La ciudad portuaria de Odesa, en Ucrania, ha sido escenario de una nueva y devastadora noche de ataques con misiles procedentes de Rusia. Según el gobernador de Odesa, Oleg Kiper, al menos una persona ha perdido la vida y otras 22 han resultado heridas, incluyendo cuatro niños inocentes.
Los misiles impactaron severamente la ciudad, causando la destrucción de seis edificios residenciales, incluyendo bloques de apartamentos, y generando graves daños en la majestuosa Catedral de la Transfiguración, la iglesia ortodoxa más grande de Odesa.
Kiev ha afirmado que en el ataque de anoche, Rusia lanzó un total de 19 misiles sobre la ciudad, afectando objetivos civiles e históricos.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia ha justificado el ataque alegando que buscaban golpear drones acuáticos y mercenarios extranjeros que operaban en la zona. El general Ígor Konashénkov, portavoz de Defensa, declaró que «todos los objetivos previstos han sido destruidos» durante el operativo.
Según Konashénkov, las tropas ucranianas estaban utilizando las instalaciones bombardeadas para llevar a cabo «actos terroristas contra la Federación Rusa con el empleo de lanchas no tripuladas». También se alega que en estos objetivos alcanzados se encontraban mercenarios extranjeros.
La situación en Odesa es desesperada, y la comunidad internacional ha condenado enérgicamente los ataques indiscriminados contra civiles y sitios históricos. La ciudad se encuentra sumida en el dolor y la destrucción, mientras las autoridades y los ciudadanos intentan hacer frente a la tragedia y brindar asistencia a los heridos y afectados. Con información de Euro News.
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