Reflexión del Pastor Guillermo Decena: «Sembrando para cosechar»

El Pastor Guillermo Decena destaca esta semana en su mensaje, la enseñanza de la siembra y la cosecha, “que es básica para comprender las cosas más profundas de la vida espiritual”.

Nuestro Señor contó una parábola que ilustra la ley de la siembra y la cosecha, dando algunos aspectos que son importantes analizar:

“Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la comieron. Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra” (Marcos 4:3-5 RVR).

La enseñanza de la siembra y la cosecha es básica para comprender las cosas más profundas de la vida espiritual. El Pastor Guillermo Decena indicó que por eso hay que tener en cuenta factores importantes a destacar:

1-Las palabras son semillas que llevan consigo el corazón de la persona. Las buenas palabras son semillas preciosas que siempre traerán buena cosecha. Imagínese la palabra de Dios como una semilla perfecta, que puede traer una cosecha para la eternidad. Esta es la enseñanza de la persona que comparte la palabra del evangelio, que cumple la gran comisión de hacer discípulos, sembrando la palabra de Dios cada día para que otros puedan consolidarse en el Reino de Dios y avanzar en la vida cristiana.

Dice el apóstol Pablo que la Palabra de Dios es palabra llena de poder, por tanto, hará una obra sobrenatural en cualquier persona que la obedezca. “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío, primeramente, y también al griego (Romanos 1:16 RVR).

Esto significa que la Palabra de Dios es necesaria para todo tipo de raza y persona, pues delante de Dios no hay diferencias. Todos nos hemos apartado del camino de la vida y hemos elegido la palabra de mentira y hace falta reconocerlo, arrepentirse y elegir la Palabra de vida, de salud y de poder que es la Palabra del Creador.

Jesús decía que “de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45 RVR).
Las palabras revelan lo que hay en el ser interior, los sentimientos y las intenciones. Esto nos debe hacer tomar conciencia de la ley de la siembra y la cosecha, como una poderosa ley en el Espíritu. “Pues la muerte y la vida está en poder de la lengua” (Proverbios 18:21).
De acuerdo a la palabra dicha, se cosecha vida o muerte, salud o enfermedad, abundancia o escases, fuerza o debilidad.

Es por eso, que en nuestras bocas siempre debe hallarse la Palabra de Dios.

2-Cuidadosos al sembrar.
Pero esta parábola nos habla también de un factor importante: ¿dónde sembramos la semilla? Hay que analizar dónde estamos sembrando para no desperdiciar semillas, porque Dios es el que provee las semillas según 2 Corintios 9:10, y además ser lo más fructíferos posibles.

Sin dudas de acuerdo al tipo de tierra será los resultados de la cosecha. En la tierra llena de piedras dice: “Pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y al ciento por uno. Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga” (Marcos 4:6-9 RVR).

Debemos ser buena tierra para recibir la buena semilla de la Palabra de Dios, y también tener cuidado en donde sembramos la buena Palabra. “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen” (Mateo 7:6 RVR).

Echar las perlas delante de los cerdos quiere decir anunciar el Evangelio a personas que no escuchan, rechazan y ridiculizan, burlándose de la obra de Dios. Así, el nombre del Señor es blasfemado y la persona en cuestión acumula para sí pecado adicional y más juicio sobre sí. A esas personas las ganaremos para Cristo mediante el testimonio, siendo una carta legible de Cristo para ellos.

También en cuanto a esto la Biblia habla de las diferentes actitudes de las personas frente a una misma cosa. “También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró” (Mateo 13.:45-46).

Aquel “mercader” era alguien que buscaba algo en la vida que llenara su corazón y diera sentido a su vida y de repente encuentra el precioso tesoro del Evangelio, cuando lo encontró, renunció a todo lo demás de todo corazón, porque valoró a Dios y a su palabra. Esto quiere decir que hay personas que van a valorar la siembra y otras, como Judas, que no lo van a hacer. Hay personas que por más que Jesucristo descienda del cielo para darle palabras no la van a valorar.

Esto nos lleva también a no desanimarnos porque el problema siempre está en la tierra, nunca en la semilla.

El problema fue desparramar palabra sin cuidar donde caía la semilla, el buen sembrador debería administrar bien las semillas porque solo un 25% dio frutos y esto no es algo sabio, pues el 75% de la semilla resultó infructuosa y es una gran pérdida.

3-Los enemigos de la cosecha.

(Marcos 4:15-20 RVR) En este pasaje, Jesús explica a pedido de sus discípulos el significado de la parábola y nos da pie para meditar en los enemigos de la cosecha abundante.

Dios es sabio y ha provisto de capas de protección para que las semillas resistan y lleguen a fructificar, pero evidentemente hay factores poderosos para que no se cumpla el propósito para lo cual es sembrada. Estos son nuestros enemigos:

– El mismo Satanás.Es el enemigo de Dios y el enemigo de la iglesia. Siempre tratará de neutralizar las semillas que sembramos para que no traiga frutos abundantes. Puede hacerlo bloqueando la mente para que no se entienda la palabra, produciendo confusión mental en el que la recibe o trayendo tristeza o incredulidad al sembrador. Pero es bueno recordar esta enseñanza y tomar autoridad contra del devorador de la buena palabra: “ Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, más el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él” (Isaías 59:19).

El Espíritu Santo levanta bandera contra el enemigo dándonos discernimiento y autoridad para poder atar a los demonios y de esa manera levantar una buena cosecha.
– Tribulaciones, dificultades de la vida o persecución.

Claro que la palabra de Dios puede traer tribulación y persecución porque va en contra de la cultura pervertida de este mundo.

Pero debemos seguir adelante, desechando todo tipo de oposición o tribulación, por obedecer a Dios. Las dificultades de la vida o también la incomprensión de los demás pueden hacer perder la abundante cosecha, pues la persona se desanima abandonando así su actitud de fe. Pero la palabra de Dios dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10 RVR).

– Afanes por las cosas materiales, avaricias.

“Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6:10). “Dolores” en el original significa abatimiento: dolor, tristeza, gemido. Mientras que “traspasados” también significa transfigurados, transformados, la persona cambia.

Este tipo de actitud produce vacío y confusión espiritual, que ocasionará siempre que la cosecha no sea como Dios quiere que sea. Tener una mirada puramente material de la vida, hace que no podamos levantar una cosecha abundante, conociendo que la fuente de nuestra cosecha es Dios, nuestro compromiso máximo debería ser las cosas eternas y no enfocarnos en lo temporal, para que Dios pueda tener el primer lugar, pues en definitiva desnudos vinimos al mundo y desnudos nos vamos a ir.

Un detalle interesante es que aun la buena tierra puede dar resultado parcial, al dar solo 30% o 60% de lo sembrado. Esto significa que aun la buena tierra puede ser contaminada por demonios, tribulaciones, aflicciones, preocupaciones o afanes por los bienes materiales. Pero gloria a Dios que, si nos despojamos totalmente de esos factores negativos, que son enemigos de la productividad, podremos llegar a producir el 100%.

Si nos purificamos de estas cosas ¡levantaremos grandes cosechas en la vida!
Que Dios te bendiga, que te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor Guillermo Decena
Centro Familiar Cristiano Eldorado “Victory Church”.

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