Reflexión del Apóstol Guillermo Decena: «Sabiduría para reinar»

El Apóstol Guillermo Decena expresó "podemos definir la sabiduría como la capacidad de accionar de manera excelente frente a un evento y darle solución. La sabiduría y la moral se interrelacionan, dando como resultado un individuo que actúa con buen juicio, veamos lo que dice la Palabra de Dios".

«Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé. Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto» (1 Reyes 3:5-13).

Dios le otorgó sagacidad para resolver problemas que se le presentaban diariamente. Esto es una enseñanza directa para nosotros, que también somos llamados a reinar en el Espíritu. Sin sabiduría otorgada por Dios, es imposible traer sobre la tierra la operación del Reino de los Cielos. Pero hay esperanza para nosotros, pues dice la Biblia: «Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada» (Santiago 1:5).

Podemos definir la sabiduría como la capacidad de accionar de manera excelente frente a un evento y darle solución. La sabiduría y la moral se interrelacionan, dando como resultado un individuo que actúa con buen juicio. Algunas veces se toma a la sabiduría como una forma bien desarrollada de “sentido común”. Es por esto que el apóstol Santiago habla de pedir sabiduría con la seguridad de que Dios quiere darla, para que ejerzamos la obra que debemos hacer sobre la tierra.

Las dos sabidurías:

Con la revelación del Espíritu Santo, Santiago nos describe dos tipos de sabidurías, “la de arriba” y “la de abajo”, hablando de la sabiduría del cielo y la sabiduría terrenal.

1- La sabiduría de abajo, terrenal.

«¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. 14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica…» (Santiago 3:13-16). Esta clase de sabiduría no es del Espíritu Santo, tiene otro fundamento espiritual, y se opone a la ley de Dios, revelándose en varias conductas típicas:

– Celos amargos: Son peleas originadas en competencias y envidias del corazón que desea poseer lo que otro tiene y aparentemente no lo alcanza. Una persona con celos amargos tiene un manifiesto egocentrismo, pues no se preocupa por el bienestar ni los sentimientos de los demás. Anhela ser el principal, el mejor y el primero.

– Contención: se refiere a una actitud de enojo, peleas, rivalidad, disputa, divisiones, agresividad y egoísmo extremo, ambiciones personalistas. Estas con la consecuencia obvia de la aparición de los celos amargos.

Estas conductas son comunes para poder avanzar en el mundo, pero frenan el reino de Dios y lastiman el corazón de muchas personas. Es por esto que el cristiano que elige este camino no podrá tener autoridad espiritual. «Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre» (1 Juan 2:17).

No podemos convalidar la cultura depravada del mundo, por eso creemos que el amor puro no es carnal ni terrenal, sino celestial, santo y está descripto perfectamente en la Biblia. Esto es un ejemplo perfecto de la “sabiduría” de abajo y la de arriba. “Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa” (Santiago 3:16).

2- La sabiduria de lo alto, celestial.

«Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía…» (Santiago 3:17-18).

Pura: La sabiduría espiritual que nos puede hacer reinar espiritualmente es pura, hablando de santidad real y verdadera. Por eso dice la Biblia “sean santos porque yo soy santo dice el Señor”. La sabiduría celestial entonces es la sabiduría que te hace apartar del mal, la otra diabólica trata de convencerte de que el pecado es algo natural. ¿Por qué se menciona la pureza como primera característica de la sabiduría? Porque es la sabiduría que encuentra su origen en Dios, es pura porque Dios mismo es puro. La verdadera sabiduría de Dios está en Cristo (Colosenses 2:2-3).

Pacífica: Un creyente que anda en la sabiduría de Dios ama la paz, y hace lo posible para mantenerla, sin sacrificar la pureza.

«Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia…» (Proverbios 3:13-17).

Amable: Una persona que es amable, es justa, razonable y considerada en todas sus opiniones.

«No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad considera a los demás como superiores a ustedes mismos» (Filipenses 2:3).

Benigna: buena actitud, obediente, dócil, dispuesto y abierto a aprender. Es capaz de escuchar sugerencias. Siempre está listo para aceptar la corrección y la exhortación.

Llena de misericordia: La sabiduría llena de misericordia es aquella que no solo perdona a los que han hecho mal, sino que extiende sus manos para ayudarte en cualquier necesidad. La misericordia es la expresión y la acción divina frente a la problemática humana. Dios, sin exigencia alguna, ama al caído, al pecador, al rebelde, y al necesitado. La misericordia no tiene que ver con un amor de correspondencia, sino de un amor incondicional, orientado a quienes nunca merecieron tal afecto. (Efesios 1:4–5).

Dios mostró su misericordia cuando no éramos dignos de recibirla y su amor tiene el propósito eterno de salvación. Estamos llamados a conceder misericordia, por que Dios no ha dado el ejemplo y espera que lo sigamos. Por lo tanto, es una experiencia práctica y continúa de vida.

Llena de buenos frutos: A diferencia de la sabiduría de abajo que produce “toda obra perversa”, la sabiduría de lo alto produce buenos frutos.

Sin incertidumbre: sin imparcialidad, sin favoritismo, no hace distinción, no hace injusticias, sin doblez. La sabiduría conforme al pensamiento de Dios no hace acepción de personas. Sino más bien escucha atentamente y objetivamente los argumentos que se le presentan y luego pronuncia un juicio, en primer lugar, imparcial y luego sincero.

Esto significa que no duda en cuanto a los principios espirituales. Sabe lo que piensa, elige su curso de acción guiado por la palabra de Dios y lo mantiene. La sabiduría cristiana se basa en principios espirituales que nos llegan de Dios mediante Jesucristo.

Sin hipocresía: significa sin apariencias, sin cosas ocultas, sincero, genuino, no fingido, franco. La verdadera sabiduría no es falsedad o alguna actitud fingida, no pretende ser lo que no es, ni hacer algo para conseguir sus propios fines. Más bien es una vida transparente, sin nada que ocultar. No tiene apariencia de piedad, más bien es piadoso en verdad. «El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno» (Romanos 12:9).

Tomemos distancia de la sabiduría terrenal y anhelemos la sabiduría que viene del Cielo, es la única manera de que el Reino se instale en la tierra. Estamos tal vez acostumbrados a una cultura de la tierra, pero ya es hora de que renunciemos a ese comportamiento y veremos la sobrenatural mano de Dios.

* Excelencias de la sabiduría: «Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. Porque Jehová da la sabiduría, y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos; es escudo a los que caminan rectamente» (Proverbios 2:1-7).

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Apóstol Guillermo Decena

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