Se cumple un año de la invasión de Rusia a Ucrania: Las fallas de Putin, el rol de la OTAN y la resistencia del pueblo ucraniano

Se estima que unos 300.000 soldados murieron en total. El frente de batalla se concentra en el este del país y las miradas están puestas sobre las próximas decisiones del presidente ruso.

La guerra en Ucrania cumple su primer aniversario. Lo que a ojos del Kremlin parecía un simple paseo de sus tropas por territorio ucraniano, pronto derivó en una pesadilla para el propio Vladimir Putin.

Un año después del inicio de la invasión, Rusia controla solo partes de la separatista región del Dombás, en el este del país. Detrás quedaron decenas de miles de muertos, millones de refugiados y desplazados internos, ciudades destruidas y una enorme incógnita sobre el futuro del conflicto que hoy se concentra en la ciudad de Bajmut.

Estimaciones del gobierno noruego señalan que unos 180.000 soldados rusos murieron o resultaron heridos, así como 100.000 militares ucranianos. Otras fuentes occidentales citadas por AFP hablan de 150.000 bajas en cada bando. Y todo ello sin sumar a las víctimas civiles, que la ONU estima en cerca de 8000, aunque reconoce que podrían ser muchas más.

Se trata de cifras contundentes que marcan el drama de una guerra que no parece estar siquiera cerca de su fin. “Esta es una guerra larga porque Rusia originalmente fijó excesivos objetivos militares”, dijo a TN el exembajador argentino en Moscú, Ricargo Lagorio.

 

El rol de la OTAN

Para el exdiplomático y secretario general del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), Vladimir Putin hizo un mal cálculo político. “Fue un error estratégico y militar su plan de desmilitarizar y desnacificar Ucrania. Kiev reacciona con un buen sistema de alianzas que no tiene Rusia. Kiev está teniendo lo último en material bélico”, indicó.

En ese punto, la OTAN cumple un rol fundamental. La alianza atlántica se ha involucrado de lleno en la provisión de los últimos elementos bélicos al gobierno ucraniano, aunque su presidente Volodimir Zelensky lo considera aún insuficiente y clama por más armas, tanques y aviones.

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En su última reunión en Bruselas, la OTAN le aseguró a Ucrania que le garantizará el flujo de municiones y blindados que precisan para hacer frente a la ofensiva rusa en el terreno. La prioridad es mejorar la defensa antiaérea, reforzar los suministros de tanques que estará a cargo de Alemania y garantizar las existencias de municiones.

Hoy Rusia lucha contra la OTAN, aunque en el terreno se enfrente a soldados ucranianos. “La OTAN le da a Ucrania el armamento necesario, con tecnología y estrategia moderna, para que esta guerra se prolongue”, dijo Lagorio. De hecho, en los últimos meses Ucrania lanzó una exitosa contraofensiva que le permitió a sus tropas retomar territorios claves en poder de los rusos en el este del país.

 

La compleja situación interna en Rusia

Miles de rusos han abandonado su país este año después de un masivo reclutamiento de tropas ordenado por Putin para paliar la falta de efectivos militares en el frente. La convocatoria incluyó el alistamiento de unos 40.000 detenidos, a los que se les promete la libertad a cambio de luchar en la guerra junto al temible Grupo Wagner conformado por mercenarios.

Las pocas protestas en las grandes ciudades fueron saldadas con arrestos. En ese marco, “Putin cambió la narrativa. Ya no habla, como al principio, de desmilitarizar y desnazificar a Ucrania. La narrativa ahora es ´Occidente nos amenaza y nos agrede a través de Ucrania´”, dijo Lagorio.

“Al principio este discurso generó una respuesta positiva en Rusia, pero ahora la situación está cambiando”, indicó. La censura y las severas leyes que impiden cualquier cuestionamiento a la guerra y que incluso obligan a aludir al conflicto como una “Operación Especial”, hacen que la guerra esté hoy fuera de los grandes debates.

La situación en Moscú y en las principales ciudades es hoy de calma. George Filatov, miembro del Instituto de Historia Mundial de la Academia Rusa de Ciencias, contó a TN que “hoy la vida es casi normal”, salvo por la salida del país de “grandes marcas” como Ikea o McDonalds.

“En Moscú y otras grandes ciudades nada ha cambiado. Solo las regiones fronterizas sufren bombardeos de vez en cuando. La vida en Rusia es comparable a la que se vivía en Estados Unidos durante la guerra en Irak o Afganistán”, detalló.

 

¿Qué está pasando en el Dombás?

La guerra se concentra hoy en zonas del Dombás, en el este de Ucrania. Se trata del área de mayoría prorrusa donde Moscú impulsó referéndums que aprobaron la anexión de cinco regiones separatistas a Rusia. Las consultas no fueron reconocidas por Kiev y por las potencias de la OTAN.

Hoy los combates se concentran en la zona de Bajmut, en la zona de Donetsk, donde Moscú lanzó una fuerte ofensiva. Elena Moroz, oriunda del Dombás, dijo a TN en diálogo teléfonico desde Moscú, donde reside, que “la situación difiere en las diferentes ciudades” de la región separatista.

“En algunos lugares ha comenzado la vida pacífica y la reconstrucción. En otros hay bombardeos constantes. La población local apoya a Rusia porque defendió al Dombás durante la última escalada militar de 2014. El apoyo es consistente y constante. Esto se ha intensificado desde que se unió a la Federación Rusa en febrero del año pasado”, afirmó.

Pero para Oleg Ignatov, analista ruso del Crisis Group, “en el Dombás Rusia nunca tuvo una mayoría de apoyo”.

“Mucha gente se fue en 2014 (durante el conflicto entre separatistas y el ejército ucraniano) y más se fueron en 2022. Rusia usó una fuerza militar para imponer lealtad allí”, afirmó en diálogo con TN. “Por supuesto muchos prorrusos se quedaron. La mayoría de la gente no apoyó la agresión rusa. Los que se oponían se fueron cuando llegaron los rusos o antes de que vinieran”, indicó.

 

El nuevo frente de guerra

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Así está la ocupación territorial de Rusia en Ucrania. Foto: Infobae.

Rusia dejó de lado su ambición primaria de tomar Kiev. Después de la última contraofensiva ucraniana con la que retomó ciudades claves como Jersón, las tropas de Moscú concentraron sus fuerzas en el área de Bajmut.

El presidente Volodimir Zelenski dijo que la situación allí se está “complicando”.

Moscú obtuvo pequeños avances en las últimas semanas en la zona, con la captura de la ciudad de Soledar y del pueblo de Blagodatne, reportó AFP. Ahora, mercenarios del grupo Wagner y tropas del ejército de Moscú intentan apoderarse de Bajmut, una ciudad en ruinas en la región separatista del Donetsk, en el Dombás.

Por eso, Zelenski viajó en las últimas semanas a Londres, París y Bruselas. Quiere más armas, más municiones, más tanques y más cazas para evitar el avance ruso.

“Estamos en un impasse. ¿Cuánto durará esta situación? No tengo respuesta. Esto puede quedar conegelado por mucho tiempo y va a comenzar a verse un agotamiento que dará paso a reacciones políticas”, dijo Lagorio.

La línea de frente activa se extiende a lo largo de 1500 kilómetros en un eje norte-sur en el este de Ucrania. Además, en forma periódica, Moscú lanza ataques aéreos sobre distintos centros poblados y estructuras energéticas del país.

 

El impacto social de la invasión

En las primeras semanas de la guerra más de 8 millones de ucranianos salieron del país. Otros cinco millones son desplazados internos. El éxodo es brutal. Detrás quedaban ciudades destruidas, familias divididas y una economía destrozada.

La ONU cifró en 18.000 el número de civiles muertos y heridos en el conflicto, aunque reconoció que “las cifras reales son mucho más altas”. Ucrania habla de “más de 400 niños” fallecidos.

A las tropas rusas se les imputan ejecuciones, violaciones, torturas y secuestro de niños (más de 16.000 enviados a Rusia o a territorios bajo su control, según Kiev. A Ucrania se le acusa de cometer crímenes de guerra contra prisioneros rusos.

Según AFP, las tropas de Moscú ocupan el 18% de Ucrania. Kiev se atribuye haber recuperado un 40% de los territorios ocupados por Rusia desde la invasión.

Las imágenes del este del país son terribles: edificios arrasados, infraestructuras destruidas, 3000 escuelas afectadas. El PBI del país se contrajo un 35% en 2022, según el Banco Mundial.

Lagorio resumió: “Entramos en una guerra prolongada en donde no va a haber un claro ganador y en donde a largo plazo Rusia está hipotecando su desarrollo. Putin siempre habla de su admiración por Pedro el Grande, que le abrió la puerta a Occidente. Putin ahora le está cerrando la puerta a Occidente. Ese sería su epitafio”, concluyó.

 

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FUENTE: TN.

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