Análisis semanal: ¿Ahora sí quiere dialogar?

En su segundo intento por aprobar la Ley Ómnibus y el DNU, el Gobierno nacional cambió el enfoque y convocó a las provincias con el objetivo de llegar al Congreso con un proyecto consensuado, pero el alivio fiscal prometido sigue sin aparecer y las dudas respecto a la voluntad de diálogo del presidente siguen latentes. Misiones aprovechó la reunión para exigirle a Nación el pago de deudas que superan los 200 mil millones de pesos. En el 8M, las mujeres impulsaron la primera marcha realmente masiva contra el gobierno de Milei. La recomposición de reservas y el dólar estable contribuyen a la estabilización, pero la economía real se derrumba.

El Gobierno nacional no termina de decidir cómo pretende relacionarse con los gobernadores. Incendió puentes y los reconstruyó sólo para volver a romperlos y todo en menos de tres meses. El ciclo inició ayer una nueva etapa de deshielo, con una reunión que convocó a representantes de todas las provincias, pero de la que no participó el presidente Javier Milei, reacio a poner la cara frente a quienes viene denostando regularmente en su frenética actividad como influencer.

El mismo presidente que hace poco amenazaba con “fundir a todos” los gobernadores si no cumplían con su voluntad, ahora pretende sentarlos en una mesa de diálogo, mesa que él mismo no se muestra dispuesto a validar con su presencia. Prefirió mandar a su ministro del Interior, Guillermo Francos, quien fue varias veces desautorizado por el propio Milei durante el tratamiento legislativo de la Ley Ómnibus, y al Jefe de Gabinete, Nicolás Posse, que hasta ahora había mostrado poco la cara.

El objetivo de la primera reunión fue abrir la negociación que propuso el presidente a las provincias durante su encendido discurso de apertura de sesiones del Congreso hace una semana. Nación busca el respaldo de los gobernadores a una nueva versión de la Ley Ómnibus que incluya algunos de los aspectos centrales del mega DNU, a cambio de “alivio fiscal” para las castigadas arcas de las provincias.

En el encuentro de ayer, el Gobierno nacional delineó los trazos generales del nuevo proyecto de Ley Ómnibus, pero la única medida de alivio fiscal que puso sobre la mesa fue la reposición de la cuarta categoría del impuesto a las ganancias.

Algo que no fue bien recibido por la mayoría de los mandatarios provinciales a quienes no les hace gracia que la Nación plantee la vuelta del impuesto a las ganancias a los trabajadores como un “reclamo de las provincias”, cuando la propuesta surgió del Gobierno nacional que también está urgido de incrementar sus ingresos fiscales.

La lectura que comparten muchos gobernadores es que el presidente busca resolver sus propios problemas aplicando una medida impopular y que va en contra de su propia prédica de bajar impuestos, pero pretende descargar en los mandatarios provinciales el costo político de esa decisión.

De hecho, no fueron los gobernadores quienes sugirieron a Milei que volviera a cobrar Ganancias a los trabajadores, sino el FMI.

Ocurre que uno de los objetivos a corto plazo del gobierno del libertario es eliminar el cepo cambiario y eso tendría un impacto fiscal no menor porque implicará dejar de cobrar el impuesto PAIS, que fue el de mayor crecimiento de recaudación desde que asumió Milei.

Para no comprometer el equilibrio fiscal, eje central de su política económica, deberá compensar la merma de ingresos por impuesto PAIS, ahí es donde la reinstauración de la cuarta categoría de Ganancias entra a tallar.

Las provincias le hicieron saber a Francos y a Posse que preferirían que el alivio fiscal no llegara vía Ganancias sino a través de la coparticipación de impuestos que no se reparten entre las provincias o que se reparten en un porcentaje muy bajo, como el mencionado impuesto PAIS, el impuesto al cheque o incluso retenciones a las exportaciones.

Pretenden además que se restituya el Fondo de Incentivo Docente, los subsidios al transporte de pasajeros y se sostenga la asignación de recursos para obras de infraestructura.

La postura de Misiones es bien clara y fue presentada primero por el secretario de Hacienda, Adolfo Safrán, durante la reunión de ministros de Economía realizada el miércoles y luego por el gobernador, Hugo Passalacqua, en la cumbre del viernes.

Más que “alivio fiscal” lo que pide Misiones es que Nación pague lo que le debe. Por ejemplo, la deuda con el Instituto de Previsión Social (IPS), o la que corresponde a Fonid y otros conceptos que van directo al bolsillo de los docentes. “También reclamamos las regalías que le corresponden a Misiones por la generación de las represas de Yacyretá y Salto Grande que nos deben y eso también permitiría más obras eléctricas para los misioneros y mejor tarifa, como así también cancelar recíprocamente la deuda con Cammesa”, indicó Safrán.

Misiones además planteó la reactivación de las obras que se desarrollan en territorio provincial, en las que hay más de 10.000 operarios directos de la construcción sin trabajo y otros 40.000 indirectos en la misma situación.

Fuentes del Gobierno estiman que la Nación le debe a los misioneros más de 200 mil millones de pesos por todo concepto.

Fuentes del Gobierno estiman que la Nación le debe a los misioneros más de 200 mil millones de pesos por todo concepto.

Nuevo enfoque

Más allá de la ausencia del presidente en la apertura de la negociación a la que él mismo convocó a las provincias, la reunión de ayer marca un cambio significativo en la forma de hacer política del Gobierno nacional, que parece haber abandonado su pretensión de imponer extensos proyectos de reformas a libro cerrado y se muestra más dispuesto al diálogo. Aunque teniendo en cuenta la volatilidad de carácter de Milei, todo podría cambiar en cuestión de días.

El nuevo proyecto ómnibus presentado ayer a los gobernadores es más corto que su predecesor. Se dejaron afuera las retenciones a las exportaciones que tanto rechazo habían generado y se concentró el texto en seis ejes: reforma laboral, privatizaciones (en menor cantidad que las incluidas en el proyecto inicial), declaración de emergencia por un año, eliminación de fondos fiduciarios y reforma de contratos.

Se acordó la creación dos comisiones: una económica, integrada por los ministros de esa área de todas las provincias y una política de la que también participarán funcionarios de todas las jurisdicciones.

Luego de la reunión del viernes, los gobernadores de Juntos por el Cambio se mostraron optimistas respecto a la posibilidad de avanzar en el proyecto que impulsa el gobierno de Milei; los representantes de fuerzas provinciales -como Hugo Passalacqua- valoraron la apertura al diálogo, pero no dijeron más que eso y los peronistas más duros hicieron silencio de radio, aunque dejaron trascender declaraciones en off que denotaban poco entusiasmo.

En el fondo, los gobernadores y el presidente saben que la peor de las opciones para todos ellos es continuar con la guerra de desgaste que propuso Milei tras el fracaso de la primera versión de la Ley Ómnibus.

Pero avanzar en este camino requerirá que Milei modere la violencia que ejerce constantemente a través de sus redes sociales y muestre algo de respeto por quienes no siempre piensan exactamente cómo él.

 

El papelón de los sueldos

La sobreactuada prédica anti-casta suele poner a Javier Milei y a su gobierno ante situaciones contradictorias con ese noble propósito, como ocurrió cuando nombró al tuitero conocido con el seudónimo Joe Doe en un cargo público con un sueldo de más de dos millones de pesos, o más recientemente con las designaciones del sobrino del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y de Geraldine Calvella (una joven de 23 años sin ninguna experiencia laboral ni preparación académica) en un alto cargo del RENAPER con un sueldo de 2,7 millones de pesos.

Esta semana la polémica se centró en los sueldos, primero de los diputados nacionales y luego del presidente y su gabinete.

La primera noticia en difundirse fue la suba de 30% en las dietas de los legisladores. Para esquivar la indignación generalizada que provocó tal novedad, el presidente del cuerpo, Martín Menem, dijo que se trató de una actualización automática dispuesta en tiempos del kirchnerismo, pero no tardó en difundirse que el salariazo llevaba la firma no solo de Menem, sino también de la vicepresidente Victoria Villarruel.

La misma secuencia se repitió días más tarde cuando se conoció que el presidente Milei y todo el personal jerárquico del Poder Ejecutivo habían recibido un aumento salarial de 48%.

“Me acaban de informar que producto de un decreto firmado por la ex presidenta Cristina Kirchner en el año 2010, que establecía que los cargos políticos siempre debían cobrar más que los empleados de la administración pública, se otorgó un aumento automático a la planta política de este gobierno”, publicó en su cuenta de X el presidente cuando estalló este nuevo escándalo.

Pero la mentira quedó en evidencia muy fácilmente. Porque el aumento no respondía a ningún decreto de Cristina de 2010, sino a uno firmado por el propio Milei y que fue publicado en el Boletín Oficial del 29 de febrero último, cuestión que fue advertida rápidamente por muchísima gente.

Finalmente, ambos aumentos quedaron sin efecto, pero el papelón no.

Primera multitud contra Milei

Como nunca, el Día de la Mujer tuvo este año un sentido político que quedó en evidencia en las consignas bajo las cuales se movilizaron las marchas a lo largo y a lo ancho de país. El rechazo al ajuste y a otros aspectos centrales de las políticas que impulsa el gobierno de Milei estuvieron tan presentes como los mensajes más habituales en contra del patriarcado, la violencia machista o la criminalización del aborto.

El Gobierno nacional se encargó de calentar los ánimos feministas en los días previos al 8M cuando anticipó que, por orden de “el jefe” Karina Milei, desmantelaría el Salón de las Mujeres y lo reemplazaría por uno dedicado a próceres.

En un acto de provocación, el cambio tuvo lugar justamente durante el Día de la Mujer.

En una demostración del cambio de época que atravesamos, así como alguna vez Néstor Kirchner mandó a retirar los cuadros de militares represores, Milei bajó los cuadros de mujeres destacadas en distintos ámbitos, como Juana Azurduy, Mariquita Sánchez de Thompson, Alicia Moreau de Justo, Eva Perón, Lola Mora, María Elena Walsh, Mercedes Sosa, Victoria Ocampo, Alfonsina Storni y Tita Merello.

Los reemplazó por una galería de retratos en la que no aparece una sola mujer y en la que figuras de la historia como San Martín, Belgrano y Alberdi comparten espacio con Carlos Menem. No aparecen Hipólito Yrigoyen, Juan Perón ni Raúl Alfonsín.

“No necesitamos un salón porque la calle es nuestra”, fue la consigna que partió del movimiento feminista en contra de la provocación del Gobierno nacional y lo demostraron en una movilización que fue masiva y que tuvo su epicentro en la Plaza del Congreso en Ciudad de Buenos Aires.

Como ocurre con todas las movilizaciones, los números de la convocatoria cambian radicalmente de acuerdo a quién se le pregunte, pero las imágenes no mienten: la primera manifestación verdaderamente masiva contra Milei no la hizo la CGT ni ningún otro movimiento o partido político, la hicieron las mujeres.

 

Estabilidad y recesión

El contexto económico mezcla noticias alentadoras con anuncios de catástrofes inminentes.

El dólar en sus cotizaciones no oficiales sigue bajando y con ello se achica la brecha. Bonos y acciones argentinas cotizan al alza y el Riesgo País se reduce.

El Banco Central (BCRA) compró este viernes otros 165 millones de dólares y en la semana acumuló compras por 1.031 millones. Las reservas brutas del BCRA aumentaron en la semana 888 millones y llegaron a los 28.216 millones.

En febrero se sostuvo el superávit fiscal primario, explicado principalmente por la reducción en términos reales del gasto en jubilaciones, pero volvió el déficit financiero, que fue de casi 300 mil millones de pesos.

La inflación sigue siendo altísima, pero parece encaminarse en una tendencia a la baja, aunque eso se debe principalmente al desplome de los niveles de consumo.

Pero las buenas noticias se terminan cuando el análisis se posa sobre la economía real, la que marca el pulso de la producción y del consumo y la que determina en gran medida la calidad de vida de las personas.

De acuerdo con el índice Ripte, la caída del poder adquisitivo de los salarios durante los últimos dos meses fue de 20,7%. No hay registro de una reducción tan pronunciada en tan corto tiempo. Como punto de referencia, en todo el año 2002 la caída del poder adquisitivo del salario fue de 26%.

Eso repercute directamente en el consumo. Datos de la Cámara de la Mediana Empresa (CAME) revelan una caída interanual de 27% en el primer bimestre. En febrero, las ventas medidas en cantidades se redujeron 7,4% respecto a enero.

De acuerdo con declaraciones del presidente de la Confederación Económica de Misiones (CEM), Guillermo Fachinello, en algunos rubros como la madera, la caída de la demanda en el mercado interno se desplomó 60%, mientras que la estabilidad del dólar en tiempos de alta inflación conspira contra la competitividad de los exportadores.

Prácticamente todas las industrias redujeron horarios de trabajo o licenciaron personal. La siderúrgica Acindar, la más grande del país, paralizó su planta de producción por 30 días y dio de baja a más de cien contratados. El gremio metalúrgico convocó a una protesta por la situación en esa empresa y por despidos en Siderar.

En Misiones se volvieron a sumar las asimetrías de frontera como un problema a tener en cuenta. El dólar barato hizo que los puentes se dieran vuelta y ahora son los misioneros los que cruzan a Paraguay y a Brasil en procura de mejores precios.

El consumo de combustible aporta una evidencia clara. Mientras en todo el país bajó 6%, en Misiones se desplomó más de 19%. No es que los misioneros dejaron de andar en auto, es que los paraguayos y brasileños dejaron de venir.

 

Provincia a flote

Con la política nacional entretenida en disputas sin sentido y provocaciones infantiles que se replican hasta la nausea en las redes sociales cooptadas por tribus de energúmenos que usualmente son validados por un like o hasta por la bendición máxima del retuit por parte de alguna encumbrada figura nacional, Misiones sigue construyendo su propio camino.

A pesar del durísimo contexto económico nacional y del caprichoso recorte de fondos aplicado por el Gobierno nacional en aras de un equilibrio fiscal conseguido a costilla de las provincias, de los jubilados y los trabajadores, Misiones se mantiene en orden y con todas las cuentas al día.

Salvo situaciones puntuales, las clases comenzaron con normalidad en toda la provincia y con vigencia plena del boleto estudiantil gratuito, una herramienta de un valor inconmensurable para la economía doméstica de miles de familias.

Los programas Ahora vuelven a demostrar su eficacia para sostener al comercio y para aliviar a los misioneros en tiempos de crisis. Gracias a esta iniciativa, Misiones es la única provincia del país en la que se puede comprar en cuotas sin intereses y con reintegros. En el resto del país, cuotificar una compra con tarjeta de crédito tiene tasas de interés altísimas.

Misiones es la única provincia del país en la que se puede comprar en cuotas sin intereses

El equivalente más cercano a los programas Ahora que puede encontrarse fuera de Misiones es el plan Cuota Simple, que ofrece la posibilidad de comprar en tres o seis cuotas pagando una tasa de interés de 93% anual.

Sea cual fuera el color político que gobierne la Nación, Misiones se mantiene concentrada en su crecimiento, al margen de las disputas convirtieron al país en un campo de batalla y que sumieron a la economía en un estancamiento doloroso.

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