Se buscan empresarios para empresas B

Las tendencias en el mundo de los negocios están mostrando un camino de convergencia en las dimensiones económicas, sociales y ambientales.

Negocios enfocados exclusivamente en la rentabilidad económica son cosas del pasado. Empresarios con un liderazgo paternalista son cosas del pasado. Empleados autistas, son cosas del pasado. Consumidores masificados y sin capacidad de decisión son cosas del pasado. Si … ya lo se … Que los hay, los hay! Ahora, me pregunto son sustentables estos modelos en el mundo que se viene? O en el mundo que queremos crear? Hace unos años atrás me llamo la atención un sistema de negocios que incorporaba la dimensión ambiental y social en los fundamentos de la empresa, las «benefit corporations”, B-corps o empresas B.

Este sistema nace hace una década cuando B-lab, una ONG americana desarrolló una herramienta de evaluación de sostenibilidad y un proceso de certificación para empresas de «triple impacto» (económico, social y ambiental) que promueve la transición hacia economías sostenibles a nivel global. Una empresa B no está determinada por su categoría, su tamaño o facturación: es una compañía que se compromete a generar un cambio, que considera en sus decisiones a los consumidores, a los trabajadores, a la comunidad, a los inversores y al medio ambiente. Su objetivo es combinar los negocios con impactos sociales positivos y el cuidado del hábitat en el ámbito en el que se desenvuelve.

Según los promotores de este modelo, los beneficios para una empresa B que certifica son: Diferenciación y liderazgo a través de compromiso social y ambiental Excelencia para la mejora continua del desempeño en la gestión empresarial Forma parte de una comunidad de líderes empresariales en sostenibilidad Atracción de talento Atracción de inversores y capital Visibilidad y difusión en medios de comunicación

La diferencia de la certificación B respecto de las ISO es que estas últimas sólo certifican la estandarización de un proceso específico y no de un conjunto de procesos, como lo es toda la operación de una empresa. La certificación B es una revisión detallada de todos los procesos de una empresa que busca identificar posibles áreas de mejora y oportunidades para ser un agente de cambio. El sistema B plantea un compromiso real, escrito en los estatutos de la compañía que debe renovarse cada dos años, lo que incentiva el cambio, la innovación y el compromiso.

Uno podría pensar que este modelo está reservado para pequeños emprendimientos que buscan captar un nicho de mercado específico, sin embargo grandes empresas como Natura o Danone han certificado y buscan mostrarse como verdaderos “agentes de cambio”. En la Argentina, la primera empresa en certificar fue Emprendia, fundada por Pedro Tarak, uno de los impulsores de la Fundación Sistema B, que difundió el modelo de B-lab en América Latina, Asia y Europa. Este modelo se apoya en una concepción sistémica y su éxito vas mas allá de empresas que certifiquen. Lo importante es la transformación de las relaciones sociales y humanas dentro de la economía.

Surgen así empresarios que integran la perspectiva económica, ambiental y social generando una plataforma de apoyo para el diseño de sistemas de negocios evolucionados y sostenibles. Los empresarios B tienen la capacidad de hacer conexiones emocionales con su entorno y tienen un entendimiento complejo de estas interacciones de manera de traducir estas ideas en acción y en buenos negocios. Algunas características de estos agentes de cambio son: Además de poseer auto liderazgo y auto motivación, el empresario B sabe crear un mundo al que las personas desean pertenecer, no solo sus clientes, sino sus propios trabajadorescolaboradores-socios. Al incorporar al ADN de su empresa, el triple propósito, logran influir positivamente sobre su entorno. Se focalizan en las fortalezas del equipo-grupo-sistema de manera consciente y coherente. Se comunican con un lenguaje positivo y hacen foco en el propósito, que siempre va mas allá de los intereses meramente personales.

Esta nueva generación de empresarios redefinen el éxito de la economía desde la conciencia social y ambiental e internalizan estas dimensiones en sus negocios generando “economías integradas” o “economías circulares” en oposición a las tradicionales economías lineales. Estas últimas se basan en “tomar-hacer-desechar” o “extraer-producir-generar basura” y representan el modelo de empresa que desde la época de la revolución industrial, viene haciendo un uso indiscriminado de la madre naturaleza, bajo el supuesto de una oferta ilimitada de recursos naturales. Claramente, un modelo en extinción!!

Al decodificar y responder a las demandas sociales, ambientales y de calidad de los consumidores, estas empresas ganan terreno en la economía. La comunidad de empresas B conforma un movimiento global de más de 2.500 compañías en 50 países y 130 sectores con un único fin: que un día todas las compañías compitan por ser las mejores para el mundo, y como resultado, que se conviertan en una fuerza regeneradora para la sociedad y para el planeta.

Eva Muguerza Economista – Empresaria – Docente

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