“Es un disparate calificar a las interacciones en los espacios de frontera como ilegales”, advirtió especialista de la Unioeste

En el marco de la 5ta edición de Geofrontera, Maristela Ferrari, experta de la Unioeste sostuvo que en base a una investigación que realizaron en el límite fronterizo entre Pato Bragado y Nueva Esperanza, buscan generar conciencia de que las relaciones entre regiones fronterizas están, en cierto modo, esterotipadas porque se las califican como ilegales o solo cómo límites geográficos y no se reconoce la riqueza, familiar, cultural e histórica de los pueblos fronterizos.

 

Maristela Ferrari, investigadora de la Unioeste, señaló que el uso de la palabra frontera no solo sugiere una línea de demarcación en un espacio geográfico donde termina un estado nacional y comienza otro. Según la experta, la frontera también ha sufrido cambios e incorporado nuevos elementos a lo largo del período.

 

“Las interacciones entre pueblos fronterizos son un vaivén cotidiano que forma un espacio de integración fronteriza interesante y que no son reconocidas por los estados nacionales, porque ellos piensan que se está practicando la ilegalidad porque no tienen control migratorio”, señaló.

 

Precisó que es la misma población la que ha creado estas interacciones. “Los espacios de frontera son considerados normalmente como ilegales y no es necesariamente así, porque llevan en sí una historia de vida, de culturas compartidas, de amistades, familiares en común y eso es importante y los estados nacionales considerar esas especificaciones de espacios fronterizos y no solo en relación al control de drogas y la migración (…) En mi opinión es un disparate decir que la relaciones de intercambio fronterizos sean calificados como ilegales”, manifestó.

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