Reflexión del Pastor Guillermo Decena: «El último enemigo»

En la reflexión del Pastor Guillermo Decena de esta semana, sostiene que vivimos absortos en las cosas de este mundo y deberíamos tener revelación personal para saber cómo nos perjudica en nuestra relación con Dios. El cristiano sincero sabe darse cuenta cuando el pecado lo quiere dominar, lo quiere engañar, porque muchas veces sin querer caemos en una trampa. Veamos lo que dice la Biblia.

«No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre» 1Juan 2:15-17 RVR.

El último enemigo de nuestra vida espiritual que enfrentamos, es el mundo, que quiere atraparnos, subyugarnos, dominarnos de manera que no tengamos frutos espirituales. Muchas veces las personas están tan atadas al mundo natural, no pueden dar frutos en el mundo espiritual. Es una realidad que corta nuestra comunión con Dios. Nos cuesta muchísimo dimensionar el poder que tiene. Tiene tanto poder como para llevar a la iglesia de Cristo a la parálisis, de tal manera Jesús piensa: “cuando venga de nuevo, ¿hallaré fe en la tierra?”

Vivimos absortos en las cosas de este mundo y deberíamos tener revelación personal para saber cómo nos perjudica en nuestra relación con Dios. El cristiano sincero sabe darse cuenta cuando el pecado de la carne lo quiere dominar, o cuando el diablo lo quiere engañar, pero con el sistema en donde nos movemos, muchas veces sin quererlo, estamos en una trampa, la de apegarnos a las cosas temporales de tal manera nos enfriamos espiritualmente.

Pero aquí nos habla del último gran enemigo a vencer que es “el mundo y las cosas que están en el mundo”. Este enemigo, sale todos los días a tratar de atrapar y controlar nuestras mentes, de manera que perdamos la noción de la realidad del Dios Eterno, Invisible y Creador.

El Pastor Guillermo Decena establece tres puntos principales en este mensaje, estos son:

1- Esta palabra mundo tiene varias acepciones en la Biblia.

El universo. Es el mundo entero creado por Dios, «los cielos y la tierra» surgidos de sus manos (Génesis 1:1), que el NT designa con el nombre «kosmos». La tierra habitada. «Oíd esto, pueblos todos, escuchad, habitantes todos del mundo» (Salmos 49:1).

El evangelio será predicado «en todo el mundo… a todas las naciones» (Mateo 24:14). La humanidad a la que Dios ama y a la que desearía salvar. «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito» (Juan. 3:16). Jesús quita el pecado del mundo (Juan. 1:29). El mundo pecador y malvado, (ideologías) que se aparta de Dios y rechaza su gracia. Es el medio en el que entró el mal por la caída y donde, desde entonces, reina la muerte (Romanos. 5:12).

Todos los pecadores andan «según la corriente de este mundo» (Efesios. 2:2), que está enteramente «bajo el maligno» (1 Juan. 5:19). Satanás es, en efecto, llamado el Príncipe de este mundo (Juan. 12:31; 14:30; 16:11). El mundo “ideológico” aborrece abiertamente a Cristo y a sus discípulos en tanto que ama y escucha a los que son suyos (Juan. 7:7; 15:18, 19; 17:14; 1 Juan. 3:13; 4:5). El mundo se ha cerrado para no recibir a Cristo, Palabra y luz de Dios (Juan. 1:5, 10; 3:19). Este mundo ideológico trata de demostrar permanentemente que no necesita de un Creador, y trata de ridiculizar a los creyentes. Jesús ha venido para iluminar y salvar al mundo (Juan. 12:4647) por lo que el Espíritu actúa para convencerlo de pecado (Juan. 16:8).

 

2- Indicios de que amamos el mundo y las cosas de este mundo.

¿Cómo saber si el mundo nos influencia? ¿Cómo lograr no ser engañados por el espíritu del mundo? Necesitamos pedir revelación a Dios de nuestro estado espiritual. Pero lo que deberíamos interpretar para no equivocarnos, es que debemos amar menos las cosas temporales y pasajeras y amar infinitamente más a Dios y a su Reino, pues es eterno. Todo lo que vemos es temporal y en esta perspectiva deberíamos considerarlo.

«Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo» Lucas 14:26. RVR.

Aquí no nos pide Jesús que no amemos a nuestra familia, nos está pidiendo que tengamos la perspectiva correcta, que el mejor amor tiene que enfocarse en lo eterno y no en lo temporal. Aun la familia es emocional y terrenal pero Cristo nos lleva a la vida eterna. Esto es por qué mucha gente se le muere un ser querido y quieren morir también, porque sus vidas estaban basadas en lo temporal que pasa. Lo que Cristo ganó para nosotros es salvación eterna. Esta debe ser nuestra mirada. Dios discierne el amor profundo de las personas para con Él y para con las personas terrenales.

Esta es una de las grandes revelaciones de los que buscamos más a Dios. El apóstol Pablo decía que por la presencia de Cristo todo era secundario. Aunque él amaba a la humanidad, y daría su vida por Israel, aun así dejaba todo por Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo Filipenses 3:8 RVR

Las preocupaciones no dejan que las personas se puedan gozar en el Señor. El apego a las cosas temporales nos trae sufrimientos.

Otro indicio del amor al mundo y a las cosas temporales de este mundo es el enojo, porque hay una frustración en lo material o temporal (Lucas 12:28-31 RVR) el problema es que estamos aferrados a lo material, y que en realidad no podemos disfrutar nada. Si nos enfocamos en las cosas que provienen del cielo, todas las bendiciones vendrán a nuestras vidas.

 

3- Indicios de que no amamos el mundo y las cosas que están en el mundo.

Sería bueno tener discernimiento de nuestro verdadero estado espiritual, y aquí tropieza la revelación general con la revelación espiritual (Colosense 2:20-23 RVR). Pero meditemos, cuánto tiempo dedico a Dios, cuánto esfuerzo hago por la marcha de su Reino sobre la tierra, cuánta pasión le pongo ¿Y cuánto a las cosas temporales, a las cosas carnales y mundanas? Y la respuesta está en cada uno.

Dios nos ofrece un camino mejor, la oración, cuando tenemos comunión con el Padre las tentaciones que vienen son las cosas temporales de este mundo. Es impresionante las excusas que he escuchado para no servir al Señor en ninguna forma, pero cuánto tiempo estas personas dedican a cosas temporales que a lo largo de la vida no aprovechan sino para desperdiciar un tiempo que es precioso.

Cuando tenemos comunión con Dios el Espíritu Santo nos da tal convencimiento que vamos a terminar eligiendo siempre lo que nos conviene, que es lo eterno. Una de las cosas que da indicios que amamos más a Dios, es que aprendemos a gozarnos más en un futuro de gloria que es incomparable.

Si en vez de regocijarme solo de las posesiones y bellezas terrenales, contemplo con más gozo las promesas de un lugar de gloria, del cielo, donde llanto no habrá, ni tristeza ni dolor. Estoy amando las cosas del cielo, mucho más que de la tierra. Todo lo creado es sombra de lo que viviremos en la presencia de Dios.

El tema es amar más a Dios y a sus intereses terrenales que a las cosas temporales que pasarán. Con la fe nosotros hemos vencido al mundo.

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor Guillermo Decena

Centro Familiar Cristiano Eldorado

Además...

ULTIMAS NOTICIAS

Columnas