En la localidad de Bernardo de Irigoyen, se volvió a reavivar el miedo de los vecinos tras el nuevo asesinato con presunto tinte mafioso registrado el jueves de la semana pasada. De los últimos crímenes perpetrados en la frontera seca, ninguno pudo ser resulto.
César Caytano (23) fue asesinado a sangre fría, al fiel estilo de los sicarios que trabajaban para Pablo Emilio Escobar Gaviria, líder y patrón del cartel de Medellín. Al joven le vaciaron el cargador de una pistola 9 milímetros, cuyos balazos le provocaron la muerte el pasado 8 de febrero.
Tal como se pudo ver en una grabación de la cámara de seguridad de la vivienda donde fue ultimada la víctima, tres encapuchados ingresaron con un único objetivo: matar a César Alexander Caytano.
Sobre este crimen, se manejan dos hipótesis totalmente distintas, al joven lo mataron porque le debían dinero o por un ajuste de cuentas ligado al contrabando de vinos o cigarrillos en la frontera seca. La primera sospecha toma fuerza luego de las declaraciones de los familiares de la víctima.
Lo cierto es que en los últimos tres años, nueve personas fueron asesinadas casi de la misma forma. La mayoría de ellos, relacionados a ajustes de cuentas con organizaciones desplegadas del otro lado de la frontera, la misma que puede ser atravesada a pie y que tal sólo una calle divide a ambos países.
Sobre esta cuestión habló el intendente de Bernardo de Irigoyen, Edgardo “Chinchín” Aquino, quien hizo notar su preocupación y la tristeza que esto significa para la comunidad. “Que no aparezcan los responsables es lo que más preocupa, porque nos hace aparecer como una zona de total inseguridad y tierra de nadie, pero creo que cada organismo hace el seguimiento que corresponde. Lamentablemente no se llega al hilo de la cuestión”.
Negó conocer el trasfondo del crimen de César Caytano, quien presuntamente se dedicaría al cambio y préstamo de dinero, además de tener en alquiler una cancha de fútbol de su propiedad. “No sé si está vinculado con el contrabando, con el cambio de divisas, la verdad es que es imposible de dilucidar, pero queda claro que no es un asalto y no es un robo”.
Afirmó que la Policía brasileña no colabora como se requiere con la fuerza de seguridad provincial. “Hay un trabajo en conjunto, hay acuerdos, pero creo que el trabajo que hacen las diferentes fuerzas de nuestra localidad, hay veces que choca con la falta de reciprocidad de los del frente, por las autoridades brasileñas y ellos cada vez que piden una colaboración por algún problema, acá automáticamente las autoridades se ponen en movimiento y, de alguna u otra manera, alcanzan resultados positivos, pero a la inversa es un poco diferente”.
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Adelantó en diálogo con Norte Misionero que están buscando que se ponga nuevamente en funcionamiento el Grupo de Operaciones Especiales de la Policía “que había dado buenos resultados y que ahora puede ayudar bastante” y también pasar a tener en Bernardo de Irigoyen una Policía Federal o un Juzgado Federal, lo que “sería una buena iniciativa para ayudar en todo esto”, cerró.
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