Reflexión dominical de Victory Church: «Jugando sobre la línea»

En la reflexión semanal de Victory Church se expresa que "como cristianos podemos pensar que es emocionante vivir la vida al límite, pero Dios no quiere que vivamos así, porque si vivimos en el límite, no tendremos un margen de error". Veamos lo que dice la Palabra de Dios.

Desde Victory Church explican en la reflexión de esta semana que en el futbol, la línea de marcación de la cancha sirve para delimitar el ancho del terreno de juego. Teniendo en cuenta esto y lo dicho anteriormente, con nuestra vida podemos tener dos actitudes: tomarla en serio y vivir con responsabilidad espiritual o tomarla como un juego y recibir lo que viene del enemigo.

• Las líneas tienen una función: Delimitar.

Cuando tenemos límites, fronteras y márgenes, nos sentimos mucho mejor y experimentamos la paz de Dios. El que juega sobre la línea en la vida, nunca podrá experimentar paz interior, siempre estará en riesgo de que la pelota se le vaya afuera.

Job 26:10 (NTV) «Él creó el horizonte cuando separó las aguas, estableció los límites entre el día y la noche».

 

• Los limites.

Un límite es una «línea divisoria» que marca el final de una propiedad o jurisdicción y el comienzo de otra.

En las relaciones interpersonales y en la vida espiritual de muchas personas diferenciar los limites no es tan fácil. Los límites sanos serán los que dividen a una persona de otra, para que cada una pueda tener identidades, responsabilidades y privilegios separados.

Los límites sanos definen y muestran respeto por los demás. Desde el punto de vista bíblico, la Palabra nos ordena que nos controlemos a nosotros mismos, aunque nuestra naturaleza humana desea controlar a los demás.

Tito 2:12 (NTV) «Y se nos instruye a que nos apartemos de la vida mundana y de los placeres pecaminosos. En este mundo maligno, debemos vivir con sabiduría, justicia y devoción a Dios».

Nuestro deseo no es alejar a la gente, pero cuando las personas son destructivas, los límites que establecemos pueden restringir el mal que puedan cometer. Los límites personales o internos ayudan a limitar nuestra inclinación egoísta para controlar o manipular a los demás.

Asimismo, los límites nos protegen de aquellos que desean controlarnos. Una persona con límites claros y sólidos comunica a los demás lo que es y no es permisible.

 

• Intencionalidad del límite.

Los límites se pueden analizar y en función de su motivación o finalidad, evaluar si son sanos o pecaminosos.

Si queremos saber qué límites son piadosos, debemos examinar el motivo. Los límites tienen que ver con asumir la responsabilidad de nuestra propia vida.

Dios nos da la libertad de elegir vivir dentro de sus límites o fuera de ellos. Vivir dentro de los límites de Dios trae bendición, y vivir fuera de ellos trae destrucción y muerte.

 

• En el matrimonio.

Un matrimonio sano requiere límites. Estos mantienen firme la intimidad dentro de la relación, respetando las necesidades de cada persona.

La violación de estos límites rápidamente destruirá la confianza. En una relación sana, ambas personas son libres de amarse y de ser ellas mismas porque ninguna está usando o manipulando a la otra.

 

•En la crianza de los hijos.

Los límites también son útiles en la crianza de los hijos. Establecer límites saludables para los niños los protegerá.

Proverbios 22:6 (NTV) «Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán».

Los límites no saludables tienden a ser controladores y de motivación egoísta. Sin embargo, según la Palabra de Dios, los límites deben guiar al niño para que se convierta en la persona que Dios creó para que fuera.

Los límites permiten a los niños desarrollar una identidad diferente a la de sus padres dentro de la seguridad de su familia.

Naturalmente, cuando los niños no consiguen lo que quieren, se sienten decepcionados, aunque aprender a aceptar el «no» de los demás es esencial para el carácter piadoso, sin embargo, establecer límites con los niños debe hacerse de forma amorosa para que el niño se sienta amado.

Efesios 6:4 (NTV) «Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del Señor».

La instrucción del Señor para los padres es que enseñen los límites al niño, de lo contrario, arruinarán sus vidas.

Proverbios 19:18 (NTV) «Disciplina a tus hijos mientras haya esperanza, de lo contrario arruinarás sus vidas».

Los límites deben ponerse con amor, de esta forma se podrá enseñar a los niños ya que confían en los padres, confían en qué saben lo que es mejor para sus vidas y les entenderán.

Los niños no crecerán para respetar los límites de Dios si no aprenden los límites en su hogar. Pero para esto es necesario como padre ser ejemplo; los padres no pueden enseñar los límites y no cumplirlos ellos mismos. Una persona con límites sanos asume la responsabilidad de su propia vida y permite que los demás vivan la suya.

 

• Actualidad.

El desafío que tenemos como padres es que el camino de nuestros hijos esté formado por buenas decisiones, que a través de estas, sus acciones sean buenas y vivan consecuencias agradables de sus procesos.

Como padres, no podemos alterar las consecuencias de sus decisiones y acciones. Si tratamos de alterar esto, estaremos atentando contra el proceso de formación natural de un límite en la vida de nuestro hijo. Muchas veces nos cuesta en la palabra ver al Padre como padre de Jesús, y es muy importante que podamos evaluar esa relación de padre e hijo entre ellos.

Mateo 27:47 (NTV) 45 «Al mediodía, la tierra se llenó de oscuridad hasta las tres de la tarde. 46 A eso de las tres de la tarde, Jesús clamó en voz fuerte: Eli, Eli, ¿lema sabactani?». Que significa «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».

Dios como padre podría haber dicho, “¡NO! A mi hijo no le tocan un pelo, se la van a ver conmigo”. Sin embargo dice la palabra que Dios se alejó.

Podemos ayudar a nuestros hijos a que tomen mejores decisiones, motivarlos a mejores acciones, pero lo que no podemos hacer es alterar sus consecuencias. Si cambiamos el impacto de las consecuencias en la vida de nuestros hijos, le cambiamos la percepción de la vida misma, de lo bueno y lo malo y se da una percepción errónea de todo lo que lo rodea.

Las consecuencias en el mundo natural como en el espiritual existen y las consecuencias se disfrutan o se sufren.

El padre celestial al ver los pecados de la humanidad se alejó, todo el tiempo le respetó a Cristo en su propósito, en sus decisiones y acciones y también en sus consecuencias.

 

• Quien puso a Cristo en la cruz? El Padre.

Cada vez que veamos a un hijo en una situación extrema sepamos esto: que el padre o los padres los pusieron allí.

Fueron los padres los que los pusieron allí, los que lo llevaron a jugar en esa zona de la cancha como que la pelota nunca se iba a ir afuera, sin importar las líneas y los límites.

 

• Por qué lo puso Dios a Jesús allí, en la cruz? Por nuestra salvación.

En el caso de los hijos terrenales, por la irresponsabilidad de no querer entender esta verdad. El hijo que no experimenta consecuencias va a llevar todas las situaciones al límite, todas a jugar sobre la línea, siempre extremo.

Y ese extremo lo presionará tanto que querrá un cambio, siempre querrá cambiar antes que solucionar. Por ejemplo, separarse, cambiar de trabajo, cambiar de escuela, etc.

El padre celestial no le evitó la muerte al hijo sin que antes haya terminado su propósito en la tierra. Romanos 10:9 (NTV) «Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo».

Lo levantó de la muerte dice la Palabra, y lo puso en un lugar de privilegio. Allí estaba el Padre, para levantar, para acompañar en el sufrimiento.

La enseñanza es: aunque tus decisiones tienen consecuencias, aquí estaré yo, no para evitarte las consecuencias, sino para acompañarte en el proceso de TUS consecuencias.

Que Dios te bendiga, que tengas un feliz domingo y una semana de completa victoria!

Pastor Jorge Libutzki

Victory Church

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