Unos cuatro millones de paraguayos están llamados a elegir al nuevo presidente del país entre el oficialista Mario Abdo Benítez y el liberal Efraín Alegre. Las encuestas más difundidas daban la ventaja a Abdo Benítez sobre Alegre y otorgan mayoría colorada en los 17 departamentos del país, cuyas gobernaciones también se elegirán el domingo, publicó la Agencia EFE.
Paraguay vivió la última jornada de reflexión antes de la cita electoral del domingo, en la que unos cuatro millones de paraguayos están llamados a elegir al nuevo presidente del país, un duelo entre el oficialista Mario Abdo Benítez y el liberal Efraín Alegre.
La jornada, en la que está prohibido hacer proselitismo o difundir propaganda política, transcurrió de acuerdo con esas premisas, aunque la campaña electoral ha sido considerada como una de las más frías y apáticas desde la caída de la dictadura, en 1989.
Según los analistas, el electorado transmite cierto desencanto ante un escenario que durante esta legislatura, presidida por Horacio Cartes, del Partido Colorado, ha estado sacudida por los escándalos de corrupción política y de tráfico de influencias en el Poder Judicial.
Tampoco parecen haber despertado pasiones, más allá de a afiliados y convencidos, los dos candidatos con más posibilidades de alcanzar la Presidencia, Abdo Benítez, por el Partido Colorado, y Alegre, por la alianza opositora Ganar.
Abdo Benítez, de 46 años y curtido como legislador en el Senado, es el rostro emergente de la centenaria formación conservadora que ha marcado la política del país durante siete décadas, salvo el periodo comprendido entre 2008 y 2012, cuando la Presidencia estuvo en manos de Fernando Lugo, del izquierdista Frente Guasu.
La concertación de Lugo es uno de los pilares de la alianza Ganar, que encabeza Alegre, presidente del Partido Liberal, el mayor de la oposición y la principal columna de esa agrupación de fuerzas, a la que se suman otros partidos minoritarios.
Quien sea el nuevo presidente, que asumirá en agosto, afrontará un periplo de cinco años en un país con unas perspectivas de crecimiento del 4,5% para 2018, según el FMI, pero con unas desigualdades que contrastan con esas cifras macroeconómicas.
Según los últimos datos oficiales, correspondientes a 2017, Paraguay tiene 1,809 millones de pobres, un 26,40 % de los más de 6,8 millones de habitantes del país, cuyos ingresos per cápita son inferiores al coste de la canasta básica de consumo.
Tiene además un sistema público de salud incapaz de atender las necesidades básicas de los ciudadanos y una educación pública en la que se invierte muy por debajo de la media recomendada por la Unesco.
Y como deuda pendiente tiene el fortalecimiento de unas instituciones que son una de las grietas del sistema político paraguayo, con un Poder Judicial al que se acusa de estar supeditado al Gobierno y una seguridad jurídica en entredicho, lo que se muestra incompatible con la búsqueda de inversión extranjera.
Tanto Abdo Benítez como Alegre han coincidido, en el caso de llegar a la Presidencia, en la urgencia de sanear ese aparato estatal y edificar institucionalidad a través de la convocatoria de una Constituyente para reformar la Carta Magna.
También combatir la corrupción, si bien Alegre, que intenta por segunda vez consecutiva convertirse en jefe del Ejecutivo, ha responsabilizado de esa lacra al actual Gobierno, al que se ha referido como la «mafia», y por extensión a Abdo Benítez, a quien ha significado como un apéndice de Cartes.
No obstante, y en el único debate televisivo que mantuvieron, hace una semana, se mostraron, aunque con matices, favorables a una reforma tributaria en un país con bajos tipos impositivos.
También se han comprometido a invertir más en educación y en sectores sociales, si bien es la alianza opositora la que ha lanzado propuestas concretas como el descenso de la tarifa eléctrica o del precio de los medicamentos.
De las elecciones del domingo también saldrá un nuevo Congreso, una batalla en la que el Partido Colorado ha apostado alto, con Cartes como su candidato número uno al Senado.
Las encuestas más difundidas daban la ventaja a Abdo Benítez sobre Alegre y otorgan mayoría colorada en los 17 departamentos del país, cuyas gobernaciones también se elegirán el domingo.
Ello incluye el departamento Central, el mayor semillero de votos y hasta ahora un feudo liberal.
Los colegios electorales abrirán a las 07.00 hora local (11.00 GMT) y cerrarán nueve horas después.
Fuente: EFE