Dengue | “La población debe saber dónde hay un caso, tiene que estar georreferenciado y enviarse una alerta para evitar contagios”, dice el especialista Carlos Ferreyra

Carlos Ferreyra es uno de los autores de la ley de prevención de dengue en Córdoba, de 2009, y hoy es un activista climático, preocupado por los cambios que está produciendo el calor en la salud de las personas, como la extensión de los virus tropicales.

“Cada caso de dengue tiene que estar georreferenciado y tendría que enviarse una alerta a la manzana completa. Es vital hacer mucho más por el control de foco para evitar los contagios en racimo”, dice el médico Carlos Ferreyra, en una entrevista publicada por La Voz.

El médico es responsable en 2009 de la Unidad Dengue del Ministerio de Salud de Córdoba, coautor de la ley provincial 9.666 que creó los programas preventivos y hoy un activista climático global, referente de la Alianza Clima, Vida y Salud Argentina.

 

–¿El crecimiento año a año de los casos de dengue en el país tiene que ver con la crisis climática?
–Sin dudas, es un efecto de la tropicalización de los ecosistemas. Y es vital tener información epidemiológica de calidad y una política de adaptación al calor extremo, que entre otras cosas va a traer un crecimiento de las enfermedades transmitidas por vectores.

 

–¿Qué tendría que hacer el país, puntualmente, para enfrentar los actuales brotes?
–El dengue ya se instaló, especialmente en los ámbitos urbanos. La ley que aprobamos en 2009, que fue el modelo de la que luego se sancionó a nivel nacional, faculta al Estado a ingresar a hogares y a ámbitos privados para eliminar criaderos de mosquitos.

Hay que eliminar esos grandes criaderos, que están en las gomerías, en los cementerios, en las naves industriales, en los baldíos, en las escuelas y en las sedes universitarias. A la vez, se tiene que declarar la emergencia, y el Presidente, a quien no le escuché hablar del tema, tiene que ponerse al frente de una campaña de prevención.

A nivel poblacional, el riesgo de que haya más complicaciones es altísimo si se deja que siga circulando el virus. Ya tenemos presencia de casi todos los serotipos del dengue en el país.

Hay que eliminar esos grandes criaderos, que están en las gomerías, en los cementerios, en las naves industriales, en los baldíos, en las escuelas y en las sedes universitarias.

–¿Son eficaces las medidas que adoptan los gobiernos, como las fumigaciones por sectores?
–No hay evidencias de que sea una solución y muchos estudios plantean que el mosquito se hace resistente cuando se insiste en la aplicación de estos venenos. Lo que es imperioso es contar con mayor información, que esté al alcance del ciudadano. Los casos se tienen que georreferenciar y Defensa Civil, emitir una alerta a todos los que viven en la casa donde hay un infectado, pero también en la misma cuadra, en la manzana y en las manzanas aledañas, para evitar los contagios en racimo. Hoy eso es posible de hacer con un mensaje por celular.

 

–Trabajó en el combate del dengue en otros países. ¿Se puede controlar la evolución de esta enfermedad?
–Sí, hay buenas experiencias, pero llevan años de implementación, son políticas de Estado, que involucran a todos los sectores de la sociedad. Hay casos de éxito como Indonesia o Taiwán, que logran mantener controlada la epidemia. Así como hay que preparar a los ciudadanos para el dengue, hay que prepararnos para el calor extremo.

El calor determina que crezca la población de mosquitos. No tenemos servicios meteorológicos provinciales, ni mediciones que permitan considerar las variables de temperatura y de humedad, que son las que determinan las condiciones de la sensación térmica, pero que también son relevantes para entender cómo el clima favorece a los
mosquitos.

 

 

 

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