Día Mundial del Hábitat 2020: ¿Por qué coincide con el Día Mundial de la Arquitectura?

Las Naciones Unidas designaron el primer lunes de octubre de cada año como Día Mundial del Hábitat para reflexionar sobre el estado de nuestros pueblos y ciudades.

 

En 1985, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, atendiendo a una recomendación de la Comisión de Asentamientos Humanos, designó que el primer lunes de octubre de cada año sería el Día Mundial del Hábitat, con el objetivo de reflexionar sobre el estado de nuestras ciudades, al mismo tiempo que premiar organizaciones o individuos por su excelente contribución a la mejora de las condiciones de los asentamientos humanos.

 

En 1997, la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) decidió sumarse a esta iniciativa y también instituyó el primer lunes de octubre de cada año como Día Mundial de la Arquitectura, coincidiendo con el Día Mundial del Hábitat. Desde entonces, en esta fecha se celebran varias actividades conmemorativas a escala mundial por parte de las secciones nacionales de la UIA, las agrupaciones profesionales de arquitectos y otras instituciones vinculadas con la arquitectura.

 

 

El día del arquitecto alrededor del mundo | Editeca

 

Día Mundial del Hábitat 2020: Vivienda para todos — Un mejor futuro urbano

 

Tener una vivienda adecuada siempre ha sido una cuestión de vida o muerte. La COVID-19 ha hecho esta situación evidente, ya que una de las acciones clave necesarias para detener la propagación de esta enfermedad ha sido que las personas se queden en casa.

 

Al mismo tiempo, la COVID-19 nos ha recordado que el hogar es mucho más que un techo. Un hogar debe ser seguro para permitirnos seguir trabajando, aprendiendo, con acceso a servicios básicos e infraestructura para las medidas de higiene, y con suficiente espacio para el distanciamiento físico. También debe estar ubicado en un lugar que permita a los residentes acceder a espacios públicos verdes y abiertos, oportunidades de empleo, servicios de salud, escuelas, guarderías y otras instalaciones sociales.

 

Se estima que desde antes de la pandemia, 1.800 millones de personas ya vivían en barrios marginales y asentamientos informales, viviendas inadecuadas o sin hogar en las ciudades de todo el mundo. Es probable que ahora experimenten problemas de salud debido a la ausencia de servicios básicos, espacio para el autoaislamiento y la exposición a múltiples peligros socioeconómicos y ambientales, incluidos disturbios y violencia, inundaciones, incendios, contaminación. Todos estos factores les hace ser mucho más vulnerables al COVID-19.

 

Las desigualdades estructurales han salido a la luz a través de la pandemia, lo que demuestra cómo las minorías, los pueblos indígenas y los migrantes se ven afectados de manera desproporcionada por la precariedad de la vivienda, el hacinamiento y la falta de vivienda.

 

El COVID-19 se ha extendido en áreas donde la gente carece de una vivienda adecuada, experimenta desigualdades y pobreza. Los residentes de estas áreas a menudo tampoco son reconocidos, protegidos y corren el riesgo de ser desalojados y reubicados, especialmente en tiempos de crisis.

 

La vivienda es un derecho humano y un catalizador de todos los demás derechos fundamentales, así como la única forma de garantizar el “Derecho a la Ciudad para todas las personas”.

 

Además del estresante entorno de confinamiento en viviendas pequeñas y hacinadas, la interrupción de las redes de protección y la disminución del acceso a los servicios aumentan el riesgo de violencia para mujeres y niños. La ausencia de servicios básicos y la prevalencia del estrés y las condiciones de vida insalubres también contribuyen a la mala salud.

 

Durante toda la pandemia, muchos gobiernos locales y nacionales han puesto en marcha mecanismos para proteger a los más vulnerables, incluidas medidas para abordar la falta de vivienda y los desalojos, así como la prestación de servicios sanitarios básicos. Sin embargo, las intervenciones a largo plazo que se centran en revisar los enfoques actuales de la vivienda y la tierra son cruciales, ya que podrían influir significativamente en el éxito o el fracaso para responder a los eventos extremos y la recuperación futura después de un desastre. La vivienda es tan fundamental para el carácter, la forma y la vitalidad socioeconómica de las ciudades como para los resultados de salud pública.

 

El Día Mundial del Hábitat 2020 presenta la oportunidad de participar en un debate global sobre el impacto transformador del COVID-19 en el sector de la vivienda y de explorar cómo reconstruir mejor las sociedades, aprovechando el papel de la vivienda como catalizador para la entrega progresiva de los derechos humanos y como base del bienestar de las personas.

 

Los problemas relacionados con la vivienda deben estar en el centro del desarrollo urbano sostenible e inclusivo. COVID-19 ha puesto de relieve la paradoja de la vivienda: en un momento en que las personas necesitan refugio con urgencia, millones de apartamentos y casas están vacías.

 

La vivienda inclusiva, asequible y adecuada es la clave para la transformación sostenible de nuestras ciudades y comunidades. El Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 apunta a ciudades resilientes, inclusivas, seguras y diversas para 2030 y una de las metas es el acceso a viviendas y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles para todos y la mejora de los barrios marginales. La pandemia ofrece nuevas oportunidades para que participen todas las partes interesadas.

 

La ONU-Hábitat afirma que las ciudades necesitan líderes que trabajen con las comunidades locales y que reconozcan que es posible ofrecer viviendas para todos. Las estrategias de vivienda, la mejora de los barrios marginales en toda la ciudad y las estrategias de prevención, así como la participación de más de cinco millones de habitantes de barrios marginales, brindan la vía para escalar y acelerar la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en las ciudades y comunidades en la Década de Acción. Las ciudades deben integrar a los vulnerables, pobres y excluidos en el desarrollo urbano general.

 

La pandemia ha demostrado que las ciudades y los gobiernos locales de todo el mundo pueden avanzar hacia la reducción de las desigualdades y los niveles de pobreza y proporcionar acceso a una vivienda adecuada para todos, como catalizador para lograr otros derechos fundamentales.

 

Lema y logo del Día Mundial del Hábitat 2020

 

 

Fuente: un.org / cscae.com / onuhabitat.org.mx

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