Consideran que los valores no se ajustan a la realidad. En los últimos meses el sector afrontó tres incrementos salariales, de combustibles y de insumos. «Esos valores nos deja en muy mala posición», se quejaron con razón. Desde octubre del 2006, la hoja verde y la canchada valen 0,48 y 1,85 pesos el kilo, respectivamente. Como era de esperar, los secaderos mostraron su malestar por la medida adoptada por la Nación que establece la continuidad de los precios de referencias de la hoja verde y de la yerba mate canchada hasta marzo del año que viene: 0,48 centavos y 1,85 pesos el kilo, respectivamente.
«Esos valores nos deja en muy mala posición, porque este es el tercer semestre en que se mantienen los mismos precios, casi un año y medio de no actualización de precios, cuando en realidad nosotros ya tuvimos tres incrementos salariales que afrontar. Es más que razonable que no estemos de acuerdo», se quejó con razón Luis Konopacki, director titular de los secaderos en el Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym).
Ya en marzo pasado antes que la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación (Sagpya) también laudara a favor de la continuidad de los mismos precios, los secaderos habían presentado un estudio de «costo puro» de secanza por tonelada. En ese entonces, mostraron que había que arrancar en 440,62, al que había que agregarle el valor de la hoja verde; más 8 por ciento de utilidad, gastos financieros del 7,5 por ciento e impuestos del 4,2 por ciento, lo que evidenciaba que los costos a afrontar habían experimentado un incremento considerable y que la mantención de los valores de la hoja verde y la canchada (sobre todo ésta última) era perjudicial para este sector de la cadena yerbatera.
Ayer, Konopacki insistió con la postura de actualización y consideró que el precio de la canchada deber ser revisado tomando como parámetros las distintas variedades de yerba mate existentes y los aspectos como el tiempo de estacionamiento, la cantidad de palo en la composición, la diferenciación entre yerba de campo y yerba de monte, y la época de cosecha.
«Los secaderos no podemos aceptar la continuidad de los valores por eso antes que la decisión pase a manos de la Sagpya habíamos presentado una actualización de costos, incorporando los incrementos salariales y de todos los insumos», recordó el director del Inym.
Los secaderos constituyen el eslabón intermedio de la cadena yerbatera y, al igual que los productores, están sometidos al juego de constante presión que imponen las 5 grandes industrias que monopolizan el mercado. El principal descontento de sus representantes pasa por la desigualdad que existe a la hora de hacer cumplir los valores y del margen de ganancia que le corresponde a cada sector. Es que a pesar que desde hace más de un año que los costos para la materia prima permanecen invariables, los industriales sí accedieron a incrementos (en algunos casos excesivos) en el paquete de yerba colocado en góndola.
Pese a esta situación y a la imposibilidad del Inym de resolver sus costos por cuenta propia sin tener que recurrir a la decisión de la Nación, Konopacki, se mostró a favor de sostener el actual sistema del instituto yerbatero que establece que los precios deben ser fijado por unanimidad y no por simple mayoría como se pensó en algún momento.
Visión favorable
Otra es la visión que tiene la provincia de Corrientes respecto a la resolución de la Sagpya. Esteban Fridlmeier, representante del Gobierno de la vecina provincia en el Inym, indicó que el fallo de Nación de mantener los mismo valores hasta el 31 de marzo «respondería primero a la política antiinflacionaria que ejecuta el Gobierno nacional, y además por un compromiso dentro del sector para que en vez de aumentar el precio de la materia prima se controle efectivamente que se cumplan esos costos en todas la cadena productiva».
En ese sentido, recordó que varios sectores denuncian «que no se pagan a los tareferos o sacadores el precio correspondiente, sino por debajo de los costos de referencia establecidos».
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