Iguazú | Las pumas “Espumita” y “Arana” pusieron a prueba el protocolo de recaptura de felinos en cautiverio en Güirá Oga: “Fue exitoso”

Desde el Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre Güirá Oga Puerto Iguazú se expresaron a través de sus redes sociales con un informe final sobre la semana de búsqueda y rescate de las pumas que escaparon del recinto y tras una semana de trabajo estratégico por medio del protocolo para su recaptura, lograron un "final exitoso". 

Ayer lograron recapturar a la segunda ejemplar hembra puma que se escapó junto a su hermana hace una semana del lugar y mantuvo en vilo a la comunidad de Iguazú.

 

Al recapturar a los felinos, salvaron sus vidas ya que al ser rescatadas – años atrás- por los guardaparques de una chacra donde habían sido domesticadas de cachorras por el hombre que las secuestró, ya no tienen posibilidades de ser reinsertadas a la selva misionera. Y también, con este final llevaron tranquilidad a los vecinos inmediatos y a la comunidad toda.

 

Jorge Anfuso y Silvia Elsegood, fundadores y directores del Centro de Rehabilitación de Fauna Silvestre Güirá Oga Puerto Iguazú, transmitieron sus sensaciones de tranquilidad y gratitud a todo su equipo, y a quienes se preocuparon, como también a cada institución que realizaron su aporte para llegar a esta final, en un reporte de prensa sobre el episodio, que fue publicado este domingo en sus redes sociales.

El sábado pasado cuando se produjo el hecho de la desaparición de los animales, a no más de cinco minutos de confirmarse el escape, indicaron que se activaron rápidamente todos los protocolos internos del centro Güirá Oga.

 

«Se evacuó a los visitantes que en ese momento estaban recorriendo el refugio y al personal no afectado al área de trabajo con los animales. Esto permitió que menos de una hora, el personal especializado veterinario, acompañado por todo el equipo técnico profesional de Güirá Oga y cuidadores de animales, lograra con escasa luz del día y bajo la llovizna, la recaptura del puma hembra “Espumita” (hermana de “Arana”)», relataron.

 

Al no poder recapturar rápidamente a la segunda puma, y evaluando la posible salida del animal del predio de Güirá Oga, fue cuando se dio comienzo a la segunda fase del protocolo que consta en primer lugar con la comunicación del suceso a las comunidades linderas al refugio (Barrio Orquídeas, comunidad M´Bya Fortín M´Bororé y Ejército Argentino).

 

La segunda medida fue la articulación con instituciones afines y fuerzas de seguridad local. Para ello se realizó una reunión de urgencia con representante de las siguientes instituciones: Ministerio de Ecología de la Provincia, Parques Nacionales Iguazú, Ejército Argentino (Escuela Militar de Monte), Policía de la Provincia, Fundación Vida Silvestre Argentina y Proyecto Yaguareté.

 

“A partir de esta reunión se diseñó una estrategia divida en etapas de acuerdo al movimiento del felino. Así desde todas las instituciones se brindó colaboración rápidamente y se sumaron más cámaras foto-trampas, trampa-jaula, recursos humanos y experiencia para efectuar relevamientos y rastrillajes en la zona», explicó Anfuso.

 

Se trabajó especialmente con la comunidad Fortín M´Bororé ya que dos días después de estar suelta “Arana”, se registraron sus huellas en cercanías de dicha comunidad y se llevó a cabo un acompañamiento permanente del personal de Güirá Oga para asesorarlos sobre cómo debían comportarse ante la aparición del felino.

 

“Se efectuaron numerosos rastrillajes por el borde del monte para evitar alterar la conducta del felino, del cual sabíamos que estaba en la zona. A su vez se mantuvo alerta permanente en toda la periferia de Güirá Oga y hasta el día de la aparición de la hembra, no se dejó un solo instante sin recorrer toda la zona en horas del día, pues a la noche la vigilancia estaba a cargo de las cámaras trampas”, explicaron desde el centro.

puma que se había escapado

El regreso de Arana

Así fue que personal de la institución observó este sábado por la mañana a “Arana” desplazándose con rumbo a un sector cerca del recinto y comunicándolo al resto del personal, lograron finalmente encausarla hacia su recinto sin inconvenientes.

 

“Para el ingreso al mismo fue clave el vínculo de su cuidador con ella, ya que mediante el llamado a través de un silbido característico (reflejo condicionado) y al reconocerlo ayudó a que ingresara donde se encontraba la comida ofrecida”, detallaron sobre las técnicas que llevan adelante como especialistas de rescate de fauna silvestre.

 

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Alerta temprana, comunicación y compromiso

El equipo del Centro Güirá Oga realizó además un agradecimiento especial a la prensa de la provincia que “desde el minuto 0 se interesó y divulgó la noticia y comprendió que el protocolo para contingencias contempla la comunicación mediante gacetillas de prensa. La cobertura de los medios locales tuvo tal impacto que la noticia incluso llego a medios de comunicación extranjeros. Agradecemos el rol que cumplieron para transmitir y llevar tranquilidad a la población local y turistas”.

 

Las situaciones de contingencia como estas son complejas y ponen a prueba la organización y la preparación de un equipo de trabajo.

 

Desde Güirá Oga entienden que para afrontar estas situaciones es clave trabajar en equipo y estar fuertemente capacitados. Ejemplo de ello es contar con un protocolo previo de contingencias, que se ponga en funcionamiento rápidamente y que cuente con roles de acción bien definidos; trabajar en conjunto y solicitar apoyo a otras instituciones para aumentar el expertise y capacidad operativa para enfrentar tal situación; y por ultimo poseer una comunicación diaria con la comunidad local.

 

Durante la semana, en que llevaban adelante la estrategia para recapturar a las pumas, el esfuerzo de todo el personal de Güirá Oga no solo cumplía con la atención diaria de los animales alojados en el centro y nuevos ingresos de animales para su atención, sino también dedicó todo su tiempo en la búsqueda coordinada del animal, aún después de las horas laborales.

 

“A todos los que participaron de la recaptura final, va nuestro agradecimiento, ya que ha quedado demostrado que cuando se trabaja con orden, profesionalismo, en equipo y con pasión, los protocolos de seguridad como en este caso por problemas con grandes felinos pueden ser resueltos con éxito, tanto para los ciudadanos como para el animal”, concluyeron en el comunicado.

Güirá Oga recibirá insumos médicos

¿Porqué los pumas que están en Güira Oga no pueden reinsertarse a su ambiente natural?

Este fue un interrogante que surgió toda la semana en redes sociales, ya que la comunidad en general desconoce. Son varias las situaciones que llevan a considerar a los grandes felinos como yaguaretés o pumas, criados por la mano del hombre, no aptos para ser devueltos a su ambiente natural.

 

Una de esas situaciones posibles es el conflicto humano/doméstico, que no solo puede afectar a los animales domésticos bajo cuidado del hombre sino también la posibilidad de causar graves accidentes con personas.

 

“Lamentablemente contamos con el accidente ocurrido en 1997, cuando un puma de estas características atacó y dio muerte al hijo de un guardaparque nacional a metros de las Cataratas del Iguazú”, explicó Anfuso.

 

Historia de los pumas de Güirá Oga

En el año 2016, guardaparques del Ministerio de Ecología de la zona norte de la Provincia de Misiones, recibieron una comunicación anónima, sobre un colono que poseía en su chacra dos cachorros de “Yaguareté”.

 

Inmediatamente los guardaparques, realizaron investigaciones y lograron después de una semana determinar en donde podrían encontrarse ambos felinos.

 

Sin embargo y al momento de presentarse ante un colono de la localidad de Wanda, pudo decomisarse un solo animal, pues según los dichos de la persona, no había otro. Se comprobó inmediatamente, que no se trataba de un cachorro de yaguareté sino de puma, que al poseer algunas manchas oscuras en el cuerpo característico de todo cachorro de esta especie puede confundir a quién no los conoce.

 

El pequeño fue entregado a Güirá Oga, donde se determinó que era lactante y se trataba de una hembra, se encontraba en buen estado, pasándose a ser identificada internamente con el nombre de “Espumita”.

 

Sin embargo, los guardaparques ante la sospecha de que en realidad se trataba de dos animales, continuaron investigando hasta que 10 días después, lograron atrapar al colono con el otro animal al que pretendían vender.

 

Se produjo así el decomiso del segundo puma que resultaron ser hermanas, pues el chacrero confesó, que había matado a la madre y se quedó con las crías.

 

Ingresada también a Güirá Oga, se denominó “Arana” y se criaron juntas de lactantes, hasta que dos años después, se colocaron en un recinto de amplias dimensiones en medio de la selva de Güirá Oga.

 

 

Por Patricia Escobar

@argentinaforest 

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