¿Por qué algunas personas no pueden bajar de peso solo con dieta?

El sobrepeso y la obesidad son, sin dudas, patologías de causas múltiples, ya sean genéticas, por malos hábitos alimentarios, sedentarismo y, los aspectos psicológicos que acompañen a la persona, lo cual influye directamente sobre las emociones y estas, a su vez, con la ingesta de alimentos. Comúnmente, escuchamos decir a muchas personas que padecen de ansiedad relacionada a la comida, lo cual implica que su estado ansioso, por otras cuestiones de su vida, lo lleve a comer de más y alimentos que quizás no sean los más adecuados.

Por ello, hoy consultamos al licenciado en psicología, Wilson Heisler, acerca de este tema que nos afecta tan frecuentemente, y nos decía lo siguiente:

“Hay personas en las cuales el sobrepeso estará más vinculado a algunos aspectos que a otros; en algunas predominan factores psicológicos que se encuentran implicados en esa condición física, podemos mencionar por ejemplo personalidades ansiosas, personas con conductas auto gratificantes, o incluso experiencias traumáticas vinculadas a los significados de la comida, alimentación, el cuerpo, etc. Sin forzar mucho la experiencia, muchos escuchamos alguna vez decir: en cierta etapa de mi vida tuve que privarme tanto de algunas cosas que ahora no pienso hacerlo… o también, tengo que “darme el gusto” ahora porque después no voy a poder.

Otro de los aspectos es la motivación. Definida como la fuerza que impulsa a la conducta, muchas personas encuentran un modelo de dieta atractivo o aconsejado, pero su motivación todavía no se encuentra en un nivel adecuado como para llevar adelante conductas de cambio, con las resistencias y dificultades que dicho proceso conlleva”.

También es cierto, que las emociones nos llevan a adoptar diferentes conductas en relación a nuestra alimentación, algunas veces positivas, pero muchas otras, negativas para nuestro estado de salud y nutricional.

 ¿Qué rol juegan las emociones a la hora de comer?

El licenciado nos explica: “Como expresé antes, comenzamos a explorar y relacionarnos con la comida y los hábitos alimenticios junto a esas primeras relaciones de nuestra vida. Los seres humanos somos naturalmente dependientes, necesitamos de la asistencia de ese “otro” que nos asista, con cuide, nos alimente; ese “otro” que nos recibe en este mundo, nos comienza a mostrar como vincularnos con el mundo, nos alimenta y con ese acto no solo nos da comida, sino que nos da afecto, porque de no hacerlo no subsistiríamos. Desde ahí considero que el vínculo entre la comida y las emociones esta sellado.

Consideremos también la presencia de nuestra “memoria olfativa o gustativa”, la cual mediante ciertos estímulos evoca y hace que volvamos a experimentar ciertas emociones vinculadas a momentos de nuestra vida en que sabores y emociones se fundieron en una experiencia.

Podemos también pensar en los estados emocionales que condicionan nuestras expresiones alimentarias. Decimos, por ejemplo, tengo un nudo en el estómago cuando estamos tensos. Te voy a comer a besos cuando alguien nos provoca ternura, incluso nos referimos las relaciones sexuales con claras analogías a lo culinario.  Hablamos de cómo expresiones emocionales, como la alegría, la bronca, la angustia, el placer, etc, se encuentran detrás del acto de comer o no comer y lo condicionan: Desde pequeños calman nuestra angustia gratificándonos oralmente; el niño que enfadado hace el berrinche de no comer angustiando a sus padres; el juntarnos con amigos o familia y “tener que” comer porque si no es como que no sabemos juntarnos o no sabemos qué hacer; el comer como gesto mediante el cual se demuestra afecto (si comiste mucho les caes bien a los anfitriones)”.

¿Qué nos recomienda para tratar este problema?

Somos seres integrales que no podemos comprendernos parcialmente, sería bueno comenzar a entender y atender integralmente la problemática del sobrepeso y la obesidad, y esto hace a que desalentemos la búsqueda de “recetas” y nos orientemos en abordar a cada persona en “su” problemática, a no aceptar “ofertas milagrosas” y comprometernos en un proceso de reencuentro con nosotros mismos que nos dirija a un cambio integral de estilo de ser y estar en nuestro mundo”.

Por la licenciada Romina Krauss – M.P. N° 147

Entrevistado: Licenciado Wilson Heisler

 

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