Nos educan para prevenir embarazos, pero… ¿estamos preparados para enfrentar la infertilidad?

Acceder a un tratamiento de reproducción asistida implica una de las decisiones más importantes de la vida. En Crear Medicina Reproductiva lo entienden así, y por ello su staff está conformado por profesionales de múltiples disciplinas. Hoy dialogamos con las Psicólogas Pamela Wimer y Silvana Delgado, quienes describen en qué se basa su proceso de acompañamiento y contención.

 

Días atrás te contábamos que desde el año 2013 en la República Argentina está vigente la Ley 26.862 de Reproducción Medicamente Asistida, una reglamentación que busca que todas aquellas personas con inconvenientes para procrear puedan acceder a técnicas, insumos, infraestructuras y atención médica especializada para cumplir el sueño de la maternidad y la paternidad.

 

En esa oportunidad, también te contábamos que muchas veces resulta difícil lograr un embarazo, ya que para ello deben interactuar distintos factores físicos, emocionales, sociales y psicológicos. De este último punto te queremos hablar hoy.

 

Para ello, Misiones Online dialogó con la Lic. Pamela Wimer, MP213, y la Lic. Silvana Delgado, MP284, representantes del Departamento de Psicología de Crear Medicina Reproductiva, el centro médico posadeño que trabaja incansablemente para lograr hacer realidad el sueño de tantas personas en la región.

 

Crear Medicina Reproductiva

 

¡Acompáñanos a conocer lo que nos decían al respecto las psicólogas de Crear Medicina Reproductiva!

 

Florencia Scromeda: Sabemos que cuando una persona se enfrenta ante dificultades para convertirse en madre o en padre, y llega a Crear Medicina Reproductiva en búsqueda de ayuda, está afrontando una decisión de vida, algo importantísimo. Y para comenzar, quisiera que me cuenten cómo es que se da esa situación, cómo llegan, en qué estado llegan.

 

Lic. Pamela Wimer: Generalmente en un estado de mucha angustia, donde han hecho un recorrido del descrédito: está muy impuesto socialmente que se puede esperar y que a veces no son los tiempos del deseo de ser madre, de ser padre. En general, los encontramos bastante ilusionados, como que se les abre una puerta, una posibilidad también, y con el mismo temor que esto conlleva, de “¿qué será lo que me van a decir?, ¿tengo algo?, ¿tengo algo malo?”.

 

Lic. Silvana Delgado: Si, también, además de esto, nuestro objetivo principal es fomentar en el paciente o en la persona que llega, sus capacidades de afrontamiento, y poder desarrollar capacidades de resiliencia. Lo ideal sería que el paciente asista antes de empezar el tratamiento. Porque también podría crear un espacio de apertura y de prevención de posibles trastornos o desajustes emocionales; esto justamente de lo que está hablando Pamela.

 

P.W.: Si, muy intrincado a lo sociológico. En realidad, nosotros como sociedad no estamos preparados para la infertilidad. Sí nos educaron cuidándonos del embarazo. El embarazo era algo que nos iba a atacar en cualquier momento, en cualquier espacio y, cuando nos encontramos con la infertilidad, en general, no hay herramientas. Porque el embarazo era algo muy sencillo, que tenía que suceder necesariamente: nadie nos dijo que la infertilidad podía ser parte de nuestra vida. Y ahí nuestro rol en acompañar a este “clic”, y a este “crack”, que a veces que se genera.

 

S.D.: En el paciente es como una bomba atómica que le revienta en la mano. Entonces esto, la primera reacción, es un bloqueo. Lo que genera es decir “bueno, a ver, cómo enfrento”. Y se pueden dar dos posibilidades, la primera es decir “bueno, dale, vamos para adelante, seguimos”, entramos en una rutina de estudios continuos, citas con médicos, donde no hay espacio para codificar qué es lo que me está pasando. Y esto, justamente, es contraproducente porque después llega un momento donde el nivel de estrés va subiendo. Entonces, nosotros lo que hacemos es tratar de, justamente, tratar de ir acomodando esta información que van recibiendo del cuerpo médico. Otra vez, vuelvo a ser reiterativa: es para prevenir estos desajustes emocionales por lo que el tratamiento justamente se caracteriza, porque es como una montaña rusa de emociones, pasan por diferentes etapas, y en esas diferentes   etapas se dan diferentes sentimientos, emociones, y pueden aparecer posibles trastornos.

 

P.W.: Sí, aparte, justamente, nosotros partimos de la noción de que la mente afecta el cuerpo, y que no es solamente el transitar una tristeza. Tiene mucho que ver con vivenciar esto que está pasando, hacer una vorágine de médicos, sin saber y sin estar pisando realmente, viviendo y, por qué no, disfrutando, que tenemos la oportunidad de encontrarnos con un equipo médico que nos va a ayudar.

 

 

S.D.: Claro, muchas veces también es acerca de la desinformación que hay sobre el rol que cumple el psicólogo dentro del equipo médico. Esto que dice Pamela también en relación a las emociones. O sea, el paciente o la pareja, vienen con estos sentimientos de tristeza, de ansiedad, de enojo, de miedo, muchas expectativas, y también muchas inseguridades, porque es algo incierto, no sabemos qué nos va a deparar esto.

 

F.S.: Tomo esto que decís de las expectativas. Sabemos que, para que se logre un embarazo, hacen falta que se reúnan múltiples condiciones. Al iniciar un tratamiento, el mismo puede dar resultados positivos en la primera de cambio, o puede arrojar resultados positivos después de muchos intentos ¿Los pacientes contemplan esta idea al llegar al consultorio?

 

P.W.: Si, hoy por hoy la contemplan. Yo creo que nadie está preparado para el “no”, igualmente. La tienen contemplada como una idea, que no es lo mismo que el shock que genera cuando viene ese “no”. Todos ya, hoy por hoy, conocemos a alguien que tuvo alguna dificultad en fertilidad y sabemos que no siempre, como decís vos, en la primera de cambio, se produce ese anhelado embarazo. Sin embargo, no es lo mismo escucharlo, que vivenciarlo con todo lo que conlleva un tratamiento y con el nivel de puesta física, por ende, de puesta psicológica, que afrontamos en este momento.

 

S.D.: Nuestra función sería trabajar con esas expectativas reales con las que viene ese paciente, esa pareja de acuerdo a su historia clínica también. Explicándoles los posibles pronósticos que se le pueden presentar. Entonces esta es una herramienta fundamental, trabajar con anticipación las cosas que pueden pasar. Porque esto prepara al paciente para un posible pronóstico. Entonces, uno ya le va orientando a estas posibles emociones que pueden llegar a suceder, e ir armando también diferentes estrategias de acuerdo a su historia, a su vida cotidiana, a su red de contención. Porque esto es muy importante, no solamente la pareja enfrenta muchas veces un procedimiento de fertilidad, sino que también sus redes vinculares acompañan esto. Y esto también genera en la pareja cómo sobrellevar esto con la familia.

 

F.S.: Tiene muchísimo que ver el entorno también…

 

S.D.: A veces sí y a veces no, depende de lo que la pareja pueda elegir, si contarlo o no. Entonces en esto también entramos nosotros en ese rol; de preguntarle y darle la oportunidad al paciente de decidir cómo quiere que lo acompañen que, muchas veces, ni siquiera se lo preguntan.

 

F.S.: Al hablar de este momento previo al inicio del tratamiento, cada vez que tenemos la posibilidad de conversar con un miembro del equipo de Crear Medicina Reproductiva, nos dicen que siempre ponen foco en la capacitación, en cuanto al rol y a la responsabilidad que tienen ambos en una pareja, tanto el hombre como la mujer, porque la infertilidad afecta a los dos géneros de igual manera. ¿Cómo trabajan ustedes desde el área de psicología esta idea?

 

P.W.: Desde el área de psicología, tenemos que pensar primero que no solamente se nos presentan parejas, no solamente son hombre y mujer, contemplar que hoy por hoy estamos en un mundo diverso, y que nos tenemos que ajustar a cada caso. Cada caso, yo siempre digo, que es único, porque hay un montón de particularidades y viñetas que atraviesan a esa personalidad, y que hay que abarcarlas correctamente. Ya, de por sí, el diagnóstico desestructura. Si uno interviene de una manera no tan correcta, estamos perjudicando, no solamente al paciente, sino al equipo, al resultado, y a la expectativa a futuro de hacer o no hacer un segundo tratamiento. La idea es no desmotivarse. Pero tampoco que la vida sea un tratamiento: entender que esa gente tiene otras cosas que hacer, que no vivimos en centros médicos, que haya una vida, que haya una plenitud, que haya alegría, que sí haya una pareja que esté fuerte y afianzada.

 

 

S.D.: Hay que ayudarlos a desarrollar herramientas donde el foco de atención no sea solamente el tratamiento, sino orientarlos a descubrir, a lo mejor, un hobby, hacer otras actividades, a invitarlos a recuperar ese espacio de intimidad, ya sea propio o de la pareja, que se pierden durante un tratamiento y durante tantas rutinas y horarios estructurados que uno tiene que ir enfrentando. Entonces que esto no se naturalice: que todo el tiempo no sea algo que estemos hablando de esta proyección de ser padre o de estos estudios que tienen que llegar.

 

Imagináte que esto es algo muy difícil de enfrentar, más en estos momentos de pandemia, donde no solamente está la presión de los turnos, de las ecografías, de las citas con los médicos, sino también que ahora se suma que no nos contagiemos. También influye muchísimo la salud de nuestros seres queridos o que no se suspenda también el tratamiento por un tema del Covid.

 

Fijate que hay un montón de cosas que van influyendo a medida que transcurre el tiempo, y todo esto influye en la mente, influye en la pareja, influye a esa persona que tomó su tiempo también para ir. Porque tiene un tiempo, antes de ingresar al tratamiento, uno ya lo viene elaborando a eso, entonces cuando llega, viene con todo un cúmulo de presión que, a lo mejor, ni siquiera lo codificó.

 

F.S.: Exacto, son todas cuestiones que tienen que ver con los aspectos emocionales, psicológicos que hacen al disfrute del proceso.

 

S.D.: Claro, solamente llega con esta demanda que dice “si, yo soy consciente de que tengo que pasar esto”, pero bueno, entonces comencemos a preguntarte: ¿cómo te influye esto? Porque van tocando otras fibras también. No es solamente el tratamiento: es cómo te influye, cómo querés que te acompañemos, cómo te sentís frente a esto, cuál es tu límite. Porque no es la meta “bueno, vamos allá y en el medio dejamos nuestro ser, nuestra mente, nuestra tranquilidad”. Fíjate que son muchos factores que van atravesando, entonces nuestro rol es sumamente importante desde la contención y el acompañamiento.

 

F.S.: Bueno, yendo al desarrollo del tratamiento, ¿cómo está programada su atención, su acompañamiento para con los pacientes?

 

P.W.: Desde el ingreso, porque se ingresa por un deseo. Yo siempre digo que cuando se instala el deseo de ser padres, es muy difícil aplacarlo. Y ahí empieza recién la cadena de frustraciones. Vamos al médico, el médico nos manda de viaje, a comprar una mascota, “sos joven, sos vieja, pero si tu marido tuvo hijos anteriormente seguramente puede”. Y uno sigue diciendo “pero lo que yo quiero es tener un hijo y tenerlo en el momento en el que yo decido, como corresponde y como lo dice la ley”. Porque la ley lo estipula así. Entonces nosotros recibimos un deseo. Y en el área del deseo, la psicología es la que se encarga de desglosar ese deseo, los fantasmas que hay detrás de ese deseo, los miedos que hay detrás. Todo lo que puede ir generando expectativas, entendiendo siempre que, cuando hablamos de ciertas cuestiones emocionales, esto no solamente se queda en la cabeza, sino que influye todo el sistema hormonal del cuerpo. Por ende, el acompañamiento no es una sugerencia, sino más bien es algo capital para poder llevar adelante la parte médica.

 

S.D.: Claro y, además, de poder gestionar, sobre todo, las emociones. Porque hay un factor muy importante que se comienza a dar que es el tema de que “yo no puedo controlar”. El control es algo que afecta mucho, los pacientes quieren controlar: “¿cuándo va a llegar eso?”, “¿y va a ser en el próximo?”. También los mensajes que van mandando los médicos a medida que van transcurriendo los estudios, cuando tienen que iniciar el tratamiento o en las diferentes etapas que van atravesando.

 

Muchas veces se presentan obstáculos en el camino: esto otra vez hace que la pareja vuelva a retroceder algunos casilleros, por decirlo así, y empezar de nuevo, de conectar con el deseo de nuevo, y esto otra vez comienza a influir, en la pareja, en uno. No siempre lo vivencian de la misma manera. Por eso sugerimos que, cuando es en pareja, se puedan dar ese espacio y ese tiempo para poder escucharse, sobre todo. Porque uno dice “si yo estoy con él, yo me comunico”.

 

Si, vos te comunicás, pero no lo estas escuchando. Uno da muchas veces por sentado lo que el otro siente, estando en pareja, conviviendo. Entonces, en nuestro espacio, nosotros vamos orientando también eso, fomentando la comunicación. Ese es otro de los beneficios que da la psicoterapia. Estimular la comunicación entre los integrantes o, también, afianzar la autoestima. Eso es importante. Muchas veces los pacientes no lo pueden ver, sino que se dan cuenta en el momento en el que van transitando ese proceso.

 

P.W.: Si, o estas sensaciones de mujer no productiva, porque no logra concebir. Es algo que se escucha mucho: la mujer en función a su fertilidad y la autoestima de la mujer en función a su fertilidad. Porque nos habían prometido que esto era sencillo, entonces “¿qué le pasó a mi cuerpo, por qué me engañó?”. Allí entramos en una seguidilla de microduelos. Hay que prestar atención a que en estos microduelos tampoco se quede colgada la sexualidad de la pareja. Otra vez, el disfrute: que esto no sea algo mecánico, que lo tengamos que hacer porque es en esta fecha y porque estamos buscando un bebé, ese “vení gordo del trabajo, no importa a qué hora sea”, no funciona.

 

 

F.S.: Pamela, aquellas personas que desean ser padres o madres, ¿Qué deben tener en cuenta antes de iniciar un tratamiento?

 

P.W.: Que es un gran proyecto de vida. Que cuesta, a veces. Que no es tan sencillo. Tampoco es anormal: es un tema simplemente del que no se habla en las salas de espera. “¡Ay, hay otra como yo!”. Claro que sí, no sos extraterrestre, ¡hay otras miles como vos! Cuando empiezan a dejar de verse en salas de espera, y eso quiere decir que lo consiguieron, que es posible.

 

F.S.: Silvana, ¿con qué se van a encontrar cuando lleguen a Crear?

 

S.D.: Se van a encontrar con un equipo sumamente empático, donde todos sabemos que enfrentar un proceso de fertilidad también implica una carga emocional, y que vamos a estar ahí para acompañarlos.

 

F.S.: ¡Gracias por venir!

 

 

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Si te imaginaste ser madre o padre es porque puede ser. Anímate y consultá, el equipo de profesionales de Crear Medicina Reproductiva están listos para recibirte, escucharte y encarar el recorrido para hacer tu sueño realidad.

 

 

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