(Reuters) - El Parlamento francés vota este jueves el plan reforma de pensiones de Macron, que se basa en retrasar dos años la edad de jubilación, hasta los 64 años, tras semanas de protestas y un debate díscolo, y no estaba claro si el proyecto de ley cuenta con los votos suficientes para ser aprobado.
El plan sobre la reforma de pensiones de Macron, afirma que el proyecto de ley, que se ha enfrentado a enormes protestas callejeras y repetidas huelgas, es necesario para mantener el presupuesto de pensiones en números azules.
Lo que está en juego para el presidente centrista, que ha hecho de este asunto un punto clave de su segundo mandato, son sus credenciales reformistas.
Los sondeos de opinión muestran que una amplia mayoría de los votantes se opone a los cambios de las reformas de pensiones de Macrón, al igual que los sindicatos, que afirman que hay otras formas de equilibrar las cuentas, entre ellas gravar más a los ricos.
El Senado dio luz verde al proyecto de ley por la mañana, como se esperaba, gracias al apoyo de los senadores del partido conservador Les Republicains (LR).
La votación de la tarde en la Asamblea Nacional, la Cámara baja del Parlamento, es harina de otro costal. Allí, los legisladores de LR están divididos sobre la cuestión y el gobierno, que no tiene mayoría absoluta, necesita sus votos.
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Funcionarios del partido gobernante han reconocido que los números son ajustados. Los procedimientos comienzan a las 15.00 horas local (1400 GMT) y podrían durar horas.
“Parece que el recuento no asegura una victoria en la Asamblea Nacional”, dijo Bruno Retailleau, jefe de los senadores de LR a la televisión pública Senat TV. «Ir a votación… es muy, muy arriesgado».
No obstante, existe otra opción para el gobierno. Podría decidir recurrir a un procedimiento conocido como «49:3», que le permitiría sacar adelante el texto sin votación.
Eso garantizaría la adopción del texto, pero seguramente enfurecería aún más a los sindicatos y a los manifestantes, y demostraría que Macron y su gobierno no pueden reunir una mayoría para una reforma tan clave.
Pero si el Gobierno se somete a votación y pierde, se desencadenaría una crisis política que probablemente provocaría la dimisión de la primera ministra, Elisabeth Borne.
En una reunión celebrada en el Palacio Elíseo el jueves por la mañana, Macron comunicó a altos cargos de su partido que quiere que se vote en la Asamblea Nacional, dijo a Reuters uno de los participantes del encuentro. A mediodía estaba prevista otra reunión con los mismos participantes.
“Si hay un voto positivo o un 49:3 no nos rendiremos, la movilización continuará”, dijo Philippe Martínez, del sindicato de línea dura CGT. “Necesitamos más gente en huelga… necesitamos huelgas en todas partes”.
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