El Pincha Centeno, en el testimonio de su hermana Anazul y sus amigos del colegio

Anazul, Alexis y Facundo describen con cariño al pibe amante de Los Ramones y super fanático de Estudiantes de la Plata. Sus gustos, su onda copada y el recuerdo que permanece en la memoria y el corazón a dos décadas de su partida.

El pasado 22 de septiembre se cumplieron 20 años de la muerte del Pincha Centeno y fue casi automático pensar en que ese suceso marcó un antes y después en la noche posadeña. Cuatro años más tarde la violencia se cobró la vida de Iván Mercol. El común denominador que se llevó la vida de dos muchachos fue la violencia.

Anazul Centeno, hermana del Francisco, el Pincha, como le decían sus amigos, habló de lo que le tocó vivir con apenas 13 años.

“Yo tenía 13 años en ese momento con lo cual. no tenía salidas, no iba a los boliches. Lo que pasó fue, terrible, fue un bombazo. Para nosotros fue la peor tragedia de nuestras vidas. Hablaba con mis hermanos también antes de venir para acá y pensaba eso”, confesó.

Para ella la partida de Francisco mato también algo en cada integrante de su familia. Hoy no deja de pensar en que su hermano tenía solamente 17 años y una vida por delante. Había incluso empezado a tantear universidades y de eso incluso recordó un viaje juntos a Buenos Aires.

Como tenía una personalidad vivaz e inquieta, él quería estudiar algo relacionado al marketing o a la publicidad, haciendo hincapié en que era muy extrovertido. A su criterio, era una cuestión que le había hecho ganarse a varios amigos cuando llegaron de Posadas desde La Plata.

Francisco Pincha Centeno, un pibe copado

Facundo Alzaga y Alexis Rasftopolo eran amigos del Pincha.

“Me acuerdo de haberlo conocido en el colegio que íbamos al Nacional, bueno Colegio Martín de Moussy.  Era un chico particular, llamativo, creo que tenía como un cierto magnetismo que hacía que mucha gente lo quisiera conocer o hacerse amigo” dijo Facundo.

Para ambos el Pincha era una gran persona que, a pesar de haber tenido un paso muy fugaz en sus vidas, les dejó una marca. “Igual cada vez que llega a esta fecha, Día de la primavera, queda como un dejo de tristeza”.

Es que la noche que sucedió la pelea que derivó en la muerte del Pincha era el Día del Estudiante y de la primavera. En ese entonces como cualquier adolescente, los chicos además de sus actividades escolares tenían una banda que se llamaba “Correccional” y su segundo recital iban a ofrecer en El Rancho de la Costanera, se había suspendido.

Entonces el plan B, ya que no se presentaría la banda, fue hacer una previa, tomar algo y luego ir al boliche. En ese entonces a El Ángel que se ubicaba sobre calle Córdoba entre Rivadavia y 3 de Febrero.

La última noche

“Esa noche fue una noche muy bonita. La pasamos muy bien. Lo que sí me desconcertó fue lo que pasó posteriormente. Al final –de esa noche- nos encontramos para como para irnos. Lo que me sorprendió fue cómo lo estaban increpando. Lamentablemente ocurrió lo que ocurrió, o sea, una pelea sin sentido que tuvo derivaciones inenarrables”, reflexionó Alexis.

Lo que pasó fue que la discusión que había empezado en el boliche, no terminó allí. A 20 metros de la esquina de 3 de Febrero casi Bolívar, de Carlos Silvestrini y Lucio Mariani golpearon al Pincha hasta dejarlo tirado, según contaron testigos del hecho. Desde allí Alexis lo levantó y ayudó a llegar hasta su casa, donde vomitó y luego se acostó a dormir.

Según consta en las actuaciones judiciales del caso, cerca del mediodía, cuando su padre, Jorge Centeno, lo había despertado para almorzar, el «Pincha» le dijo «estoy mal, me duele la cabeza», razón por la cual lo dejó dormir un poco más. Cuando fue a buscarlo nuevamente cerca de las 13.00, lo encontró con un paro cardiorrespiratorio y en forma inmediata lo llevó al sanatorio, donde los médicos nada pudieron hacer para salvarle la vida. Al día siguiente, tras un breve velatorio, el cuerpo de Francisco Centeno fue enviado a Corrientes y cremado. Allí los dos muchachos que habían protagonizado la pelea quedaron imputados. Años más tarde el juez Eduardo D’Orsaneo, dictó falta de mérito para ambos en la causa caratulada como homicidio preterintencional.

“Todavía siento que es una parte que no está resuelta. Estudiar derecho tiene que ver con esa búsqueda también. Yo soy abogada, me especialicé en derecho penal. La causa no tuvo ningún tipo de resolución, terminó con el sobreseimiento de los dos acusados, los dos imputados en ese momento Lucio Mariani y Carlos Silvestri. Ellos hoy caminan y andan como si no se hubiesen llevado la vida de una persona”, reflexionó Anazul.

En ese entonces la figura del querellante particular no figuraba en el Código Penal, eso ocurrió recién en el año 2013.

“Recuerdo que en esa época no existía la figura del querellante particular. Entonces nuestra familia no pudo presentarse bajo ese concepto. Mi padre había traído incluso a profesionales doctrinarios muy importantes de la provincia de Buenos Aires, de la Universidad Nacional de La Plata, para que vengan a Posadas a hablar sobre la importancia de legislar al respecto de esa figura”, dijo.

Finalmente, todo quedó en que el juez dictó falta de mérito porque no había un cuerpo probatorio.

Jurídicamente ya no hay nada más que hacer al respecto, pero para Anazul “la lucha sigue por otro lado”.

Pincha Centeno

“Se trata de tomar conciencia como sociedad, de la memoria activa de un caso tan doloroso. Poner el ojo en lo que sucede en nuestras escuelas, en las juventudes y cómo lo abordamos de manera integral, no solamente desde las familias. Como responsabilidad primaria de todos en general y también en nosotros como legisladores y legisladoras”, reflexionó haciendo alusión a su actual cargo de diputada provincial.

Si bien pasaron 20 años para Anazul muchas cosas cambiaron, pero otras no tanto. Se viven lamentablemente situaciones de extrema virulencia que se va exacerbando. A ello, se suman otros escenarios como las redes sociales y las nuevas formas de comunicación que tienen los adolescentes de la mano de la virtualidad.

Para culminar en su relato reconoció que hubo una evolución social e institucional que sigue su curso respecto a la prevención y erradicación “las violencias”, tener una memoria activa respecto de lo que pasó con el Pincha y luego con lo de Iván Mercol, puede ser útil para que no se vuelva a repetir.

 

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