertad en Misiones para apoyar al Frente Renovador.

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