Bolsas emergentes, en el nivel más alto en un año y medio

Tras mejora de los bonos, ahora es el turno del mercado accionario

Escribe Pablo Wende. La suba de Wall Street contagió ayer a los activos financieros de todo el mundo. Las bolsas emergentes no se quedaron atrás y confirmaron su gran recuperación, luego de un 2012 en el que tuvieron un comportamiento más flojo y volátil. Pero uno de los datos más notorios es que el índice que agrupa a las principales acciones de países emergentes llegó ayer, en el arranque del 2013, a su valor máximo en un año y medio. El índice EEM finalizó en 45,22 puntos, un nivel que no tocaba desde el 28 de julio de 2011.

Aunque cada mercado tiene sus particularidades, en todos los casos se destacan fuertes subas. El índice BIK, muy seguido por los inversores que desean posicionarse en Brasil, Rusia India, China (es decir el bloque BRIC), por ejemplo, ganó ayer 2,75% a 25,07 puntos. Desde el 16 de marzo pasado que no llegaba hasta ese nivel.

 El índice EWZ, que sigue a las acciones líderes brasileñas, finalizó a 56,96 puntos, un nivel que no superaba desde el 4 de mayo pasado, o sea hace casi siete meses. Y el EWY coreano finalizó en 64,97, su nivel más alto desde mayo de 2011.

Uno de los principales factores que está influyendo para esta fuerte recuperación de emergentes está relacionado con niveles mínimos de tasas de interés en los mercados desarrollados. En los Estados Unidos, por ejemplo, se estima que los rendimientos de corto plazo se mantendrán entre 0 y 0,25% por lo menos hasta 2015.

Estas tasas mínimas impulsaron el año pasado fuertes ganancias en bonos emergentes, generando una caída a niveles nunca vistos de las tasas de interés. Este fenómeno se reflejó en una reducción de la brecha (o spread) entre las tasas de los bonos del Tesoro y de la que tienen que pagar la mayoría de los países de América latina y Asia.

Como los títulos de países emergentes ya están muy altos, y para muchos analistas demasiado caros, ahora la opción para los inversores es buscar alternativas otro tipo de alternativas. El peligro es, por ejemplo, comprar un bono de un país latinoamericano a u$s 110 (o sea por encima de la par) y sufrir una caída de precios, lo que representaría una

Y ahí es donde aparecen las acciones, que en muchos casos vienen retrasadas y por lo tanto presentan un margen de apreciación mucho mayor. Las bolsas de Shanghai y de San Pablo, por ejemplo, se mencionan entre las más atrasadas, tras haber tenido subas espectaculares hasta el 2008, previo a la crisis de Lehman Brothers.

La suba accionaria tiene además un correlato en la marcha de la economía real. De hecho, para América latina se esperan sólidos niveles de expansión en este 2013, incluso levemente superiores a los de 2012. Brasil será uno de los casos más notorios del repunte (aunque no superaría el 3%), mientras que Chile, Perú y Colombia seguirán con niveles altos de crecimiento, superiores al 5%.

Por otra parte, el incremento de los precios de las acciones se sustenta en un fuerte flujo de fondos que está ingresando a índices y fondos vinculados a mercados emergentes. Este comportamiento muestra una mayor voluntad de los inversores por posicionarse en activos de riesgo, en un momento en el que las tasas seguirán a niveles mínimos y con fuertes compromisos por parte de los bancos centrales por inyectar toda la liquidez que sea necesario para evitar una profundización de la crisis en las principales economías del mundo.

 

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