Empresario posadeño fue víctima de un violento asalto en su casa

Un empresario posadeño y su esposa fueron víctimas de un violento asalto esta mañana en su residencia de la avenida Roca y calle General Frías. Fueron sorprendidos por tres encapuchados armados que entraron en la residencia a buscar dinero en efectivo y finalmente se terminaron llevando celulares y joyas.
Las víctimas fueron Héctor Sesmero (63), que tiene un negocio de maquinaria agrícola por la avenida Lavalle, y su mujer Margarita (56) terminaron golpeados, sobre todo ella, quien presenta lesiones en la cara y en el cuello.
En un momento del atraco, incluso se quisieron llevar al hombre de rehén. Pero desistieron porque con la luz del día y con el movimiento de la ciudad a pleno creyeron peligroso para sus intensiones sacar a una persona cautiva.
El golpe delictivo sucedió alrededor de las 7.30. Sesmero y su esposa habían vuelto minutos antes de la habitual caminata que realizan por la costanera, que está apenas a dos cuadras de su residencia, cuando fueron abordados por la banda. No está claro por dónde entraron, porque el acceso delantero de la residencia no fue violentado y los peritos tampoco hallaron indicios de que hayan trepado por los muros traseros.
Los tres ladrones con el rostro cubierto intimidaron al matrimonio y desde un primer momento exigieron la entrega de dinero en efectivo. Mientras el trío de criminales amenazaba al empresario, afuera otra parte de la banda oficiaba de campana. Se comunicaban por teléfono. Desde adentro llamaban al que estaba en el exterior como “comisario”. De acuerdo con los damnificados, ninguno tenía acento lugareño.
Sesmero y su señora fueron maniatados. En determinado momento, el hombre, que sufre problemas del corazón y que incluso ya fue operado por esa afección, pidió que aflojaran con las ataduras. Entonces lo encerraron en un baño.
En medio del robo, llegó la empleada doméstica, que también fue inmovilizada.
Como en la vivienda no había una gran suma de dinero, la exigencia fue cada vez mayor. Margarita, quien fue golpeaba por los ladrones, ofreció llevarlos al negocio familiar para darles plata, porque les juró que en la casa no había caja fuerte.
Ante el ofrecimiento, decidieron llevarse como rehén a Sesmero, a lo que Margarita se negó, por el estado de salud de su marido. Pero la gavilla desistió tras contactarse con el o los cómplices que estaban en el exterior. Al parecer consideraron que era riesgoso para sus planes mover un rehén por la ciudad a las 8 de la mañana.
Para inmovilizar a las víctimas los asaltantes utilizaron corbatas y cinturones. Esos elementos son peritados por estas horas por la Policía. De todos modos, creen que la banda se cuidó de no dejar huellas dactilares detectables.
Después de desistir de llevar a Sesmero de rehén, los malvivientes tomaron las joyas de Margarita (le lastimaron los dedos para sacarle los anillos, por ejemplo) y huyeron.
La empleada doméstica pudo zafarse de las ataduras y liberó a sus empleadores. Entonces avisaron a la Policía.
Los Sesmero viven desde hace 25 años en esa residencia y nunca les había sucedió algo parecido. El matrimonio debió recibir atención médica.
Trabajan en el caso distintas dependencias de la Policía, con la supervisión del juzgado de Instrucción en turno.

 

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