Reflexión del Pastor Guillermo Decena: «Las señales X»

"Pedid, y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá" Mateo 7:7 RVR. En la reflexión de esta semana el Pastor Guillermo Decena sostiene que Jesús enseñó en el Sermón del Monte acerca de diversos temas relevantes para la vida cristiana; sin embargo, existen más versículos dedicados a un tema en particular que a cualquier otro: la oración.

El pastor sudafricano del siglo 19, Andrew Murray, escribe en su libro «Con Cristo en la escuela de oración», que Jesús «…no habló mucho de lo que se necesitaba para predicar bien, pero sí mucho de cómo orar bien. Saber cómo hablar con Dios es más importante que saber cómo hablar con el hombre. A Jesús le encanta enseñarnos a orar».

Jesús quería resaltar algo en particular y casi siempre lo que más repetía era esto: ¡la perseverancia, la fe! Para denotar la importancia de esto, Él hace una ordenanza. Luego continúa con una promesa: Él nos asegura que esto traerá un maravilloso desenlace sobre la tierra, pues Dios de alguna manera responderá.

«Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? Mateo 7:8 -11 RVR.

Nosotros tenemos la seguridad que Dios va a responder, porque Él es un Padre bueno. Tenemos que tener esa convicción y deseo, de poder llegar al cielo, en clamor y búsqueda de manera intencional con perseverancia y con fe.

Después de haber predicado en este sermón del monte, grandes y maravillosas verdades y de haber ordenado a sus apóstoles que se mantengan libres de los vicios de la humanidad y se asemejen a los ángeles o arcángeles y al Señor de todas las cosas, les enseñó a observar la justicia de ellos mismos, y también a trabajar por la corrección de los demás.

Además, les habla que no se desanimen ante las muchas dificultades que parecen insuperables. Nuestro Redentor se propone a desafiarlos con una tremenda exhortación: pedir, buscar y llamar, en forma continua. Y esto de insistir es porque en el ámbito espiritual nada es fácil. Y podemos declarar la frase “si fuera fácil todos lo estarían logrando”.

Las tres dimensiones de la oración

1- Pedir

Dios nos dice que pidamos. Cuando ofrecemos nuestras peticiones al Padre, debemos hacerlo con confianza como un hijo le pide a su amoroso, generoso y riquísimo padre. También debemos saber que “todo me es licito, pero No todo me conviene, todo me es licito pero no todo me edifica” 1° Corintios 19:23 RVR.

Por tanto, tengamos fe en la sabiduría de Dios, porque Dios sabe claramente lo que me conviene y lo que edifica a nuestras vidas. Pero muchas veces hay una falta de fervor en la oración, como si fuera un desánimo interior.

La Biblia está escrita para que entendamos lo que tenemos que pedir. El joven rey Salomón se enfrenta a una realidad, la de poder estar gobernando a un pueblo numeroso como fue Israel. (1 Reyes 3: 10-13 RVR). Pidió a Dios sabiduría e inmediatamente obtuvo lo que pidió al Señor, porque pidió lo que debía y lo que es agradable a Dios.

Algunas cosas son necesarias para toda oración: que se pida con perseverancia y fervor, y que contenga una necesidad legítima, que sea de acuerdo al corazón de Dios y para esto tenemos la Palabra, la cual contiene impresa la voluntad de Dios.

Consejos para que las peticiones sean contestadas:

A) Renunciar a toda vida de pecado: porque los que oran y están en pecado, no entienden la santidad de Dios, porque Dios no escucha a los pecadores: “y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad a éste oye” Juan 9:31.

B) Pedir con fe: es muy importante para pedir y recibir: «Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor» Santiago 1:6-7.

C) No desanimarnos: muchas veces Dios tiene otros planes para nosotros. Sin importar las circunstancias debemos alabar al Padre. Perseveremos en la oración.

D) Dios quiere que perseveremos: seamos persistentes en los pedidos que tenemos a Dios, como declara en la parábola del amigo que pide pan, Lucas11:5-13.

E) Pedir específicamente: para que veamos la gloria de Dios. Cuando le pedis a Dios bendición, El promete en la Biblia miles de bendiciones.

 

2- Buscar.

El que busca se enfoca. Prestemos atención a lo que dice la palabra de Dios en ésta ocasión. «Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá» (Mateo 7:7). Podemos ver el llamado a perseverar en la oración en este mandato. En otras palabras les está diciendo: «¡Sigan pidiendo, no dejen de insistir!». Prestemos atención también a la progresión de los verbos empleados. Comienza con el «pedir», obviamente este es el primer paso, pero continúa con el «buscar», aquí ya implica mayor seriedad, acción y dedicación. Buscar es la parte activa. Lo que debemos hacer es enfocarnos realmente en el milagro que queremos de parte de Dios.

Por ejemplo, la mujer que clama a Jesús por su hija atormentada por un demonio (Mateo 15:21-28).

Varias veces Jesús le dijo no, aun finalmente le explicó que él había venido para los hijos de Israel, y ella era extranjera, pero ni eso la frenó de buscar y de seguir a Jesús a todos lados y de rogar por su hija. La mujer con el flujo de sangre, (Lucas 8:43-48), había perdido todo su dinero en manos de los médicos. A pesar que miles de personas rodeaban a Jesús ella se propuso tocar aunque sea el manto de Jesús y empujando y como sea buscó llegar a Jesús y tocarlo, y lo logró. Fue sana. Su esfuerzo de buscar a Jesús no fue en vano. Y Jacob que quería desesperadamente la bendición de Dios, la procuró aprovechando todos los momentos que pudo y tanto buscaba la bendición de Dios que aprovechó cuando su hermano tenía terrible hambre, y le cambió la bendición de Dios por un plato de legumbres. Así mismo el que busca no descansa hasta lograrlo.

En la Biblia encontramos otras enseñanzas acerca de la importancia de buscar, de perseverar y seguir buscando. Por ejemplo, Jesús en el Getsemaní hizo una agonizante petición: «Padre mío, si es posible, pasa de mi ésta copa; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Mateo 26:39).

Otra enseñanza acerca de esto la encontramos en la parábola de la viuda y el juez injusto, en Lucas 18:1-8, donde dice: «Jesús les contó a sus discípulos una parábola para mostrarles que debían orar siempre, sin desanimarse» aleluya.

 

3- Llamar.

«Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano» Isaías 55:6

Después continúa con el «llamar», en el sentido de golpear una puerta; esto habla de pedir y actuar con perseverancia. Ya que, en la mayoría de las veces, la bendición esperada está detrás de la insistencia y perseverancia. Es muy importante llamar al Padre. Pedirle que esté con nosotros y nos acompañe en cada situación. Jesús nos enseña a ser impertinentes y exagerados.

Romanos 4:17 Llamar las cosas que no son para que sean, es una de las tremendas victorias que vienen de la mano del Señor.

La palabra profética es muy importante y tiene ese poder de llamar. Valoremos las palabras que edifican, cosas que no existen pero que existirán. Ezequiel 37:1-10

Dios puede otorgarnos bendiciones sin siquiera pedirlas, pero en su soberanía, Dios determinó que fuera la oración el medio por excelencia por el cual Él conceda las bendiciones a sus hijos. Nuestra oración descansa en la promesa de que seremos escuchados. Ésta promesa es un maravilloso incentivo para la oración persistente.

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor Guillermo Decena

Centro Familiar Cristiano Eldorado

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