Werner Lutz contra las cuerdas en la segunda jornada del juicio: testigo clave aseguró que tomó cerveza y “fumó un porro” antes de chocar y matar

Con la declaración de cuatro testigos considerados claves para el expediente, se reanudó el debate oral y público por la muerte de Fernando Fabián Vázquez (24) en agosto de 2016. El imputado contra las cuerdas, pero en el final de la audiencia pudo respirar profundo.

Julio Werner Lutz (30) estuvo al borde de tirar la toalla con la declaración del médico que realizó la autopsia y los dos testimonios posteriores. Pero finalmente, pudo llenar de aire sus pulmones para afrontar lo que resta del debate.

Es que, Silvio Orlando Mauricio Wojanovich, el médico que realizó la autopsia al cuerpo de Fernando Vázquez, relató con lujo de detalles su intervención en aquella práctica, mencionando que hubieron politraumatismos pero que la causa efectiva de muerte fue por un traumatismo cráneo encefálico con compromiso vertebral alto, lo cual provocó una hemorragia masiva del cerebro.

Aparte, el cadáver presentaba otros traumatismos, múltiples fracturas costales que albergan los pulmones y vasos y, una contusión pulmonar que provocó el estallido de los pulmones y llenó de sangre la cavidad torácica.

En la parte abdominal, hubo un traumatismo cerrado de abdomen, dónde la fuerza ejercida sobre ese sector, solo puede ser vista si se realiza una cirugía. Se constató un estallido de hígado, literalmente se rompió, y produjeron un alto sangrado. “Cuando hay estallido de hígado, el mismo queda como una papilla”, explicó.

También Fernando Vázquez sufrió traumatismos faciales y otros politraumatismos múltiples pero que no hacen a la causa de muerte. El joven se desnucó, lanzó el profesional.  “Sin conocimiento del accidente, si se le aplica una fuerza al individuo que lo desplaza de su punto muerto, es decir si se lo empuja y hace el mismo movimiento del agua, como un latigazo o cabeceo, se vence la vertebra y se rompen los ligamentos, la cabeza queda como giratoria”. La cabeza estaba colgada de costado, diciéndole vulgarmente “bailando”.

Estas lesiones provocaron en principio un paro cardiorrespiratorio, es decir el corazón se detuvo temporalmente y después de unos minutos, la víctima sufrió un paro cardíaco, lo cual es casi irreversible. “En este caso, ni un casco bien colocado evita el desnudamiento y por ende, la causa de muerte”, cerro.

 

“Quisimos darle una mano a las chicas”

Denis Victorio Vuotto y Eduardo Encina fueron casi coincidentes con sus testimonios. Ambos estuvieron en la exposición de autos en el Autódromo Rosamonte y se cruzaron con Werner Lutz y dos mujeres que lo acompañaban aquella tarde.

El primero de ellos contó que, “esa noche salimos del Autódromo, había una expo de autos. Salía con un compañero (Encina), y el señor (Werner Lutz) nos pasa. Después de 10 minutos, llegamos al lugar del hecho, pero no vimos el accidente. Cuando llegamos había una persona dirigiendo el tránsito, nos mandó hasta la colectora. Aún no había patrulleros”.

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Mencionó que cuando ingresaron a la colectora, debido a que sobre la ex ruta 213 se había producido el siniestro vial, vieron a dos chicas a las que identificó como “amigas” paradas al lado del automóvil del acusado, con cortes y sangre en distintas partes del cuerpo.

“Le quisimos dar una mano para llevarlas al Hospital, en esas cuadras le encontramos a la mamá de una de las chicas, se bajaron de mi auto y se fueron creo al accidente de vuelta. Seguimos nuestros caminos y nada más”.

Recordó que para que subieras las dos jóvenes, bajó una conservadora de su auto porque tenía un equipo de música en el baúl y accesorios del evento en el asiento trasero. “Yo fui temprano a la exposición de autos porque yo había preparado mi vehículo para exponerlo, coloqué equipo de música, llantas deportivas, suspensión y demás”.

Ante la pregunta del fiscal Martín Rau, el testigo comentó que en el evento se cruzó con Sabrina y Florencia, quienes estaban acompañadas por Werner Lutz. “Solamente las saludé y compartimos una cerveza”, lanzó.

Por último, hizo referencia nuevamente que a la salida del evento, el acusado los pasó a una velocidad que “no era extremadamente fuerte, no recuerdo a cuanto”.

En esa línea, Eduardo Encina remarcó lo expuesto por el anterior testigo y señaló que a los cinco o diez minutos de que el acusado los haya cruzado por la avenida Cabo de Hornos, se encontraron con el accidente y con una persona dirigiendo el tránsito. “Nos mandaron por la colectora y le levantamos a las dos chicas, una estaba llorando y la otra tenía vidrio en el ojo. Por el camino nos encontramos con la mamá de una de ellas y les llevó de nuevo al lugar del hecho”.

Recordó haber visto al encartado acompañado de las dos jóvenes en el evento del Autódromo, pero no supo precisar si estaban tomando bebidas alcohólicas. “Sólo los vi cuando pasaron para ir al baño”.

En un principio, se había filtrado que la conservadora estaba dentro del auto del acusado y que fue él mismo quien la sacó luego de haber chocado al motociclista. Pero, el helatodo era propiedad de Vuotto, quien manejaba un Peugeot 206. “Bajamos una conservadora para que puedan entrar las chicas”.

 

“Tomó cerveza y fumó un porro”

La última testigo de la jornada fue Florencia, considerado un testimonio clave para el expediente. Esta joven, hoy integrante de la Policía de Misiones, iba en el asiento trasero del Ford Fiesta Kinetic que conducía el acusado al momento de impactar con la motocicleta de Fernando Vázquez.

Aseguró que no tiene relación alguna con Werner Lutz, pero que lo conoció aquel fatídico 20 de agosto por ser “amigo de mi amiga”. Continuó, “nos dirigimos al Autódromo porque había una expo de autos. No estuvimos mucho tiempo, hubo bebidas de por medio. El tomó alcohol y fumó un porro. Salimos porque el muchacho tenía que cerrar su local y yo cuidar a mi hermanito”.

Tras ello, apuntó que Werner Lutz salió fuerte (velocidad elevada) y con la música alta. “Por la ruta nos habíamos pasado un semáforo en rojo. Al llegar al Centro de Cazadores, estaba el muchacho (Fernando Vázquez) sobre el carril izquierdo, se le veía perfectamente, le empezamos a gritar que estaba la moto”.

Luego, llenó de dudas la sala de audiencias al lanzar que “mi amiga levantó el freno de mano antes de impactar con la moto, sino no íbamos a parar. El choque fue muy fuerte, el no frenó, cruzó en rojo el semáforo”. Esto fue marcado por la defensa, que seguramente lo tendrán en cuenta para los alegatos finales.

Recalcó que el muchacho estaba perfectamente bien posicionado, esperando la luz verde en el semáforo sobre la intersección de las avenidas Alicia Moreau de Justo y Las Américas. «Le gritamos `el chico, el chico´, pero él nunca frenó, mi amiga levanto la palanca”.

Cerró expresando que el acusado en ningún momento se preocupó por el motociclista o por sus acompañantes, “solamente le importaba su auto”.

La tercera y última jornada de testimoniales está fijada para mañana miércoles a partir de las 8:30 horas, nuevamente en el Salón de Usos Múltiples del Palacio de Justicia. Fueron citados seis testigos y el jueves se programaron los alegatos y la sentencia.

Werner Lutz

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