Consciencia colectiva: bioconsciencia

Es la suma de las acciones individuales lo que en conjunto deriva en impactos sobre la tierra.

Son cinco las causas consensuadas y descriptas a nivel global (*) que llevan a la pérdida de genes, especies y ecosistemas:

1.El cambio del hábitat

2.La sobreexplotación de los recursos

3.La contaminación

4.Las especies exóticas invasoras y

5.El cambio climático

La especie humana, en su desarrollo y colonización, implementa e impulsa tendencias que, a veces, la alejan de sus orígenes naturales e íntimamente ligados a la naturaleza, a los ecosistemas, a las 8,7 mil millones de especies que habitan el planeta, junto a nosotros.

Al releer el número de especies que habitan el planeta, podríamos preguntarnos: ¿somos tantos?. A su vez, cuando realizamos esa pregunta ¿dónde recae el peso? ¿En tantos? ¿En somos? ¿O lo repartimos de igual manera sintiéndonos parte de un todo y, la importancia y por tanto, nuestra consciencia está en las dos palabras de igual manera?

 

La existencia conlleva el hecho de necesitar recursos tangibles e intangibles, lo material ligado a lo funcional, como caminar y respirar, dos acciones que nos llevaron de un continente a otro. Como alimentarnos sanamente y pensar, dos acciones que nos llevaron…

El pensamiento independiente, en la búsqueda de propuestas para el día a día que nos alienten a querer superarnos como especie, sin provocar daño a las demás representa un desafío sin igual, proponernos utilizar solo recursos que verdaderamente estén disponibles, y que su uso no implique sobre explotación, contaminación, alteración de los ecosistemas en los cuales dichos recursos se generan, que sea nativo y no haya desplazado otras especies para su producción y manufacturación…que su producción sea ambientalmente saludable, y no contribuya al cambio
climático…parece mucho, parece difícil, pero de otro modo estaríamos haciendo daño a otras especies y por tanto, sabiendo que cada especie contribuye, mediante sus procesos metabólicos, biológicos y ecosistémicos, a la suma de bienes y servicios ambientales, nos estaríamos haciendo daño a nosotros mismos.

Mientras los ciclos biológicos y ecológicos en los ambientes naturales sigan ocurriendo, estamos a salvo, pero si advertimos que esos ciclos deben tener lugar en ambientes naturales, y que éstos a su vez son diezmados por el avance de las ciudades, los monocultivos, la desertificación, la extracción desmedida…no estaríamos tan a salvo, más deberíamos preguntarnos qué estamos haciendo por y para la conservación y correcta gestión de los ambientes naturales.

Hoy en día la unidad básica de ambiente natural bien puede construirse a partir del árbol y éste como parte de una plaza, un parque o una reserva.

Una vez más, Misiones posee una riqueza inmensa en cuanto a biodiversidad se refiere, sin embargo, el crecimiento de las ciudades avanza y con ello la demanda de recursos, por eso, a nosotros que vivimos en las ciudades nos concierne la responsabilidad de bregar por esa unidad básica ambiental que posee y brinda la oportunidad de recomponer daños ambientales.

El árbol, por un lado, y los recursos que consumimos por el otro.

Pensar en que la producción y consumo de recursos no dañe a las demás especies del planeta debería importarnos tanto, como para que cada hogar posea un árbol en su vereda , cada persona un consumo responsable de manera tal que las cinco razones que hacen a la pérdida de biodiversidad, poco a poco pierdan consistencia y ganemos en razones para aumentar nuestra calidad ambiental y social.

 

 

(*) IPBES (2019): Informe de evaluación global sobre la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas. ES Brondizio, J. Settele, S. Díaz y HT Ngo (editores). Secretaría de IPBES, Bonn, Alemania.

 

 

 

 

(*) Escriben: Mgter. Lic. Anahí Fleck  / Ing. Agr. Jorge Escalante 

@AnahiFleck

 

 

 

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