Ariel Steffen, productor yerbatero de San Pedro, se refirió a la medida que quiere tomar parte de JXC en relación a desregular la yerba, y expresó que desde San Pedro no acompañan esta decisión porque desfavorece al pequeño productor y a su vez, deja de existir la economía regional.
Desde la zona norte de la provincia, una controversia surgió en torno a la propuesta de un sector de Juntos por el Cambio de desregular la actividad yerbatera, lo que implicaría dejar fuera de juego al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
«Nosotros desde San Pedro no acompañamos de ninguna manera estas medidas. Sería destruir el INYM, nosotros somos unos de los fundadores del instituto. Es una herramienta muy buena para el sector productivo y muy necesaria», declaró Ariel Steffen, productor yerbatero de San Pedro.
Asimismo, aclaró que, aunque el INYM tiene falencias como cualquier organismo gestionado por seres humanos, «jamás vamos a estar a favor de la desregularización». Así, expresó su preocupación por las grandes empresas que, al no existir una regulación, podrían cultivar grandes extensiones de yerba sin control. «Si desregulamos, muchas empresas podrán plantar miles de hectáreas. Eso perjudica al pequeño productor porque no le comprarán su producción», subrayó.
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“Los pequeños productores desaparecerán», aseguró, destacando que si las grandes empresas tienen la libertad de plantar grandes extensiones impactaría negativamente en la economía regional.
Zafra yerbatera: siguen los efectos de la sequía y la reticencia de los obreros a la registración
En relación a la situación actual del sector, Steffen describió que «la cosecha vino mal» debido a condiciones climáticas adversas por la sequía de años anteriores y a la aparición de plagas. También resaltó un problema serio con la mano de obra. «Hoy hay falta de mano de obra y problemas con la registración de obreros rurales. Aunque se dice que los planes son compatibles con el trabajo registrado, la gente teme perder sus beneficios sociales y no se blanquean, no se quieren inscribir».
Por parte de los patrones, “cuando entregamos la yerba nos hacen el descuento de corresponsabilidad gremial que es para el aporte patronal y automáticamente estamos pagando”, señaló. El desafío entonces es que “hacen inspecciones a nivel nacional, a nivel provincial y están en infracciones pero también está la otra parte: hay que levantar la cosecha porque se están cayendo todas las hojas”.
Por ello, hizo un llamado a las instituciones gubernamentales para resolver este dilema a que realicen un trabajo a campo con los cosecheros con un instrumento que les genere tranquilidad. «Se necesita seriedad de parte de las instituciones. Nosotros no queremos tener obreros en negro, pero el Estado debe intervenir para garantizar que los trabajadores se registren sin temor», planteó.
En la misma línea, reiteró que “no nos favorece tener un obrero rural en negro, hoy estamos pagando ocho pesos por kilo de hoja verde para el aporte patronal”, en referencia a la necesidad de acciones concretas para fortalecer al pequeño productor de la Tierra Colorada y garantizar una industria yerbatera justa y equitativa.
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El presidente del Inym, Juan José Szychowski, consideró que desregular la actividad yerbatera sería catastrófico para los productores
“La ideología de desregularizar la actividad yerbatera en los 90, nos llevó a la miseria a los productores”, manifestó Julio Petterson
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