Carta de monseñor Juan Rubén Martínez: Domingo de compartir

El Evangelio de este domingo nos vuelve a relatar otro encuentro del Señor resucitado con sus discípulos. En este caso, junto al mar de Tiberíades. «El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: “¡Es el Señor!”». (Jn 21,7) Estos encuentros fueron indispensables para la tarea evangelizadora de la Iglesia. En definitiva, la predicación de la Iglesia se fundamenta en este anuncio Pascual.

«El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús, al que ustedes hicieron morir. El Dios de nuestros padres ha resucitado a Jesús al que ustedes hicieron morir. Nosotros somos testigos de estas cosas, nosotros y el Espíritu Santo que Dios ha enviado a los que le obedecen». (Hch 5,30.32) Esta certeza los llevó a no dudar en responder ante el Sanedrín qué pretendía silenciar su predicación. «Pedro, junto con los Apóstoles, respondió: Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres». (Hch 5,29)

Aun cuando este anuncio los llevaba a padecer castigos o persecución. Sin embargo, el texto bíblico señala también el crecimiento de la Iglesia. El señor había garantizado la presencia del Espíritu Santo hasta el fin de los tiempos. La certeza de nuestra esperanza se fundamenta en que Cristo resucitó y envió el Espíritu Santo a su Iglesia como principal agente de la evangelización.

Hace varios años los obispos argentinos hemos planteado la necesidad de reflexionar sobre la situación económica de la Iglesia en nuestra Patria desde un plan llamado «Compartir», buscando realizar una catequesis sobre la comunión de los bienes y talentos.

 

 

En los últimos años se retomó aquella intención que llevó a seguir proponiendo caminos que se plasmaran en una propuesta que desde la Conferencia Episcopal Argentina se viene implementando en el programa llamado «FE». En ese marco, los obispos argentinos hemos dispuesto que el tercer domingo de Pascua de cada año se celebre el «domingo del compartir».

Se trata de una jornada para reflexionar sobre la importancia de que la misión evangelizadora de la Iglesia sea sostenida con el aporte de sus fieles. Este año, el primero de mayo celebramos el primer domingo del compartir en todas las parroquias y  comunidades del país para recordar a la luz de la Pascua la importancia de sostener la Misión.

Esta iniciativa se llevará a cabo en todas las comunidades católicas del país. El sostener la Misión tiene tres aspectos fundamentales: el primero es la necesidad de hacer catequesis sobre esta temática junto al Pueblo de Dios, que tiene que conocer y recordar permanentemente que la Iglesia necesita sostenerse con el aporte de sus fieles.

Más allá del aporte económico o más allá de qué es lo que puedo colaborar, es primordial la
necesidad del compromiso y del sostenimiento como parte de la expresión de un vínculo comunitario que nos da la Fe. Es bueno recordar lo que decía en su momento el Plan Compartir y el recordado y querido Monseñor Carmelo Giaquinta: «no se trata solo de
dinero, sino de tiempos y talentos».

En segundo lugar, la Iglesia celebra esta jornada para concientizar sobre la necesidad del
sostenimiento de su misión en el tiempo pascual.

En tercer lugar, el fortalecimiento concreto para posibilitar la ayuda económica por parte de los fieles para llevar adelante la misión. En esta jornada de concientización, volvemos a presentar la invalorable ayuda del Programa FE.

Esperemos que el tiempo Pascual nos ayude a compartir y a ser testigos de Cristo resucitado.

 

Les envío un saludo cercano y ¡hasta el próximo domingo!

Mons. Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas

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