Candelaria | La reserva El Puma continuará cerrada por importantes refacciones para brindar mejor atención a los animales

Con el inicio de la cuarentena en marzo del 2020, la reserva El Puma, cerró sus puertas. Misiones Online tuvo la posibilidad de recorrer sus instalaciones, ver el estado de los animales que se encuentran en recuperación y sobre las obras que se están llevando adelante.

Guido Solowinski, quien responsable de bienestar animal y neonatología de la reserva El Puma, contó que, “se están haciendo unas obras nuevas, y permanecemos cerrados por esto y, porque aun continuamos en un contexto de pandemia”.

Y agregó que, tras este párate, desde el centro de rescate aprovecharon para iniciar estas obras, “todavía tenemos que adaptarnos a este nuevo contexto”, primero para proteger a los animales, y además “estamos trabajando en un proyecto, para que las visitas puedan ser guiadas por todo el Parque”.

Porque antes de la pandemia, “las personas venían y recorrían el predio por su cuenta. Ahora estamos viendo la posibilidad de que estas visitas sean guiadas. Así la gente puede conocer la historia de cada uno de los animalitos”, remarcó fuera de cámaras el profesional.

Con respecto a las construcciones que están llevando adelante, “estamos en plena construcción de un área de cuarentena, una clínica y un área de neonatología nuevas”. Para más adelante se proyecta la construcción de un recinto mucho más grande para Tizón, el puma que fue rescatado de los incendios en 2019.

 

Los animales silvestres no son mascotas

Solowinski recordó que, “los animales silvestres no son mascotas. Esa es la problemática permanente que tenemos, y el otro problema es que vamos muy rápido en las rutas, y que son las causales de porque nos llegan los animales acá”, en referencia a los animales que recibe El Puma.

Y remarcó que, “siempre el mejor recinto es el vacío”.

Actualmente, el parque El Puma tiene en rehabilitación con la posibilidad de reintegrarse a varios animales, entre ellos se destacan un gato tirica, un margay, un venado, un tucán y 2 monos bebés.

 

 

Solowinski reconoce que, “cuando uno trabaja con los animales, lo hace con 2 objetivos, siempre que el animal esté bien y, que se puedan liberar. Hay situaciones en las que lamentablemente no se va a poder liberar, o porque le falta algún miembro o porque perdió la capacidad de olfato, o es ciego. Distintas situaciones por las que han llegado los animales al parque”.

Los animales que “nos llegan son de tráfico de fauna. Porque recordemos que es ilegal tener animales silvestres como mascotas y además les hacemos un año terrible”. Cuando esto ocurre, “se activa todo un protocolo de aislamiento, para que los animales no se adapten al ser humano, de que no nos vea, porque lo normal es el animal nos vea y salga corriendo”, dijo Solowinski.

Y agregó que, “no se tienen que acostumbrar a nosotros. Entonces se trabaja de un montón de formas, para que ese animal no se ‘impronten’, que es la palabra técnica. A veces uno se tiene que disfrazar, ponerse una sábana, para darle la mamadera, utilizar peluches o diferentes estrategias para que el animal no interacciones con nosotros directamente, pero sí que se vayan desarrollando, como normalmente lo hacen. Los procesos de rehabilitación son muy largos. Es un trabajo que requiere de un montón de gente”, concluyó el especialista.

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