Análisis semanal: El ocaso de los frentes nacionales y un conflicto violento que se resolvió con diálogo

Después de una semana en que la grieta dentro del propio Gobierno nacional volvió a ensancharse el Presidente viajará al G7 en búsqueda de respaldo internacional. La economía sigue mostrando signos de recuperación pero también desequilibrios que alimentan la incertidumbre. En Posadas una protesta politizada y de inexplicable violencia logró resolverse con diálogo y firmeza.

Cristina Kirchner reapareció luego de la eyección de Matías Kulfas del ministerio de Desarrollo Productivo y, como cada vez que habla, volvió a establecer los ejes sobre los que giró la semana política en Argentina. Cuestionó a los movimientos sociales, a medio Gabinete y reservó el golpe más sonoro para el propio Presidente: “ganar las elecciones para no cambiar nada, mejor quedarse en la casa”, arengó.

En un mensaje frontal al área que antes controlaba Kulfas y ahora está en manos de Daniel Scioli, Cristina habló de un “festival de importaciones” fogoneado por la falta de un monitoreo eficiente. También cargó contra los titulares del Banco Central, Miguel Pesce, y de la Afip, Mercedes Marcó del Pont, a quienes acusó respectivamente de hacer un manejo deficiente de las reservas y tener una tolerancia demasiado alta a la evasión.

“En el ranking de países evasores Argentina ocupa el tercer puesto. En nuestro país la recaudación representa el 28% del PBI cuando debería representar el 45%. Los primeros son Guyana y Chad. Segundo está Malta. Y el tercero es Argentina junto a Comoras, a Zambia, a Paquistán y no me acuerdo a qué otro país más. Junto a este podio de países evasores tenemos otro podio: en los países con formación de activos en el exterior también somos terceros”, señaló.

Con el diálogo cortado con el Presidente, Cristina utiliza sus apariciones públicas para dejar sus impresiones sobre la marcha actual del Gobierno y para sugerir modificaciones en el rumbo. “Hay un festival de importaciones, creo que el Gobierno debe pensar cómo articular más adecuadamente Banco Central, ministerio de la Producción -que administra el comercio exterior, autoriza las importaciones-, AFIP en la Aduana, porque fija los precios de referencia y controla que no haya sub y sobre facturación. Y el BCRA. Eso tiene que ser articulado, lo cual no estaría sucediendo”, remarcó.

En otro tramo de su discurso cuestionó con dureza a los movimientos sociales en general y al Movimiento Evita que conduce Emilio Pérsico en particular. “El Estado nacional debe recuperar el control, la auditoría y la aplicación de las políticas socialesque no pueden seguir tercerizadas”, consideró.

Más que una cuestión ideológica, detrás de esa crítica hay una disputa que ya lleva mucho tiempo por el manejo de los recursos destinados a la asistencia social. Cristina y el kirchnerismo pretenden manejarlos a través de sus intendentes afines y de organismos del Estado nacional cooptados por La Cámpora, mientras que los movimientos sociales, que se mantienen del lado albertista de la grieta del gobierno, prefieren conservar autonomía en el manejo de los planes y recursos.

Como viene siendo costumbre, el Presidente eligió no responderle a Cristina y prefiere apoyarse en una gestión que no siempre le da el sostén que necesitaría. Sabe que su suerte depende mucho más de lo que pueda hacer su ministro de Economía Martín Guzmán para domar a la inflación sin ahogar la reactivación de la economía, que de lo que pudiera decir Cristina en un acto.

El sábado partió a Munich para participar de la cumbre del G7, grupo que reúne a las economías más poderosas de Occidente. Buscará convencer a ese selecto grupo de que  América Latina puede convertirse en el proveedor de hidrocarburos y alimentos que necesitan para dejar de comprarle a Rusia.

 

Economía de rumbo incierto

En esta oportunidad no viajó Guzmán, que se quedó en el país con la tarea de gestionar vencimientos de deuda en pesos por más de 600 mil millones que operaban en la próxima semana. Logró reducir ese monto a menos de la mitad gracias a un canje anticipado de títulos por más de 358 mil millones, la mayoría de los cuales estaban en manos de organismos del Estado.

Para canjear el resto de la deuda necesitará apoyo de los bancos y si no consigue renovar la totalidad de los vencimientos, deberá cubrir las deudas con emisión monetaria, algo poco recomendable en un contexto de alta inflación. Por otra parte, para seducir a los acreedores deberá ofrecer tasas de interés más altas, lo que enfriaría la reactivación de la economía y engordaría la deuda.

El equipo de Guzmán enfrenta este dilema en un contexto complicado para el sistema financiero argentino sobre el que pesa no solo la crisis económica y la convulsión que generó la guerra en Europa, sino también el ruido que mete la interna del Gobierno.

Bastó una venta de títulos que fuentes del mercados estiman de alrededor de 10.000 millones de pesos ordenada por Enarsa, que necesitaba recursos para importar combustibles, para poner todo patas para arriba.

Esa operación desató un efecto cascada que produjo el desplome de bonos soberanos con salidas netas de Fondos Comunes de Inversión del orden de los 400.000 millones, el riesgo país alcanzó los 2.400 puntos, hubo caída en las acciones y precios récord para los dólares alternativos.

Por otra parte, los datos de la economía real muestran resultados positivos. Los datos de actividad del primer trimestre publicados el jueves por el Indec indican que el PBI creció 0,9% sin estacionalidad respecto del trimestre anterior, en línea con la proyección de crecimiento anual de 4% estimada para 2022.

De producirse sería el segundo año consecutivo de crecimiento de la economía, dato no menor teniendo en cuenta que se venía de tres años de recesión.

También se está recuperando la inversión, que medida sin estacionalidad creció 3,3% contra el cuarto trimestre del año pasado y el consumo privado que registró con una expansión de 3,2% trimestral sin estacionalidad.

La tasa de empleo aumentó 1,7 puntos porcentuales con relación al primer trimestre del año pasado, lo que indica que en todo 2021 y lo que va de 2022, la cantidad de personas ocupadas aumentó en 600 mil.

La contracara es que la mayor parte de los nuevos ocupados tienen trabajo en negro. Comparado con el primer trimestre de 2020, el último antes de la irrupción de la pandemia, el porcentaje de trabajadores no registrados aumentó 3,5 puntos porcentuales.

Vale aclarar que en todos los casos se trata de datos del primer trimestre, cuando la criminal invasión de Rusia a Ucrania todavía no había generado los efectos que luego desató en la economía mundial.

Otra buena noticia para el Gobierno llegó desde el directorio del FMI, que este viernes aprobó la primera revisión del acuerdo con Argentina y autorizó un desembolso inmediato de alrededor de 4.010 millones de dólares.

La titular del FMI, Kristalina Georgieva, declaró que “la economía argentina continúa recuperándose tras la pandemia” pero también dejó una advertencia preocupante al considerar que el cumplimiento de la meta de 2,5% de déficit primario “es esencial para moderar la demanda interna, limitar el financiamiento del déficit y apoyar la acumulación de reservas”.

El staff también advierte que “la alta inflación, si no es abordada, puede alimentar descontento social y debilitar el apoyo político al programa” del Fondo. Y agrega que “estos riesgos no pueden ser complemente mitigados a través del programa diseñado o planes de contingencia”.

Finalmente puntualiza que para lograr el objetivo fiscal establecido en el acuerdo serán necesarias “políticas fiscales más rígidas en la segunda parte del año a través de una reorientación de los gastos que den lugar a una mayor erogación en subsidios energéticos y asistencia social”.

Traducido, el FMI le dice al Gobierno que para cumplir con las metas acordadas deberá afilar la tijera y ajustar un poco más el cinturón.

 

Liga de gobernadores y el ocaso de los frentes

La flamante Liga de Gobernadores, de la que participa Misiones, se reunió este viernes en Chaco con los reclamos de siempre referidos a la distribución de la coparticipación federal, pero también se puso en debate el manejo de los planes sociales y la preocupación por el desabastecimiento de gasoil en zonas fronterizas.

Los gobernadores, más concentrados en los problemas concretos de sus gestiones, tomaron distancia de la interna entre albertistas y kirchneristas y reclamaron de manera apremiante un “plan concreto” para resolver el desabastecimiento de gasoil y para “generar las condiciones de inversión y planificación” que eviten que el mismo problema se produzca el año próximo.

El comunicado en el que se difundieron las principales conclusiones del encuentro alertó sobre el impacto nefasto de la inflación y pidió medidas “efectivas” para desacelerarla. Los gobernadores señalaron que la escalada de precios afecta “el desenvolvimiento de las políticas públicas en nuestras provincias”

La vuelta a los primeros planos de la Liga de los Gobernadores surge de la necesidad de muchos mandatarios provinciales, incluso los más afines al Gobierno nacional, de contar con un espacio en el que puedan discutirse políticas públicas, algo imposible dentro de las dos principales alianzas partidarias (el FdT y JxC) enfrascadas en internas paralizantes.

Los gobernadores intentan conformar un núcleo de poder por fuera de esas alianzas no solo para atender las necesidades propias de su gestión sino también para despegarse de estructuras que se muestran cada vez más alejadas de la sociedad y que generan cada vez más rechazo en la gente.

El desencanto que generan los dos grandes frentes nacionales quedó plasmado en el último relevamiento realizado por la Universidad de San Andrés que en su capítulo electoral revela una muy pobre intención de voto tanto en JxC como en el FdT.

Frente a la pregunta: “si las elecciones presidenciales fueran hoy, ¿a cuál de los siguientes partidos o coaliciones votarías?”, el más claro ganador fue la opción “no sé” que se quedó con el 23% de las respuestas.

Dentro de las variantes positivas, hay un triple empate estadístico, con cifras más bien pobres: Juntos por el Cambio queda segundo, con 16%; los libertarios de Milei y José Luis Espert, terceros, con 15%; y el Frente de Todos, cuarto, con 13%.

Completan: “Otra lista” 7%, “voto en blanco” 6%, “otra lista peronista” (no del FDT) 4%, Frente de Izquierda 4%, “no iría a votar” 4% y “prefiero no contestar” 8%.

Según este informe, entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos no llegan al 30% de intención de voto.

Otro dato sorprendente del informe, es que al analizar posibles escenarios electorales con distintos candidatos, siempre uno por cada frente, en todos ellos gana el libertario Javier Milei.

En este contexto se revela como un acierto anticipado la estrategia de boleta corta que el Frente Renovador misionero comenzó a instrumentar en 2019. Porque le permitió al Gobierno provincial no solo mantener un perfil independiente y autónomo que resultó beneficioso para llevar adelante la gestión sin entrar en disputas que generan rechazo en la sociedad, sino también mantenerse alejado del descrédito general que hoy sufren los grandes espacios nacionales.

En buena medida gracias a ese esquema, Misiones logró niveles de crecimiento económico, empleo e inversiones, muy superiores a los promedios del país sin descuidar el riguroso cuidado del medio ambiente que reconocen todos los visitantes que pisan la tierra colorada.

Las instituciones funcionan y se sancionan leyes útiles para la gente. Cuando aparecen errores, como sucede en todos los gobiernos del mundo, se corrigen inmediatamente. Esta semana, otra vez, un paquete de leyes de altísima utilidad y servicios para la gente tuvo sanción en la Legislatura.

La producción de mieles orgánicas misioneras, primicia en todo el mundo por el marcador biológico único que aporta la selva local; el sistema de gestión de las cuencas hidrográficas y la eficiencia energética marcaron una intensa agenda de trabajo con enfoque en las prioridades de la gente.

 

Violencia inusitada

La paz social que usualmente impera en Misiones se vio empañada esta semana por una protesta de trabajadores municipales de Posadas que sorprendió por la rápida escalada de violencia que desencadenó.

Todo comenzó con un reclamo por pase a planta de trabajadores contratados que se desempeñan como recolectores de residuos. Casi sin que hubiera tiempo para establecer un canal de diálogo, los manifestantes intentaron tomar dependencias municipales y cuando las fuerzas públicas intentaron controlar la situación, fueron violentamente atacadas.

Concejales radicales vieron en la protesta una oportunidad para desgastar la imagen del intendente Lalo Stelatto y no dudaron en brindar apoyo a los violentos manifestantes.

Envalentonados por el apoyo opositor y agitados por la acción de infiltrados, los huelguistas desataron una tormenta de piedras que desembocó en una batalla campal. Bomberos y efectivos de la policía terminaron hospitalizados y manifestantes también salieron lastimados.

A pesar de la obstinación de los manifestantes, el conflicto se resolvió con diálogo, firmeza y carácter por parte del Intendente Stelatto para manejar la situación.

Una encuesta telefónica realizada el viernes reveló que el tiro le salió por la culata a la oposición, porque casi la totalidad de los habitantes de la ciudad condenó el uso de la violencia y la interrupción de servicios públicos para atacar al Gobierno municipal.

 

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