Santoral, guiso y chamamé: una celebración única y genuina en Paraje Tacuaruzú

El jueves se realizó la 30º “Fiesta Provincial de San Fermín y el Guiso Campero”, una festividad que nació con una "yerra" y se fue transformando en uno de los eventos más tradicionales y pintorescos de la provincia. Fue la primera edición en la que no estuvo el fundador y anfitrión Fermín "Toti" Pérez, quien falleció en 2019.

 

El paisaje que envuelve al Paraje Tacuaruzú impacta a primera vista. Caminos pedregosos que se elevan y zigzaguean entre el verdor del monte, desde donde se despliegan los campos, que dejan ver en sus planicies, las formas y elementos de una cultura que persiste.

Se avistan: antiguas tranqueras con nombres tallados y banderas, pozos de agua, corrales de ovejas, peones a caballo arreando ganado, ñandúes correteando en el llano, caranchos en bandadas sobrevolando el cielo, y una ermita del Gauchito Gil casi en la entrada del Establecimiento San Fermín, epicentro de la Fiesta Provincial de San Fermín y el Guiso Campero.  «Acá se vive como antes. Nos gusta conservar las tradiciones» asegura un baqueano de camino a la fiesta.

Emplazado en un rincón rural del municipio de Profundidad, a unos 60 kilómetros de Posadas, Tacuaruzú mantiene una población cercana a las 150 personas, cantidad que suele multiplicarse cada 7 de julio, cuando desde colonias cercanas e incluso de distantes ciudades, arriban al lugar centenares de personas que vienen a compartir la fiesta.

Se trata de un evento que atesora varias historias detrás, entre ellas la de su creador y principal promotor, don Fermín «Toti» Pérez, quien comenzó con la fiesta hace 30 años. Fermín falleció en noviembre de 2019, y la fiesta, debido a la pandemia, no se realizó durante los dos años siguientes a su muerte. Por eso, la 30º edición realizada el jueves de esta semana, tuvo una singular y emotiva impronta: fue la primera vez que Fermín no estuvo en presencia física.

«Hacía mucho frío, pero la fiesta salió igual. Nunca imaginamos que sería la última vez que él disfrutaría de esta fiesta a la que tanto empeño le ponía, y que era tan especial para él» recuerda Sandra Pérez, única hija de Fermín Pérez e Hilda Bauer (79), quien, de algún modo, junto a su madre, heredó la responsabilidad de mantener viva la llama de este encuentro campero.

 

Orígenes: yerra y santoral

«Mi padre nació en Posadas en 1945, pero tenía a sus abuelos y otros familiares en San Carlos, Corrientes. Fue allí que de niño conoció y se enamoró de la vida de campo. Aprendió a trabajar, y siempre decía que su sueño era tener un campo. Hasta que en el año 90 conoció Tacuaruzú, compró un campo y se estableció aquí» cuenta Sandra.

Fermín heredó ese nombre de pila de su abuelo correntino, en honor a San Fermín, obispo, mártir y leyenda de la Iglesia Católica, que cumplió su obra en lo que hoy es Pamplona, España. Cada 7 de julio, los feligreses del mundo conmemoran a San Fermín. Fue por ello, que a poco de asentarse en Paraje Tacuaruzú, Fermín Pérez eligió ese día para realizar el primer encuentro que marcaría el inicio de lo que hoy es la Fiesta Provincial de San Fermín y el Guiso Campero.

Ocurrió en 1992. Ese 7 de julio cayó martes. Fermín reunió a varios vecinos, que llegaron con sus familias hasta su campo, para comenzar con la tradicional yerra. Esta actividad comunitaria y popular en el universo rural argentino, consiste principalmente en la marcación del ganado orejano, pero abarca además distintas curaciones y cuidados a los animales del campo.

La primera vez que se llevó a cabo una yerra en Río de la Plata fue en 1576 y en la ciudad de Santa Fe, según el registro del Archivo de la Provincia. El acontecimiento incluye, además el compartimiento de abundantes comidas, música folklórica y baile. Se trata de jornadas en las que casi siempre participan todas las familias del lugar.

«Esa yerra, en el campo de papá en 1992, es considerada hoy la primera edición de lo que hoy es la Fiesta de San Fermín. Cada año fue tomando más dimensión, venía más gente, era más grande, todos los vecinos querían estar y empezó a venir gente de otros lados» evoca Sandra Pérez.

 

Crecimiento

En esos primeros años, varios fueron los difusores «boca en boca» de la Fiesta de San Fermín que se hacía en lo de «Toti». Uno de ellos, recuerdan los memoriosos, fue el músico Carlos Talavera, director del gran Cuarteto San Ana. Algunos camperos amigos, llegaban desde Paso de los Libres, Virasoro o San Carlos, quedaban deslumbrados con la fiesta, y al año siguiente volvían en familia.

«Así, la cosa fue creciendo» dice Milton, amigo de Fermín y padrino de la fiesta, mientras revuelve con una pala de madera el guiso tropero que en un rato se va a servir. «Esta fiesta era la máxima alegría para Fermín. Todo el año se dedicaba a organizar. Le gustaba que estemos todos unidos, disfrutando, celebrando la tradición y valorando la amistad entre vecinos, ese siempre el espíritu. Es un día feliz y triste a la vez, porque Toti ya no está. Yo siempre le decía, Toti, vos sos el horcón del medio de Tacuaruzú, el que nos mantiene unidos» agrega Milton.

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En 2010, Fermín Pérez viajó a Paso de los Libres para asistir al Festival Internacional del Guiso que se realiza cada año en esa localidad correntina. Quedó fascinado, y al regresar, propuso incorporar esa faceta al encuentro en Tacuaruzú. Un año después, la Fiesta de San Fermín y del Guiso Campero, fue declarada de interés municipal por el Concejo Deliberante de Profundidad. En 2015, esa declaración alcanzó el rango provincial y el 25 de junio de 2020, a instancias de un proyecto del legislador Roque Gervasoni, se incorporó al calendario oficial de festividades populares de la provincia de Misiones, la Fiesta Provincial de San Fermín y el Guiso Campero.

 

Una edición especial

A diferencia de la última edición, esta vez el clima se presentó soleado y caluroso en Tacuaruzú. Cruzando la entrada del Establecimiento San Fermín, una veintena de puestos reciben al visitante de la fiesta. Gastronomía regional, ropas de campo, asado de cordero a la estaca y hasta stands de pequeños productores apoyados por la Secretaría de Agricultura Familiar, conforman la feria de esta edición. Más adelante, la gente se acomoda en distintas mesas para disfrutar de la música que regalan los primeros grupos chamameceros en hacer su irrupción en el pequeño escenario techado.

Hacia un costado hay un pequeño santuario, donde la imagen de San Fermín convive con la de la Virgen de Itatí y el Gauchito Gil.  Ya hay parejas bailando. Resuena el temblor ferroso de las espuelas en los talones de los bailarines; las polleras al moverse enseñan todo su colorido esplendor. A las doce y media, en punto, se sirve el guiso.

«Siempre fue gratuito el almuerzo. Hoy tenemos varios tipos de guiso. La gente viene con su plato y se les sirve a todos. Gracias a Dios nunca nadie se fue con hambre de esta fiesta» sonríe Milton, ya sirviendo los primeros platos.

Oriunda de San Carlos (Corrientes), Graciela Larraburu es una de las personas que todos los años viene a la fiesta, junto a varios integrantes del equipo organizador de la Fiesta Patronal de Santa Catalina, una de las más tradicionales de la región y que ya lleva 90 años ininterrumpidos. «Nos encanta venir y ayudar. Hoy preparamos una de las ollas de guiso. De eso se trata, de compartir. Fermín y mucha de la gente que organiza esta fiesta, solían venir a la fiesta de Santa Catalina. Se lo extraña mucho, pero sentimos que él vive en el espíritu de esta fiesta» sostiene Larraburu.

El baile se interrumpe un momento. Unas diez mujeres, de distintas edades, se aprestan a participar del concurso de sapucay categoría femenina. El público decide con su aplauso quién se llevará el premio mayor: mil pesos.

Después del almuerzo, la gente se mueve hacia la llanura de césped, entre naranjales, donde ya se instaló la estructura móvil del programa De Misiones al Mercosur, de Canal 12, que vino a transmitir y aportar los shows musicales de Néstor Efrén, Los Herederos del Chamamé, Sergio Vieira y su Grupo, Agustín Rodríguez y su Conjunto, y Ariel y los Intocables. Las distintas bailantas hacen su ingreso al gran patio, para retomar la danza bajo el sol. Alrededor de las parejas se observa gente en sus silletas disfrutando del espectáculo.

En representación de la Secretaría de Estado de Cultura de la Provincia, estuvo presente durante el evento la directora de la Región Capital, Lucía Mikitiuk, y celebró que «esta semilla que sembró Fermín Pérez, con su familia, sus vecinos y amigos hoy sigue plenamente vigente en esta hermosa fiesta. Por eso desde Cultura estamos apoyando, ya que este tipo de celebraciones mantienen viva la identidad de los pueblos y su gente».

 

 

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