La concreción del concepto de ciudadanía digital

Es posible que no tengamos claro qué significa, cómo se materializa, el concepto de ciudadanía digital para las nuevas generaciones. La vida online ha supuesto una ruptura radical con lo anterior y, en ese contexto, se han ido creando nuevos códigos y convenciones de manera permanente. El concepto de ciudadanía incluye determinados valores universales que, acompañados de las competencias psicosociales necesarias y en función de los conocimientos y circunstancias particulares, se traduce en procedimientos y actitudes. El concepto de ciudadanía puede estar consensuado en nuestra sociedad mientras que el de ciudadanía digital se está definiendo. Los diversos estudios sociológicos han constatado el comportamiento de la sociedad y su evolución, pero, sin embargo, todavía estamos tratando de saber qué hacen los nativos digitales en la Red y poco o nada sabemos del porqué. Es complicado intervenir sobre lo que no se conoce bien y que tiene indicadores de progreso difíciles de obtener.

 

Un aspecto fundamental para el ejercicio de la ciudadanía es reconocerse y reconocer al otro como sujeto pleno de derechos y obligaciones. También lo es, en el plano ya coercitivo, la existencia de límites, de normas y leyes claramente definidas que facilitan la convivencia protegiendo nuestros derechos y estableciendo las reglas de juego. En la Red todo esto es mucho menos perceptible, más difuso y etéreo: ¿quién es el otro? ¿es realmente quien dice ser? ¿cuál es el límite? ¿lograrán saber que soy yo? ¿pagaré las consecuencias?… Ciudadanía es implicación, responsabilidad, respeto, cuidado del otro… La despersonalización y el anonimato no son los mejores aliados de la ciudadanía. La ciber convivencia se encuentra así comprometida con mayor facilidad.

 

Estimular los usos socialmente positivos de la Red porque ayudan a percibir el medio como una herramienta de poder, de participación, de encuentro, de intervención enriquecedora en la sociedad. Crear dinámicas que canalicen el sentimiento de pertenencia al grupo y la colaboración en torno a estos usos puede ser un extraordinario avance.

Situar a los propios menores como eje y elemento activo de las dinámicas educativas. Deben ser y sentirse motores del proceso de construcción de la nueva ciudadanía, de su propio contexto online.

Aumentar entre los adultos el conocimiento de los usos actuales de la Red por parte de los jóvenes, así como de las aplicaciones más populares. Para proteger de peligros graves a un menor en la Red no es imprescindible saber de tecnología. Sin embargo, para educar un ciber ciudadano se han de conocer los usos sociales y la propia realidad digital.

Desde luego, es grande el trabajo, a la altura de los cambios y oportunidades que nos está tocando vivir. Ignorarlo es irresponsable y afrontarlo con prontitud y determinación es, sin duda, la mejor inversión para nuestra inmediata sociedad. Poco hay que decir sino … ¡ánimo y manos a la obra!

*Dra. Claudia Zalesak – Abogada -Docente de Nivel Medio – email [email protected]:03764-700832  -Fuentes:www.pantallasamigas.com.es -https://lamenteesmaravillosa.com

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