Reflexión del Apóstol Guillermo Decena: «Lavarnos los pies los unos a los otros»

El Apóstol Guillermo Decena expresó que "cuando Jesús les lavó los pies a sus discípulos fue un acto de honra y humildad hacia el prójimo, quiso decir que en lugar de buscar ser reconocidos, deberían buscar la manera de servir al otro, tiene que ser un verdadero acto de servicio y sacrificio para imitar lo que Jesús hizo".

Juan. 13:1-20 «Se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin».

Es muy interesante buscar la cronología de este texto, viene en Lucas 22:24-30, después que se presenta la discusión entre los apóstoles acerca de quién sería el mayor en el Reino. Creían evidentemente que muy pronto Jesús iba a establecer un reino terrenal y ellos querían estar en posiciones reconocidas y elevadas. Por lo tanto, el Señor les daría una lección inolvidable de lo que Dios ha establecido para su reino espiritual.

Jesús lavó los pies de los apóstoles para corregir su mentalidad mundana y sus conceptos distorsionados. Mateo 20:25-28es una aclaración muy importante del tema.

El lavamiento de los pies del huésped era un acto común de servicio y de hospitalidad en ese contexto, porque la gente acostumbraba a viajar a pie llevando solamente sandalias. Comúnmente, este era el trabajo de los siervos (1 Samuel 25:41). Era un acto completamente normal y natural entre ellos.

Volviendo al pasaje, los apóstoles todavía disputaban entre sí acerca de quién sería el mayor, pero después entenderían la necesidad de humillarse, de servirse mutuamente y de no buscar satisfacer el ego con reconocimientos y cargos. El Espíritu Santo reveló este tema con toda amplitud, como se puede ver en las epístolas. También se puede ver en Hechos que ellos sí lo entendían después, porque enseñaban y practicaban la humildad y nunca volvieron a discutir cuál de ellos sería el mayor.

«Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo»; es decir, si no entendía a Jesús como un siervo humilde, que les daba ejemplo de cómo se vive la vida espiritual, no podría ser un verdadero discípulo de Él (no tendría comunión con Él). «Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis»; Es decir, en lugar de buscar ser reconocidos, deberían buscar la manera de servir el uno al otro como si fueran esclavos (recuérdese que el servicio de lavar los pies era trabajo de los esclavos). Tiene que ser un verdadero acto de servicio y sacrificio para imitar lo que Jesús hizo.

En este marco, el Apóstol Guillermo Decena resaltó algunos puntos:

– APLICACIÓN PRÁCTICA DE LA ENSEÑANZA DEL LAVADO DE PIES.

1. Primeramente los lideres deben practicar el amor puro y el servicio de humildad para tener parte con Cristo. Esta práctica de servicio y humildad verdadera no es opcional para los lideres. Jesucristo le dijo a Pedro «si no te lavare, no tendrás parte conmigo» (Juan 13:8).

2. El lavado de pies significa que hay contaminación espiritual que debe limpiarse. La práctica del lavado de pies nos lleva a una actitud de arrepentimiento y humildad, limpiándonos de todo orgullo y de ciertas cosas que nos ensucian al aferrarse a nosotros en nuestro caminar espiritual, ya que al igual que el polvo se pegaba a los pies de los viajeros orientales, muchas cosas también se pueden adherir a nuestras vidas durante nuestra cotidianidad. Juan 13:10″El que ya se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, le contestó Jesús ; pues ya todo su cuerpo está limpio. Y ustedes ya están limpios, aunque no todos».

3. El servicio es para todos, sin distinción, porque es un mandamiento del Señor. Es por esto por lo que hay cristianos que no crecen jamás, siendo bebes espirituales en forma crónica. Cuando Jesús dijo “vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros” (Juan 13:14).

4. El lavado de pies en la Biblia es un acto de honra hacia el prójimo: Las palabras de Jesús fueron «…ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis» (Juan 13:15). La palabra “ejemplo” significa aquello que es mostrado, ya sea para imitación o advertencia. Los apóstoles cumplieron el mandamiento siguiendo el ejemplo, y nosotros, para ser apostólicos, deberíamos hacer lo mismo.

5. Jesús nos enseña un principio fundamental del reino de Dios: “que el que es enviado no puede ser mayor que el que lo envió”: Si tuvo que expresar honra hacia todos, aun hacia los más difíciles como Judas Iscariote, entonces nosotros también tenemos que practicarlo, expresando honra hacia todos. Imagínense los apóstoles meditando en el lavamiento de los pies, nunca olvidarían que Jesús sabiendo que Judas lo iba a vender por treinta monedas de plata, igualmente le lavó los pies. Somos siervos de Jesús y por lo tanto, no somos mayores que él. «El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió» (Juan 13:16).

6. El honrarnos los unos a los otros trae como consecuencia la bendición de Dios: Jesucristo mismo lo expresó al decir «…bienaventurados seréis si las hiciereis» (Juan 13:17). Conocer lo que enseña la Biblia sobre el lavado de pies es una cosa, pero sentirlo de corazón amando y sirviendo al prójimo más difícil es otra, y esto, sin duda alguna traerá la presencia de Dios sobre nuestras vidas. Creo que nos enseña a que las obras de misericordia son fundamentales y que no nos quedemos solo en palabras. Practicar la ley de la honra es una siembra en el ámbito del espíritu, que traerá una cosecha de abundancia, tanto espiritual como material.

7. Practicando este principio, estamos alineados a la práctica de los apóstoles, que dieron su vida por Cristo y por su iglesia. Filipenses 2:3. “No hagan nada por contienda o por vanagloria. Al contrario, háganlo con humildad y considerando cada uno a los demás como superiores a sí mismo. Cuando simbólicamente lavamos los pies los unos a los otros, estamos obedeciendo a lo que dice la Biblia sobre cumplir toda la ley.

La responsabilidad hacia los demás. (Romanos 8 13:8-10). No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley.

Conclusión.

Lo que Jesús hizo fue un verdadero servicio de honra, de misericordia, de paciencia y amor puro hacia los demás. Jesús nos dejó un ejemplo de humildad y de practicar la verdadera hospitalidad, dándoles a las personas cabida en nuestro corazón.

¡Esto es servicio de verdad al prójimo, y es la enseñanza y ejemplo de Jesús para todas las generaciones!

Felices Pascuas de Resurrección, hay victoria porque Cristo vive! Que tengas una semana llena de bendición y victoria!

Apóstol Guillermo Decena

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