“Casi todos los días Monzón y Horacelia se drogaban con el bebé en brazos”, declararon vecinos de la adolescente asesinada y desmembrada en Posadas

Con otros ocho testigos, entre compañeros del trabajo y vecinos del imputado, se reanudó la quinta audiencia del debate oral por el asesinato y posterior desmembramiento de Horacelia Marasca en Villa Cabello, en agosto de 2015. Este miércoles se cierra la etapa de testimoniales y el jueves habrá alegatos.

De los ocho testigos citados para la mañana de este martes, cinco eran compañeros de trabajo del encartado Martín Fernando Monzón (39) y todos ellos coincidieron al dar las características y describir al acusado como un “tipo laburador, atento y buen compañero”.

Monzón llegó a juicio imputado por el delito de “Homicidio agravado por el vínculo” que prevé una pena de prisión perpetua en caso de ser hallado culpable, tal como se enuncia en el inciso 1 del artículo 80 del Código Penal.

El hombre de 39 años está acusado de asesinar de tres puñaladas a su expareja menor de edad Horacelia Génesis Marasca (16) durante la noche del 15 y la madrugada del 16 de agosto del 2015 en un departamento ubicado en la chacra 150, al oeste de la capital provincial. Luego de cometer el crimen, el homicida desmembró el cuerpo de la víctima en cinco partes y los arrojó por distintos puntos del barrio Villa Cabello.

Abrió la ronda de testigos de esta mañana Oscar Daniel Riveros, exjefe de Martín Monzón. El hombre comenzó mencionando que en varias oportunidades vio al imputado junto a la adolescente, inclusive esta última, lo iba a buscar al trabajo a su pareja.

Describió a la mujer como una “piba agresiva” y recordó una oportunidad donde esta le arrojó una olla con comida caliente en la cara de Monzón. En esa línea, Riveros le dijo al ahora imputado que no la llevé más a Horacelia a su lugar de trabajo porque podría causarle problemas.

Además expresó que “Martin me comentó que ella tenía 17 años, pero para mí ella aparentaba de 13 o 14 años, por eso también le alerté que iba a tener problemas en algún momento. `La madre te va a denunciar´, pero él me respondió que ella ni se calienta por la hija”. Aseguró que la jovencita retiraba habitualmente comida del comedor ubicado frente a la carpintería donde trabajaban con Monzón.

Ante la consulta de la defensa, a cargo de Miguel Ángel Varela, el testigo explicó que conoció a Martín Monzón por medio de la madre, quien era directora de una guardería. “En el trabajo él era un pibe que cumplía siempre, se recibió en el Janssen. Nunca tuve ni un problema con él, era muy tranquilo, con perfil bajo”.

Recordó que unos días antes al cruento asesinato, organizaron un evento en la Plaza San Martín y que Horacelia lo acompañó a Monzón, junto a su bebé. “No hubo discusión entre ellos, estaban de lo más bien”.

Por último alegó que le consultó a Monzón sobre cuánto gastaba en drogas y sintetizó que su empleado consumía porque tenía problemas con Horacelia, “con eso se olvidaba de todo”. Agregó, “El problema de él era porque le entraba agua. Muchas veces le dije que esa piba no le convenía, era agresiva, pero él solo se reía”.

En segundo lugar, Leandro Franco, también compañero laboral del imputado, lo describió como un “hombre trabajador” aunque mencionó que “Le di un trabajito de 3 días para hacer un quincho, cómo no cumplió, le pedí que se vaya porque mi madre me pidió que desocupe la casa” Y sintetizó “Monzón no era una persona violenta”.

Orlando Méndez dijo conocer a la pareja de Monzón de vista, porque la mujer lo iba a buscar de su trabajo. “El era una persona excelente, trabajadora y colaboradora. Nosotros hacíamos muebles y el Ministerio de Desarrollo Social se encargaba de distribuir la mercadería”.

El testimonio de Jessica Llanos duró menos de cinco minutos, tan sólo dio características de Monzón, compañero de trabajo, como los anteriores. “Cómo compañero de trabajo era muy bueno, muy trabajador. Si nosotros no entendíamos algo él nos enseñaba, era solidario. Jamás fue violento”.

El siguiente testigo fue Luis Leandro Viera, quien trabajaba junto a Monzón en la carpintería del Ministerio de Desarrollo Social. La única pregunta que le hizo el Fiscal Glinka fue directa: “Tenes que decirme la verdad, sino estamos en un problema, ¿Tuviste relaciones sexuales con Horacelia?”. El hombre fue tajante y dijo “No, no sé cuál es la historia de Monzón y porque dijo que yo estaba con su mujer en su cama”.

Y agregó “En estas instancias no me sorprende más nada después de todo lo que ocurrió. Yo siempre tuve una relación de trabajo y me parecía un hombre trabajador y dedicado a lo que hacía, me sorprendió lo que pasó. Los veía juntos a Monzón y Horacelia pero jamás vi una situación de violencia de él hacia ella”, cerró.

 

“Fumaban con la criatura en brazos”

Los siguientes tres testigos fueron vecinos del barrio donde convivían Monzón y Marasca, quienes alquilaban el departamento 3 planta baja del edificio A en la chacra 150 sobre avenida Tambor de Tacuarí, al oeste de la capital provincial.

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Ninfa del Carmen Breni citó que vivía en el mismo edificio que la pareja pero un piso más arriba y que nunca había tenido diálogo con ellos. Recordó una situación particular “Había humo en la casa de Monzón y cuando salgo a ver por la ventana, veo que la chica estaba quemando ropa interior, la vi levantando un corpiño”.

Ante las preguntas del fiscal y el defensor la mujer aseguraba no recordar, debido al paso del tiempo. Por ello, se leyó una parte de su declaración en etapa de instrucción que podría ser de algún interés en el proceso, “Los dos fumaban marihuana y me molestaba que ellos lo hicieran con la criatura. Estaban sentados fumando con la criaturita en brazos”.

María Eugenia Solis, también vecina de Monzón manifestó no haber tenido contacto con Monzón y Horacelia pero recordó haber visto llorar a la adolescente junto con el bebé afuera de la propiedad. “Casi todos los días ellos dos estaban drogándose con el bebé en el medio”. Cerró y dijo “La vi a ella quemando ropa una vez, no me pareció una situación normal”.

El último testigo de la jornada que declaró ante los Magistrados César Antonio Yaya – presidente -, Gregorio Augusto Busse y Fernando Verón, fue Julio César Ferrer, quien explicó que vive en Villa Cabello desde el año 82 y que conoce a Monzón del barrio, describiéndolo como una persona conocida en esa zona del oeste posadeño.

En instrucción surgió que el hombre también habría tenido relaciones sexuales con Horacelia cuando esta última estaba en pareja con Monzón, pero Ferrer lo negó rotundamente, mencionando que si tuvo una especie de acercamiento con la hermana de la adolescente de 16 años.

“En una ocasión fue Horacelia a mi casa a pedirme algo de comer porque ella no tenía nada. Otra vez fue Monzón y me pidió también si lo podía ayudar porque tenía sangre en el oído, aparentemente ella lo había agredido. Tenía colorada la cara, marcados unos dedos como si hubiera recibido un cachetazo. Ellos se denunciaban y después levantaban la denuncia. Cómo era funcionario le recomendaba que se acerquen a la Comisaría”.

Para la jornada de este miércoles están previstas las declaraciones de tres testigos más, entre ellos dos integrantes del cuerpo médico forense. Se prevé incorporar por lectura las testimoniales de aquellos citados que no se presentaron a declarar en el juicio y cerrar así esta etapa para el jueves proseguir con los alegatos. La sentencia se leería el viernes.

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