Tiene tres años, padece cáncer y necesita 20 millones de pesos para tratarse en Barcelona

Su afección es grave y una droga que no se consigue en el país es su única esperanza.

Paulina Flores Oberlander tiene 3 años y hace cuatro meses que está en tratamiento. Hace seis comenzó a quejarse de un dolor en el codo y en la rodilla. Tenía una fiebre que no cedía, y estaba anémica. En un hospital de niños de Santiago del Estero, donde vivía creyeron que tenía neumonía, y comenzaron a descartar diagnósticos. Pensaron erróneamente que se trataba de un tipo de reuma.

En un avión sanitario, la familia viajó a Córdoba, donde Paulina quedó internada en el sanatorio Allende. Le descubrieron un cáncer maligno, un neuroblastoma grado IV de origen genético. En su caso, alojado en la médula y generalizado, aunque no tenía tomado ningún órgano. Le pronosticaron un 30% de probabilidades de sobrevida.

Le realizaron tres módulos de quimioterapia. Sus padres, Sebastián un odontólogo de 39 años y Sofía, una abogada de 29, consiguieron dónde vivir en Córdoba capital.

A Paulina el tratamiento no le dio resultado, y una resonancia reveló que tenia dos lesiones nuevas: el cáncer no había retrocedido. La oncóloga propuso entonces hacer tres sesiones con otra droga y un autotrasplante de médula.

Pero la familia empezó a conectarse con padres de otros pacientes, y así descubrieron que un nuevo tratamiento en el hospital San Joan de Deu en Barcelona ofrecía a la nena mayores posibilidades de sanar.

Una nena de Río Cuarto pudo curarse gracias a un ensayo clínico. «Es una inspiración. Yo estoy en contacto con la mamá. Allá hay otra droga que aquí no se consigue y es muy complejo traerla. Hacen inmunoterapia. Queremos ir adonde Pauli tiene más oportunidades», dice la tía, Carolina. «Hay otro nene argentino de apellido Riñón tratándose allí, y le dan 85% de posibilidades de sobrevida. Hay oncólogas conocidas que me confirman que el tratamiento funciona».

«Mi hermano y su mujer están dispuestos a mudarse a Barcelona, pero el presupuesto del hospital es de 310.000 euros, como 20 millones de pesos. Son 8 meses que incluyen diagnóstico, 5 sesiones de quimioterapia, cirugía, inmunoterapia y rayos. Luego, tienen la obligación de quedarse 9 meses más, en total un año y medio. Nos piden una seña de 181.000 euros para darle un turno a mi sobrina. Ya depositamos 444 mil», continúa la tía de Paulina.

Los Flores Oberlander ya consiguieron un alojamiento temporario en Cataluña, y su papá está dispuesto a trabajar de lo que sea necesario: tiene un pasaporte comunitario.

Carolina está agradecida a los médicos argentinos y a las personas solidarias que viralizaron el caso y acercaron recursos para que Pauli pueda seguir sonriendo. «Es increíble la generosidad de la gente, de acá y del exterior, que se ha contactado con nosotros», dice. Lo imposible puede hacerse realidad.

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(TN)

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