Reflexión del Pastor David Decena: «La oración de fe»

En su mensaje de esta semana, el Pastor David Decena asegura que la oración es la vida del cristiano. Y agrega que en la Biblia, Santiago dice que orar siempre será la respuesta de un hijo de Dios ante cada situación. ¿Estamos mal? Necesitamos orar. ¿Estamos bien? Necesitamos orar. Porque en la oración siempre encontraremos la manera de avanzar hacia delante.

“¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de buen ánimo? Que cante alabanzas. ¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y, si ha pecado, su pecado se le perdonará. Por eso, confiésense unos a otros sus pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa y eficaz”Santiago 5:13-16 NVI.

La oración es la vida del cristiano. Santiago en estas pocas líneas está mostrando cómo orar siempre será la respuesta de un hijo de Dios ante cada situación. ¿Estamos mal? Necesitamos orar. ¿Estamos bien? Necesitamos orar. Porque en la oración siempre encontraremos la manera de avanzar hacia delante.

Estos consejos de oración que Santiago da, guiado por el Espíritu, el de la “oración de fe”, cobra relevancia si queremos ver respuestas sobrenaturales de parte de Dios a situaciones que demandan su poder.

Según Santiago, la oración de fe es la que sana al enfermo, y a la vez, este tipo de oración solo es emitida por los justos. Hay oraciones que nosotros mismos podemos hacer en la situación que estamos atravesando, pero otras en las que necesitamos recurrir a líderes espirituales que caminan en fe y en justicia, para ver la mano de Dios.

En este sentido, la oración de fe es un nivel de oración superior que nos permite ver el poder sobrenatural. Una oración de fe es forjada en los procesos de dolor que nos tocan atravesar. Un líder espiritual no es lo que es porque sí, sino porque se mantuvo a través de diversas adversidades.

Es más, en la iglesia primitiva se solía conocer a los líderes como “ancianos”. La imagen no siempre se correspondía a la edad, sino más bien al proceso. Por eso, aunque cada uno de nosotros pueda orar, necesitaremos la oración de fe de un justo que fue procesado y que aprendió en el proceso de la oración.

El Pastor David Decena enumera a continuación algunas características de la oración que provoca las obras sobrenaturales:

¿Cómo es la oración de fe? Veamos las 4 “IN” de la oración de fe.

1- La oración debe ser Intencional

“Y al orar, no hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan” Mateo 6:7-8 NVI.

La oración de fe persigue una intención clara. Cuando Jesús enseñó sobre cómo orar, dijo que no deberíamos recurrir a una oración sin intencionalidad. Esto es “hablar solo por hablar”. O sea, la intencionalidad se evidencia cuando nosotros pedimos al Padre, sabiendo que somos escuchados, pero comprendiendo que Él ama escucharnos llegar como hijos que confían en su provisión.

El Padre puede saber lo que necesitamos antes de que pidamos, pero desea de todo corazón ver en nosotros la intención de pedírselo igualmente. El hombre y la mujer oran teniendo conciencia de que sus palabras no se las lleva el viento.

Por lo tanto, son oraciones con conocimiento. Tienen detrás la realidad de saber que Dios es un Padre bueno, que siempre escucha a quienes le claman, y que nunca rechaza al que se acerca a Él con fe. Pero cuando no hay intencionalidad, hay incredulidad. La intencionalidad en nuestra oración es una evidencia de lo profunda que es nuestra convicción respecto a que Dios es quien tiene todas las respuestas a nuestras situaciones.

 

2- La oración debe ser Inoportuna

“»Supongamos —continuó— que uno de ustedes tiene un amigo, y a medianoche va y le dice: “Amigo, préstame tres panes, pues se me ha presentado un amigo recién llegado de viaje, y no tengo nada que ofrecerle”. Y el que está adentro le contesta: “No me molestes. Ya está cerrada la puerta, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme a darte nada”. Les digo que, aunque no se levante a darle pan por ser amigo suyo, sí se levantará por su impertinencia y le dará cuanto necesite” Lucas 11:5-8 NVI.

Esta parábola contiene dos enseñanzas sobre la oración de fe. Cuando un justo fue procesado en su fe, aprende en primer lugar, que el Padre ama responder a los que claman en momento inoportunos. Detrás de la inoportunidad hay una actitud en el corazón de la persona de fe: está encarando una vida de oración que le cuesta. No le resulta sencillo orar de madrugada, o levantarse bien temprano. Pero tiene tanta convicción de que su actitud va a llamar la atención de Dios, que se mueve a tiempo y fuera de tiempo.

Cuando la comodidad gobierna a un cristiano su vida de oración también lo refleja. El cristiano cómodo quiere ver resultados sin esfuerzos, y se olvida que nuestras acciones son una evidencia de la fe que decimos poseer. Pero, cuando buscamos a Dios de manera inoportuna y vemos resultados, asumimos la incomodidad como una estrategia fundamental para una vida de oración efectiva.

 

3- La oración dbe ser Insistente

“»Sigue pidiendo y recibirás lo que pides; sigue buscando y encontrarás; sigue llamando, y la puerta se te abrirá. Pues todo el que pide, recibe; todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta” Mateo 7:7-8 (NTV).

Una oración madura aprendió que sostener la misma petición en el tiempo no es una tontería, sino una muestra de cuánta seguridad tenemos en las promesas que Dios nos otorgó.

Porque la fe demanda confianza, y la confianza se evidencia en la paciencia que conlleva la espera. Si en la espera no podemos insistirle a Dios, le estamos mostrando también que no confiamos lo suficiente.

El cristiano de oración insistente aprendió que la perseverancia es lo que distingue a todo aquel que es cercano al Padre. Pero para que nuestra perseverancia en la oración quede en evidencia, primero debemos ser probados en la fe. Durante el proceso de tiempo que esa prueba dure, quedará claro si somos insistentes en nuestra oración y, por lo tanto, si somos capaces de entrar en un nuevo nivel de fe.

 

4- La oración debe ser Intensa

“En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su reverente sumisión” Hebreos 5:7 NVI.

Otra característica de una persona que da oraciones de fe es la intensidad: es el “Grado de fuerza o de energía con que se realiza una acción”.

La vida de oración de una persona de fe necesita intensidad. Porque cuando le ponemos un alto grado de energía a lo que estamos haciendo, estamos evidenciando fe.

Jesús mismo nos mostró intensidad en su vida de oración, y los resultados no fueron negativos. Algunos ejemplos sencillos de intensidad en la oración: Si mostrar energía es levantar la voz, levantémosla. Si mostrar energía es arrodillarnos, no tengamos problemas en postrarnos. Si mostrar energía es permanecer horas en la presencia de Dios, permanezcamos.

En donde hay intensidad, la persona pondrá aún sus emociones. Por eso el Señor oró con “fuerte clamor y lágrimas”, y si Él fue escuchado, nosotros también lo seremos.

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor David Decena

Centro Familiar Cristiano Eldorado

 

 

 

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