Liga Profesional | El esloveno Vombergar le dio el triunfo a San Lorenzo sobre el final ante Argentinos

El Bicho buscaba un triunfo que lo dejara como puntero, pero casi en tiempo cumplido, el Ciclón consiguió la diferencia gracias a su último refuerzo y se quedó con los tres puntos.

Lo tuvo y lo tiene claro Ruben Darío Insua: su San Lorenzo en crisis necesita no perder. Después, si puede ganar, mejor. La victoria como extra es el lema bajo el que juega el Ciclón. Y mal no le va porque tan solo cayó en un duelo en lo que va de Liga Profesional (1-2 frente a Barracas Central) y porque ahora consiguió tres puntos de oro contra el difícil Argentinos en La Paternal por el gol agónico de Andrés Vombergar, el último de los refuerzos, que apenas estuvo 4 minutos en cancha.

Hacen lo que pueden Argentinos y San Lorenzo. Luchan contra la carencia, contra la crisis económica, contra los poderosos de países vecinos o de Europa que seducen a sus productos con dólares brillosos. Desde ahí se podría explicar el pobrísimo primer tiempo que jugaron en La Paternal. Un partido que se ajusta al decir popular que señala que «tendrían que devolver la plata de la entrada».

La etapa inicial se podría resumir de manera simple: no pasó nada. Manejó la pelota el local, tuvo más del 60 por ciento de la posesión, pero no pateó una vez al arco. Y el San Lorenzo de Insua se defendió bien y atacó poco, como casi siempre. Así y todo, tuvo las dos más claras en los primeros instantes, con remates desviados de Adam Bareiro y de Ezequiel Cerutti.

Hace lo que puede Gabriel Milito, a quien le sacaron esta semana a Fausto Vera, que ya debutó en Corinthians de Brasil. Se tiene que reinventar desde la escasez, cuestión aún más compleja. El reemplazante del vistoso volante fue Luciano Gómez, un futbolista que jugaba de lateral en Banfield, porque a Matías Galarza y a Fernando Redondo todavía les falta adaptación a la Primera División. Entonces, a Argentinos le faltó fútbol en la mitad, más allá de algunas apariciones esporádicas de Gabriel Carabajal. Se insiste: no pateó al arco.

También hace lo que puede Ruben Darío Insua con su San Lorenzo repleto de juveniles y esta vez con Augusto Batalla en el arco y Sebastián Torrico en el banco. Y en ese hacer, prueba el entrenador: paró a Gonzalo Maroni como volante central, cerca de Juan Ignacio Méndez. Pero el ensayo no fue positivo porque el Ciclón no pudo manejar la pelota. Insinuó con un par de contras en el comienzo y rápido se refugió para no sufrir.

La impaciencia le ganó a Milito y por eso perdió el partido. Tomó un riesgo: buscó treparse a lo más alto de la tabla. Como San Lorenzo casi no atacaba, el Mariscal pobló la cancha con delanteros y volantes de buen pie. Avalos y Reniero fueron los delanteros de área, Roa, Herrera, Carabajal y Salazar se movieron por detrás, con el juvenil Galarza como volante tapón y tres defensores (Sánchez, Torrén y Villalba). Así, el equipo quedó descompensado y sufrió un gol fácil en la jugada final.

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Por el contrario, a Insua nada lo saca de su eje y construye desde el punto con los que se inician todos los juegos. No movió ninguna ficha para desacomodar al equipo y solo modificó nombre por nombre: puso al veloz Leguizamón en lugar de Bareiro para acentuar las contras. Recién a los 41 minutos hizo ingresar a Andrés Vombergar y a Agustín Martegani por Cerutti y por Barrios, más para hacer tiempo que por cuestiones tácticas. Pero pudo correr en una Leguizamón, se escapó a toda velocidad por la izquierda y asistió a Vombergar, que se metió en soledad al área y definió de primera.

Con poco y con mucho a la vez, con conciencia y sin ruborizarse, San Lorenzo venció a Argentinos, continúa sumando puntos en la tabla y empieza a escaparse de la palabra crisis.

 

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