Con 500 millones para los prestadores privados, Misiones confirma su política de Estado de compromiso con la salud

Probablemente el tema no ocupará las tapas de los diarios de Buenos Aires que miran bastante poco hacia el resto del país, pero Misiones volvió a ganar el centro de la escena en el mapa político federal gracias a una serie de anuncios que rompen con la tónica general de ajuste que impone la coronacrisis.

 

Desde hace más de 15 años Misiones se destaca como una provincia que se las ingenia para invertir mucho dinero en salud y por mantener esa prioridad como una política de Estado que trasciende administraciones y se sostiene a pesar de las crisis más severas.

 

 

Haciendo honor a esa tradición, el Gobierno anunció que destinará 500 millones de pesos para sostener al sistema privado de salud que presta servicios al IPS. Para la Provincia, los médicos y centros asistenciales privados, especialmente aquellos que atienden a pacientes de la obra social del estado provincial, no representan una competencia para la salud pública sino que son aliados en el objetivo de mejorar la calidad de vida de los misioneros y fundamentales para quitar presión sobre el sistema estatal que recibe una alta demanda en todo el territorio.

 

Siguiendo esa lógica, la administración provincial anunció hoy que sostendrá un piso de ingresos a clínicas, sanatorios y médicos que vieron desplomarse su nivel de actividad a partir del coronavirus. Ante el riesgo de contagio que representa una visita a un centro de salud, las consultas médicas se redujeron al mínimo posible, a lo estrictamente necesario y eso repercutió en los ingresos de todo el sistema privado.

 

El desembolso de 500 millones de pesos solo es posible gracias al orden financiero que supo sostener la provincia a pesar de la crisis económica que se agudizó a partir de 2018 y se agravó aún más con el coronavirus. Justamente en materia previsional, la Nación mantiene una deuda con la caja misionera que data de 2017 y supera los mil millones de pesos.

 

A los 543 médicos de cabecera que prestan servicio al IPS se les garantizará un pago mínimo de 100 consultas mensuales correspondientes a abril y mayo, número muy superior a la cantidad de pacientes que efectivamente atendieron.

 

A los especialistas de la misma obra social se les reconocerán de abril a junio un cantidad de prestaciones equivalente a las concretadas en febrero, último mes de actividad normal, salvo a quien hubiera realizado mayor cantidad de servicios en alguno de esos meses que recibirá  más dinero.

 

Este grupo de médicos ya cobró por las prestaciones realizadas en febrero y la semana que viene cobrará por el trabajo correspondiente a marzo, tomando febrero como piso. En julio cobrarán abril y junio, siempre tomando como mínimo los ingresos de febrero.

 

El mismo concepto se aplicará a clínicas y sanatorios, a las que se les garantizará por las prestaciones realizadas en abril y mayo, un piso de ingresos equivalente a lo que recibieron en febrero. Los pagos se concretarán en junio y julio respectivamente.

 

Prioridad absoluta respaldada por inversiones

 

La emergencia del coronavirus sacudió la escala de prioridades de gobiernos nacionales y subnacionales en todo el mundo. Salvo casos excepcionales, la salud pasó a ocupar una importancia mucho más preponderante en todas las agendas, algo que en Misiones no representó un cambio significativo dada la importancia que esa área ya venía teniendo.

 

Más allá de opiniones, apreciaciones y análisis que siempre estarán teñidas de subjetividad, están los hechos y los números que aportan una perspectiva más objetiva.

 

Para una provincia relativamente pequeña como Misiones hablar de 4.000 millones de pesos es hablar de mucho dinero. Más todavía si nos referimos a inversión pública ejecutada en 2019, un año particularmente complejo para la economía de un país castigado por una de las peores administraciones nacionales en esa área de las que se tenga memoria.

 

4.000 mil millones de pesos fue la cantidad que destinó la provincia el año pasado a equipamiento y tecnología de última generación destinada al área de la salud.

 

Ello permitió que se pusiera en funcionamiento el Instituto Misionero del Cáncer (IMC), donde en forma diaria se atiende entre 60 y 70 pacientes que reciben radioterapia aplicada por un acelerador lineal avalado por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), único dispositivo de ese tipo en un hospital de todo el Nordeste del país.

 

El área de Diagnóstico por Imágenes del Hospital Escuela de Agudos también recibió una inversión cuantiosa, de más de 160 millones de pesos, que se destinaron a la compra de un equipo de resonancia magnética con tecnología 4D.

 

Pero tal vez la inversión que está demostrando mayor utilidad en tiempos de pandemia fue la realizada en el Laboratorio de Alta Complejidad de Misiones, que le permite a la provincia hacer testeos de coronavirus con resultados rápidos y confiables.

 

Otro avance notorio fue la puesta en marcha de la historia clínica digital, el puntapié inicial del desarrollo de la Telemedicina en el Parque de la Salud de Misiones. A través de un nodo central que almacena por 10 años la información de cada paciente que ingresa al sistema, hoy no sólo se cuenta con información acerca de la patología y el tratamiento brindado al paciente, sino también el álbum de imágenes de acuerdo a cada práctica recibida.

 

Los 4.000 millones de pesos invertidos solamente en equipamiento de avanzada el año pasado, que se sumaron a cifras igualmente significativas desembolsadas en años anteriores con el mismo objetivo de mejorar la prestación de salud en toda la provincia, respaldan aquello de que en Misiones la salud es prioridad absoluta, lineamiento conceptual que en tiempos de pandemia cobra un valor superior a cualquier cifra monetaria que se pueda disparar, porque termina salvando vidas, muchas vidas.

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