Juicio a la mujer que intentó asesinar a su beba en Posadas: siguen declarando testigos

El Tribunal Penal Dos, presidido por César Yaya y compuesto por los magistrados Carlos Giménez y Gregorio Busse, dispuso ayer un cuarto intermedio hasta esta mañana en el juicio a Rita Marianela Cervantes. Con lo cual desde las 8:30 horas, comparecen más testigos.

“Rita tenía terror a parir una hija mujer”, afirmó una psiquiatra en el juicio a la mujer que intentó asesinar a su bebé en Posadas

 

La hipótesis de una psicosis puerperal fue redundante entre las dos profesionales de la salud que declararon ante el Tribunal Penal Dos en la segunda audiencia del debate oral que tiene como acusada a una mujer de 31 años que intentó asesinar a su hija recién nacida.

Por inconvenientes en la declaración vía remota de las primeras dos testigos, la segunda audiencia del debate inició pasadas las 9, habiendo fijado con antelación su comienzo una hora antes.

Los testigos de la fecha fueron solicitados por la defensa de Rita Marianela Cervantes Martínez, integrada por Luciana Sommer Aromí y Karen Rodríguez De Olivera. Con estos testimonios, las letradas planean plantear un estado de psicosis puerperal en la acusada tras dar a luz a su beba en septiembre del 2020.

Vía zoom, la psiquiatra Lucía Scrimini dio detalles de su entrevista con Cervantes Martínez en noviembre del año pasado, cuyo encuentro se concretó en la Unidad Penal Dos de Mujeres, dependiente del Servicio Penitenciario provincial.

La profesional contó que, dada a su experiencia en el acompañamiento a madres en estado puerperal, un grupo que defiende mujeres vulnerables se contactó con ella para que pudiese intervenir en el expediente que hoy está en juicio.

Mencionó que en primera instancia, la acusada no hacía referencia a su conflicto y para ello, debieron ayudarla para que pudiese expresarse con libertad y conocer su historia de vida, por sobre todo su triste infancia.

“Ella era tímida, sumisa. Pudimos comprender que ella estaba en ese estado de negación del embarazo por una historia triste de su infancia. Ella fue abusada por su padre, desde muy temprana edad hasta los 11 años. Nunca lo pudo contar, por eso nadie le comprendía”.

Según consta en el expediente que se ventila, a la mujer jamás se le notó que estaba embarazada, por esa razón ninguno de sus cercanos conocía esa noticia y ella decidió ocultarlo. “Nos costó comprender como llegó al final del embarazo sin que nadie se dé cuenta. Al noveno mes no se le veía la panza a pesar de que era muy delgada, ella menstruó los nueve meses. Se hizo ecografías, en la primera le detectaron piedras en la vejiga y en la segunda, vieron un mioma y no un feto”.

La psiquiatra explicó que su inconsciente la llevó a negar ese embarazo y eso produjo que los ecografistas no vean el feto, puntualizando en el terror que tenía la acusada de dar a luz a una nena y que sufra lo que ella sufrió cuando era apenas una niña.

“Hay experiencia de que muchas mujeres por lo que sufrieron en su infancia, llegan a negar su embarazo, inclusive puede llegar a morir el bebé porque retienen el parto negándose a parir. Esto es cuando tienen una hija mujer en el vientre, tienen terror de que sufran lo mismo que ellas”.

En esa línea, continuó, “Por el abuso infantil, se puede llegar a notar estos inconvenientes en el embarazo, se reencuentran con su infancia. En el caso de Rita, acá hubo un malestar durante 9 meses que se consideraba de vesícula, nadie podía comprender lo que le pasaba, el recuerdo con lo infantil estaba siendo inconsciente. En la entrevista ella me dijo `A mí me gusta mucho ser mamá, si lo hubiese sabido le habría cantado a mi bebé como lo hice con el primero´. Los abusos y el silencio de chica provocaron su negación”.

La testigo continuó explicando que Cervantes Martínez no entendía porque había rechazado el tener una hija mujer, que sólo quería cuidarla y criarla. “Rita tenía terror a parir una hija mujer, por eso cuando le preguntan cómo le iba a poner a su bebé, ella lo nombró a su hijo varón. Eso sería la disociación, su mente puede estar en un delirio, su conciencia está en otros estados con respeto a la realidad”.

Al momento de la entrevista, recordó que la acusada estaba tranquila, pero en otro mundo, no estaba asombrada por parir porque ella creía que nunca estuvo embarazada. “Ella estaba muy angustiada cuando la estábamos entrevistando, no podía comprender porque hizo lo que hizo, ella decía que nunca podía haber rechazado una hija o hijo, que solo se permitía seguir viviendo por su nenito y porque quería conocer a su beba. Ella ya no estaba en estado psicótico sino depresivo”.

Afirmó que la acusada, el 5 de septiembre del 2020, tomó un documento ajeno de su casa – que pertenecía a su mejor amiga – y se fue directo al Hospital porque no aguantaba el dolor de vientre. Ella no estaba consciente de que tenía un documento ajeno, se anotó con otro nombre pero firmó con el suyo”.

Siguiendo el examen de la testigo, los antecedentes de la acusada detallan que fue una mujer tímida y fóbica toda su vida, debido al abuso del que fue víctima en su infancia y del miedo que le tenía a su padre, que nunca nadie lo pudo entender. “En su matrimonio nunca supo expresarse, tenía un compañero tímido. Él cuando la comprendió, comenzó a visitarla en la cárcel y le pidió disculpas”.

Hizo hincapié a la violencia psicológica de su pareja, que ella lo tomaba como natural, pero sin hacer referencia a golpes o maltratos. “Él es un hombre, según ella relata, que no la ayudaba con el nene, que no la acompañaba y no la entendía. Quería tener sexo y ella no, pero él no entendía porque. Él en su visita en la cárcel le pide disculpas, ella se sentía abandonada por él”.

Por último, resaltó que en la comisaría de Itaembé Guazú, donde la acusada estuvo detenida los primeros días, las mujeres allí encerradas le dieron una golpiza, pero ella no lo recuerda. “A la madre le dijo que las amigas la golpearon y no sabía porque”.

 

Una de cada mil

La segunda en declarar fue Mabel Bianca, médica master en salud pública y especialista en enfermedad y muerte materna, quien no tuvo contacto con la acusada pero si investigó el caso de Rita y estudió el expediente.

Explicó que hay embarazos en los cuales los de afuera no notan cuando crece el abdomen de la mujer. “Son los menos, una de cada mil. El crecimiento es a lo ancho y no hacia adelante. No continúan con el ciclo menstrual pero tienen pérdidas periódicas, hemorragias que asocian a una menstruación, no es habitual pero existe”.

Contó que es raro pero posible que la mujer no sienta los movimientos de la persona por nacer dentro de su vientre y que hay situaciones que le impiden a la mujer reconocer su embarazo abiertamente. “El puerperio, se clasifica por los 45 días posteriores al parto. Durante estos días, hay una adaptación del cuerpo de la mujer, que ya tenido el hijo, empieza a tener el estímulo para la lactancia. El embarazo significa una modificación en las hormonas de la mujer”.

La testigo se refirió al abuso sexual que la acusada sufrió en la infancia por parte de su padre y que eso le dejó marcas psicológicas que afectaron a su comportamiento durante el embarazo. “Ella tenía percepción de que estaba embarazada, pero estaba negada, no quería una hija mujer porque revive su situación de abuso sexual en la infancia. Ella insiste que estaba embarazada de un varón”.

Seguidamente, Yanina Juda, profesional de la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura, desarrolló su rol en el control y monitoreo de mujeres en contexto de encierro y de la relación amigable que formó con la encartada.

Comentó que en contexto de pandemia, se desempeñaba como comisionada y realizaba visitas periódicas por pedido de la familia de las internas. Así fue como llegó hasta Cervantes Martínez.

“Era una mujer muy delgadita, muy triste. Le comenté quien era yo y mis funciones. Ella lloraba todo el tiempo, no me podía contar casi nada. Se veía angustiada por lo que había sucedido, no hablamos sobre el hecho al principio, yo lo que sabía era por los medios. Ella no tenía muy en claro lo que pasó, nunca hablamos del tema, nunca me pudo contar que fue lo que le sucedió. Yo era la única que podía entrar a la unidad, teníamos confianza y de a poco íbamos charlando. Rita nunca me relató los hechos porque no estaba segura de lo que pasó. Lo que ella quería era que estén bien sus hijos afuera, siempre preguntaba por su varón”.

Recordó que una hermana de la acusada le mostró una fotografía de Rita supuestamente del día en que dio a luz, pero que no se le notaba que estaba embarazada.

Por último, declararon dos integrantes del Servicio Penitenciario Provincial. La primera de ellas, Romina Stoll, se desempeñaba como directora del anexo de mujeres cuando a finales del 2020 ingresó Cervantes Martínez, derivada desde la comisaría del barrio Itaembé Guazú.

“La estadía de ella fue particular, llegó en un estado complicado, había salido del Hospital con un inconveniente. Llegó desde la comisaría de Itaembé Guazú golpeada porque le habían dado una golpiza, estaba con un poco de miedo por lo que le había pasado. Inició el tratamiento penitenciario, era una interna de buen comportamiento, ayudaba en la cocina”.

Hizo hincapié también a la misma fotografía de la acusada supuestamente horas antes de dar a luz ese 5 de septiembre. “Recuerdo una foto que me mostraron de Rita, a una semana de parir, que no se notaba que estaba embarazada. Me llamó mucho la atención”.

Fátima Ojeda, oficial del SPP, solamente mencionó que era jefa del régimen donde estaba alojada la acusada pero que sólo mantenían un vínculo profesional.

El Tribunal Penal Dos, presidido por César Yaya y compuesto por los magistrados Carlos Giménez y Gregorio Busse, dispuso un cuarto intermedio hasta mañana miércoles a las 8:30 horas, donde se espera la comparecencia de más testigos.

 

 

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