Reflexión de la Pastora Graciela Decena: «Encarando las pruebas y dificultades de la vida»

Un concepto errado en los cristianos es pensar que si hay dificultades, algún pecado habrá hecho. Es cierto que hay dificultades que vienen por pecados, pero sin cometer pecados también tendrás aflicciones. Sin ir más lejos, Jesús vivió como hombre sin pecado y sin embargo padeció. Vamos a ver la vida de Jesús y sus padecimientos para aprender.

Lucas 1:6. Siendo justos sufrimos dificultades. Los padres de Juan el bautista, Zacarías y Elizabeth, eran Justos, irreprensibles, pero no tenían hijos (aunque eran justos igual tenían un grave problema).

Hebreos 5: 7-10. Jesús vivió como hombre sin pecado y sin embargo padeció. Vamos a ver la vida de Jesús y sus padecimientos para aprender:

1) Rechazo de su padre al nacer. Su padre debe haber pensado “este niño no es hijo mío”. Recuerden que el ángel tuvo que hablarle para que se case con María. El, la quería dejar secretamente. María tuvo que enfrentar sola esa primera etapa.

2) Críticas y rechazo de su familia cuando no lo reconocían como el Mesías. Juan 7:5

3) Rechazo de su pueblo en general de religiosos de la época. Juan 1:12

4) Ni que hablar de la cruz. Su cuerpo lacerado, su sangre derramada y la agonía de tener que enfrentar ese dolor.

Tenemos ese pasaje de la oración en el huerto de Getsemaní:

Mateo 26:36-39: “Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”.

Hebreos 5:8-9 nos explica el motivo de ese sufrimiento.

No hay tiempos de desperdicio en nuestra vida, no hay tiempo perdido. La cárcel de Pablo no fue pérdida, hoy leemos las Escrituras gracias a ese tiempo de cárcel. La mayoría de las cartas fueron escritas en la cárcel.

La misma prueba no produce el mismo efecto para un incrédulo que para un hijo de Dios. Mientras que a uno lo destruye, al otro lo levanta. A Job la prueba no solo lo multiplicó al doble, sino que lo llevó a conocer a Dios de una manera increíble.

Hebreos 5:8-9 Quiero mostrarte a través de este pasaje como Dios nos detiene muchas veces para reorganizar nuestra vida:

1) La prueba nos acerca a Dios y aprendemos obediencia. Obedecer es poner la voluntad de Dios por encima de la mía. Me lleva a prenderme de sus promesas y confiar. El conocimiento no te ayuda en las dificultades, solo necesitas obedecer. El conocimiento no es la clave, la obediencia lo es.

2) Estoy siendo perfeccionado: Dios está trabajando en mi vida, estoy madurando.

3) Recién ahí somos útiles en los planes de Dios sobre la tierra. Jesús se transformó en autor de una salvación tan grande después de haber sido perfeccionado a través del sufrimiento. Después de las pruebas y dificultades habremos madurado lo suficiente para ser útiles en los propósitos de Dios sobre la tierra.

4) El Padre le dio un título, no los hombres. Los hombres pueden darte un título sin que haya madurez, pero Dios da porque conoce el grado de crecimiento de cada uno. Lo nombra sumo sacerdote porque estaba preparado,

Había aprendido obediencia. Pasó las distintas pruebas, maduro, rindió su voluntad, murió a él mismo, ahora podía ser autor de esta salvación tan grande.

El huerto de Getsemaní fue la victoria de Jesús como hombre, la cruz es la victoria para nosotros.

1 Pedro 4:1. Los padecimientos nos ayudan a poner freno al pecado en nuestra vida. Los padecimientos en la carne tienen una misión en nuestra vida. No están por casualidad. En este mundo de padecimiento no nos dejamos controlar por ellos, sino que los aprovecharemos. Esa es la actitud.

CUANDO NO ENTENDEMOS EL VALOR DE UNA PRUEBA COMO CRISTIANOS

Cuando no soy maduro, reacciono intelectualmente ante cada situación por lo que escucho y veo. ¿Ves lo que dice esta persona? ¿Escuchaste lo que dijo o hizo? Justifico mi reacción. El diablo destruye fácilmente a los que no son maduros. Cuando somos controlados por las dificultades cometemos locuras porque reaccionamos de la manera incorrecta y podemos arruinar todo.

CUALQUIER SITUACIÓN QUE ATRAVIESES: NO DEBES PERMITIR QUE TE CONTROLE

Cuando te controla la dificultad perderás el razonamiento correcto y evaluaras de manera errada las cosas. Nada me puede controlar, de lo contrario caeré en desesperación, perderé la fe y me encontraré en un callejón sin salida.

Por el contrario la actitud debe ser: a través de esa prueba estoy creciendo y madurando, me estoy pareciendo a Jesús, estoy siendo perfeccionado y preparado para cumplir con los planes de Dios sobre la tierra.

MIS DESAFÍOS DETERMINAN DONDE ESTOY ESPIRITUALMENTE

Enfermedades, pobreza, enojos, insultos recibidos. Cómo reaccionas a estas dificultades determinan tu grado de crecimiento, no tu conocimiento.

El diablo quiere que maldigamos a Jesús en medio de las aflicciones; como le dijo la esposa a Job: Maldice a Dios y muérete. Pero no debo dejar que ninguna situación me controle ya que ellas me ayudan para mi bien. Ellas producirán en mí ese creyente maduro, acabado, obediente listo para ser útil a Dios. Acabará con el pecado, porque en el calor de la prueba el pecado no tiene cabida.

ACTITUD CORRECTA EN MEDIO DE LAS PRUEBAS

• Romanos 12:12 habla de una espera. Así es la prueba, muchas veces debemos esperar para superarla, permanecer en medio de la prueba. Mientras esperamos, buscamos a Dios sabiendo que Él está trabajando a nuestro favor.

• Santiago 1:2 y Habacuc 3:17-19 Debemos esperar con gozo, con confianza en Dios. Debemos alegrarnos y gozarnos en su presencia.

• 1 Tesalonicenses 5:16-18. Debemos dar gracias por todo, para poder así extraer la bendición que está escondida, que solo se libera si tengo la actitud de esperar con gratitud y alabanza.

• Romanos 4:20-21. Debemos fortalecernos en la fe, dando gloria a Dios como lo hizo Abraham.

Que Dios te bendiga y te guarde de todo mal, y tengas una semana de victoria!

Pastora Graciela Decena

Centro Familiar Cristiano Eldorado

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