Celebrando el amor en la Tour Eiffel

Tuve la oportunidad de visitar la ciudad de París en varias ocasiones,  y siempre vuelvo al primer amor la “Tour Eiffel”, que me sigue deslumbrando como el primer día. La torre Eiffel​ (tour Eiffel, en francés), inicialmente llamada “torre de 300 metros”.  Situada en el extremo del Campo de Marte a la orilla del río Sena.

La Tour Eiffel es una estructura de hierro pudelado diseñada por los ingenieros Maurice Koechlin y Émile Nouguier, dotada de su aspecto definitivo por el arquitecto Stephen Sauvestre y construida por el ingeniero francés Alexandre Gustave Eiffel y sus colaboradores para la Exposición Universal de 1889 en París. 

Este monumento parisino, símbolo de Francia y de su capital, es la estructura más alta de la ciudad y el monumento que cobra entrada más visitada del mundo, con 7,1 millones de turistas cada año.​ Con una altura de 300 metros, prolongada más tarde con una antena hasta los 324 metros, la torre Eiffel fue la estructura más elevada del mundo durante 41 años.

Fue construida en dos años, dos meses y tres días, y en su momento generó cierta controversia entre los artistas de la época, que la veían como un monstruo de hierro.​ Tras finalizar su función como parte de las Exposiciones Universales de 1889 y 1900, fue utilizada en pruebas del ejército francés con antenas de comunicación,  y hoy en día sirve, además de atractivo turístico, como emisora de programas radiofónicos y televisivos.

Sus 300 metros de altura le permitieron llevar el título de «la estructura más alta del mundo» hasta la construcción en 1930 del Edificio Chrysler, en Nueva York. 

Recuerdo ese primer contacto visual con la Tour Eiffel. Después de visitar el Arco del Triunfo, me dispuse a bajar por la avenida Kleber que me llevaría directamente a los Jardines del Trocadero. El corazón me latía, como pocas veces pude sentirlo, y me invadía una alegría enorme saber que por fin podría visualizar en vivo y en directo, este famoso atractivo turístico mundial. Tantas veces lo había visto en revistas, o como escenario de películas de amor, que no podía creer que ya estaba por llegar a su encuentro. 

   

Una vez en los jardines, me quedé varios minutos disfrutando una de sus vistas.  El Trocadero son un conjunto de jardines, estanques y fuentes que bajan del palacio de Chaillot hasta el puente de Jena sobre el río Sena en París. Se encuentran en el distrito XVI. Cubren una superficie de 93.930 m² y se alinean en perspectiva con la torre Eiffel, situada al otro lado del río.

Los jardines, junto con la plaza del Trocadero situada al otro lado del palacio de Chaillot, fueron creados con motivo de la Exposición Universal de París de 1878.  Enmarcan la «fuente de Varsovia», también conocida como «fuente del Trocadero», que fue diseñada por el arquitecto Roger-Henri Expert para la Exposición Universal de 1937, al mismo tiempo que el palacio. La fuente está compuesta de una serie de estanques en cascada con 20 cañones oblicuos de agua que dominan un estanque principal salpicado de 56 chorros verticales de agua.

Los jardines presentan numerosas obras escultóricas de estilo art déco, como los conjuntos en piedra de Léon-Ernest Drivier y Pierre Poisson, y las estatuas entre las que destacan El hombre, de Pierre Traverse, y La mujer, de Daniel Bacqué. Las fuentes se adornan de esculturas de bronce, como Toro y gamo, de Paul Jouve, o Caballos y perro, de Georges Guyot.

Muy cerca de allí está el famoso Café du Trocadero, lugar recomendado para disfrutar de una copa de champagne rose mientras se contempla el famoso cambio de luces de la torre, que ocurre cada noche, siempre a cada hora.

Me quedo disfrutando de esta maravillosa postal, y pensando en mi próximo viaje a Paris.

Hasta pronto!

Por Karla Johan.

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