Líderes entre lupas

Escribe Marcelo Alejandro Pedroza

Quiero visualizar de manera extendida lo que sucede a mí alrededor y ustedes también pueden hacerlo, dijo Mario. En ese instante varios de los presentes asintieron gesticulando. Es como si necesitáramos utilizar una lente que nos permita ampliar el criterio visual de lo que nos pasa. En vez de ese instrumento óptico está nuestra decisión de utilizar los cinco sentidos para lograr el anhelo de bienestar, concluyó el orador.

En nuestras raíces está el cristal con el que miramos la vida. En un hecho pueden existir tantas interpretaciones como personas lo presencian. Quienes utilizan ese soporte circular interior con ánimo de encontrar los puntos negros en lo que ven, se acostumbran a vivir en la disconformidad y no encuentran razones que calmen el volcán que los acompaña.

Los líderes construyen un diseño de lente auténtico que les sirve para toda la vida. Lo usan para ver lo bueno que hay en cada persona y en los acontecimientos que suceden. Tratan de evitar las imágenes que producen dolor y si deben detenerse en ellas, lo hacen para encontrar la distancia focal que les facilite descubrir la claridad del día después.

El detalle constructivo está siempre presente, sólo hay que verlo. Lo pueden reconocer quienes deciden ampliar sus horizontes. Quien no quiere ver, no ve. “No puedo exigirles que vean lo que no están preparados para ver; sí quiero ayudarles a cultivar el don de contemplar, para eso necesitan mirar con interés”, expresó Mario.

El máximo tamaño angular se logra valorando lo que se contempla. Hay quienes tienen frente a sus ojos lo que siempre quisieron, pero el foco del manantial interior se clausuró por diversos motivos y se pierden el verde más bello de la existencia; entonces fijan la mirada en lo opuesto y el devenir se les torna insoportable.  Los líderes que conocen esos tiempos y han podido despejar el horizonte, sienten la profunda necesidad de colaborar para que otros tengan una imagen nítida e infinita del poder que poseen en su interior.

Aquellos que disfrutan de lo que hacen fijan su mirada en el punto próximo y de esa manera avanzan con armonía. Rescatan lo mejor en cada momento, se transforman en admiradores de la vida. Aprender a mirar con admiración, como lo hacen los niños que empiezan a identificar el mundo a su alrededor.

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