Reflexión del Centro Familiar Cristiano Eldorado: ¿Hasta dónde deseas llegar?

En el mensaje del Centro Familiar Cristiano Eldorado, el Pastor hace hincapié en que podamos entender que como hijos de Dios debemos ir creciendo todos los días, debemos desarrollarnos todos los días. Todos hemos nacido con una medida de fe, esta medida todos los días debe ir escalando nuevos niveles.

El Pastor Cristian Arrejin del Centro Familiar Cristiano Eldorado expresa en su mensaje de esta semana que «estamos en un gran año de victoria». Dios desata nuevas temporadas sobre sus hijos e hijas. Sobre todo en aquellos que están a disposición de lo que Dios quiere hacer. Pero es necesario tomar conocimiento de lo que Dios está haciendo. Las escrituras dicen: «dedíquense a la oración con una mente alerta y un corazón agradecido» Colosenses 4:2 NTV.

Es importante tomar conocimiento y conciencia de lo que el Espíritu Santo quiere hacer, tanto en nuestra vida personal como grupal. Necesitamos dedicarnos a la oración con una mente alerta. Lo de estar alertas puede ser en varios sentidos, por ejemplo, para no distraernos o para saber cómo redimir el tiempo. Esto lleva al creyente a estar sensible a lo que el Espíritu Santo desea hacer.

Tenemos que entender que no somos uno más del montón, somos importantes en el Reino de los cielos, tenemos un rol protagónico, y debemos construir la obra de Jesús en la tierra. El libro de Ezequiel 47 nos muestra esta gran corriente del Espíritu Santo; que se encuentra disponible para los que la quieran.

Ezequiel 47:1-12 NTV es un pasaje que se conoce como los ríos que producen sanidad. Son 4 cosas que denotan esta visión, dice que el agua iba creciendo e iba teniendo diferentes medidas en la vida de Ezequiel.

En una interpretación rápida del pasaje, el agua que sale del templo es sin duda el Espíritu Santo. Pero también, otra revelación es que acá se encuentra la disponibilidad o la disposición del creyente, de ser sumergido en estas aguas.

Es importante que podamos entender que como hijos de Dios debemos ir creciendo todos los días, debemos desarrollarnos todos los días. Todos hemos nacido con una medida de fe, esta medida todos los días debe ir escalando nuevos niveles.

Nuestro espíritu necesita todos los días tener procesos necesarios para que podamos vincularnos mejor con la paternidad de nuestro Creador. Porque cada instancia representa un crecimiento, cada medida representa lo que el Espíritu desea que viva el creyente.

Note esto; uno de los detalles que podemos sacar de esta porción de la Palabra, es que la medida entre un nivel de las aguas y del otro era de 530 metros. Esto representa los procesos necesarios que deben afrontarse para poder crecer.

De acuerdo al mensaje del Centro Familiar Cristiano Eldorado de esta semana, hay 4 puntos a tener en cuenta:

 

1- Agua hasta los tobillos (Ezequiel 47: 3).

Esta medida representa el «voy a probar», el «Comenzar a caminar». Cuando uno llega a los pies de Jesús, el agua comienza a mojarnos hasta los tobillos. Cuando mojamos los pies, tenemos la sensación de frescura. Y esto es lo que sucede cuando llegamos a Cristo.

La revelación es que los tobillos representan las decisiones que se deben tomar, representan los cambios de dirección para seguir avanzando. No es casualidad, que a los esclavos en la antigüedad les ataban con grilletes los tobillos. Porque era la forma de decir; que ellos no tenían decisiones propias.

Cuando el creyente es indeciso, termina afectando su salud emocional. El Espíritu Santo, o este nivel de las aguas del río que llegan a los tobillos, significa que Él quiere poner firmeza y determinación en las decisiones que vamos tomando todos los días.

El Espíritu Santo desea afirmarte en tu toma de decisiones, Él quiere que seas firme y determinado. Por eso es necesario caminar con el Espíritu Santo todos los días de nuestras vidas.

 

2- Agua hasta las rodillas (Ezequiel 47:4).

Esta medida representa la humildad, la entrega, la devoción y el arrepentimiento. La revelación aquí, es que se necesita dejar de lado el «Yo». Una rodilla en donde el agua del Espíritu Santo llega, es para rendirse a Dios. Es para dejarnos pastorear.

A nosotros nos interesan las opiniones de Dios para nuestras vidas, y esta opiniones se van a trasmitir a través de sus siervos. Ante cualquier título que se obtenga, nunca dejaremos de ser discípulos, personas enseñables. Y cuando somos personas enseñables, también existe la verdadera humildad, aquella que permite que la gente pueda influir en nosotros para poder aprender.

En esta porción, dice que el río va a cubrir todo, pero donde no habrá vida es en los pantanos y ciénagas, que representan la postura de que todo llega hasta un punto. Dios no puede dar vida cuando uno se cierra (Deuteronomio 28:3). Necesitamos siempre doblegarnos a la voluntad de Dios. En este punto de aprendizaje es donde se necesita desarrollar la habilidad de recibir revelación.

 

3- Agua hasta la cintura/lomos (Ezequiel 47:4).

Está medida representa el esfuerzo, la dedicación y el compromiso. Cuando el Espíritu Santo sube hasta nuestros lomos, la revelación es que en el Reino se tienen responsabilidades personales, y la pregunta es: ¿Qué estás haciendo con ella?

Tenemos responsabilidades desde el minuto 1 en el que entramos al Reino del Cielo, necesitamos responder a dichas posibilidades con todo nuestro esfuerzo y esmero.

Como hijo/a de Dios se tiene la responsabilidad de construir herencias para los hijos; se debe ser responsable en vivir victoriosos en las batallas, para que los hijos no tengan que luchar contra lo mismo que nosotros hemos luchado.

Se nos ha dado una herencia espiritual saludable, y necesitamos acrecentarla. Cuando el río del Espíritu Santo tapa nuestros lomos, necesitamos hacer la milla extra porque esto es para nuestros hijos. Si bien, esto parece ser el mayor grado de entrega, en realidad no lo es, porque todavía la cabeza no se sumergió.

 

4- Sumergirse (Ezequiel 47:5).

Jesús dijo «Ahora ve a las aguas más profundas…» (Lucas 5:4 NVI) Necesitamos estar sumergidos en Dios.

Solamente en las profundidades conocemos y vivimos en ese poder sobrenatural. Los encuentros poderosos con Dios, se dan cuando estamos sumergidos, allí… en su control y en su gobierno.

Cuando estamos en la corriente del Espíritu Santo, en sus profundidades es donde podemos ver los resultados (Ezequiel 47:12).

Cuando estamos sumergidos todas las cosas que anhelamos en nuestro corazón se aceleran.

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de victoria!

 

Pastor Cristian Arrejín

Centro Familiar Cristiano Eldorado

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