El Apóstol Guillermo Decena menciona esta semana al rey Uzías y expresa "cuando el Señor prospera, es fácil creer que lo hemos logrado nosotros solos por nuestras propias habilidades o esfuerzos, olvidándonos de Dios, pero hay que tener cuidado con esto, veamos lo que dice la Palabra de Dios".
Reinado de Uzías: “Entonces todo el pueblo de Judá tomó a Uzías, el cual tenía dieciséis años de edad, y lo pusieron por rey en lugar de Amasías su padre” (2 Crónicas 26: 1-4).
REINAR EN EL ESPIRITU ES PREPARAR LA PROXIMA GENERACIÓN.
El padre del rey Uzías era un buen hombre que respetó la palabra de Dios hasta cierto punto. Cuando respetó a Dios fue bendecido, pero cuando se apartó de Dios terminó siendo derrotado. Uzías aprendió de manera directa lo que sucede cuando ofendemos a Dios; y el hijo de Uzías, el rey Jotam, también aprendió de los errores de su padre. Esto nos hace pensar en la impronta que dejamos los padres en nuestros hijos, y el cómo marcará la vida y el futuro. La presencia paternal tiene un gran impacto en el desarrollo mental y emocional de un niño.
Un padre que reina en el espíritu discierne la próxima generación y la prepara, provee educación presente y constante.
“Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” (Proverbios 226).
- Es un buen ejemplo
Un hombre muestra cómo debe ser un buen padre cuando es ejemplo para sus hijos. Un buen padre no es perfecto, pero sí da el ejemplo, y sabe que si obedece a Dios, ese será un legado que dejará a las siguientes generaciones.
- Sabe tratar a sus hijos
“Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del Señor” (Efesios 6:4).
Un hombre que tiene a Dios en su corazón es una nueva criatura. No se escuda en su propia educación para maltratar a sus hijos, sino que se esfuerza por ser un mejor padre. Aunque no sepa cómo hacerlo, busca ayuda y se educa para criar a sus hijos de acuerdo a sus necesidades.
- Un padre sabio sabe disciplinar a sus hijos
Así como Dios nos instruye a nosotros y hasta nos disciplina cuando lo necesitamos, un buen padre educa y corrige a sus hijos porque los ama. Esa disciplina es sabia y de acuerdo a la edad y circunstancias. Sabe que es mejor corregir con amor que ser permisivo y dejar que los hijos caminen confundidos por la vida.
PERSISTIÓ EN BUSCAR A DIOS.
“Y persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, entendido en visiones de Dios; y en estos días en que buscó a Jehová, él le prosperó” (2 Crónicas 26:5).
La prosperidad que da Dios nunca viene por casualidad o por un golpe de suerte. Cuando la persona persiste en buscar a Dios el resultado no se tarda en observar: hay una evidente prosperidad. Se progresa, se va para adelante y hay una fuerza sobrenatural que le empuja a avanzar.
“Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás, será añadido” (Mateo 6:33).
El diablo trabaja para que el cristiano no persista en buscar a Dios, que se desanime, que abandone, que deje de hacer una búsqueda esforzada por Dios. Por esta razón Jesús les exhortaba a sus discípulos a “orar siempre y no desmayar” en Lucas 18:1.
Uzías persistió en buscar a Dios, a pesar de sus obstáculos y de las distracciones del mundo, se puso firme y todo empezó a alinearse para la gloria de Dios. La persistencia y la determinación es la marca de los que van a reinar en el Espíritu y estarán siempre destinados al éxito seguro.
PARA REINAR CON ÉXITO ES NECESARIO HACER GUERRA.
“Y bajo la mano de éstos estaba el ejército de guerra, de trescientos siete mil quinientos guerreros poderosos y fuertes, para ayudar al rey contra los enemigos. (…) Y su fama se extendió lejos, porque fue ayudado maravillosamente, hasta hacerse poderoso” (2 Crónicas 26:13-15).
Uzías fue una persona de gran espiritualidad, pero a su vez nunca dejó de estar atento a la guerra y prepararse para la misma. Un cristiano no se puede descuidar nunca de las estrategias muy sutiles del enemigo invisible.
“Para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2:11).
Para reinar en el espíritu no podemos dejar la sana vigilancia hacia el enemigo, haciéndole retroceder si invadió alguna área de nuestra vida. Uno de los dones más esenciales de un cristiano es el don de discernimiento. Este don nos permite darnos cuenta y estar alertos a la realidad espiritual que nos circunda. Algunos cristianos no se dan cuenta del mover general del demonio en este mundo y aun lo peor: no tienen discernimiento de su realidad interior, pues se creen que son generosos, y son avaros, se creen que aman, y guardan ofensas, se creen que perdonan, y guardan rencor, y lo peor, se creen humildes y son orgullosos.
CUANDO EL ÉXITO CONDUCE AL ORGULLO
“Mas cuando ya era fuerte, su corazón se enalteció para su ruina; porque se rebeló contra Jehová su Dios, entrando en el templo de Jehová para quemar incienso en el altar del incienso” (2 Crónicas 26:16).
Uzías queda paralizado. En unos segundos quedó completamente enfermo de un padecimiento despreciable, que le acompaña hasta la muerte.
- La historia y nosotros
Uzías es una advertencia solemne en contra de las enfermedades del alma, porque no nos dejarán reinar en el espíritu. Cuando el Señor prospera, es fácil creer que lo hemos logrado nosotros por nuestras propias habilidades o esfuerzos.
“Aún el creyente que trata de seguir al Señor tiene este peligro de jactarse del don especial que el Señor le ha dado y actuar como si fuera una habilidad propia” (1 Corintios 9:15-18).
La evaluación final de la vida de Uzías habla de su hijo Jotam.
«Él hizo lo recto ante los ojos del Señor, conforme a todas las cosas que había hecho su padre Uzías, salvo que no entró en el templo del Señor» (2 Crónicas 26:2).
Como resultado de la disciplina sufrida por el padre, el hijo aprendió y no cometió el mismo pecado.
Dios nos de sabiduría y discernimiento para reinar.
Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!
Apóstol Guillermo Decena
Victory Church