Denuncia a un geriátrico de Posadas: “Esta señora tiene un sentimiento de culpa por haber abandonado a su madre” declaró el dueño de la residencia

En los últimos días, se hizo pública la denuncia a un geriátrico de Posadas, la Residencia Itatí, ubicada en pleno microcentro de la ciudad, por supuesto abandono de persona a una anciana de 81 años. El 27 de febrero, finalmente falleció por un cuadro de desnutrición y deshidratación. Roberto Cordero, propietario del lugar, dio declaraciones y contó su parte de la historia.

Misiones Online pudo acceder a la denuncia a un geriátrico de Posadas, que fue realizada por los familiares de la anciana, en donde se pone de manifiesto que la mujer “ingresó a éste lugar el día 15 de diciembre en perfecto estado de salud” y que durante los 60 días siguientes, su estado fue empeorando por la falta de atención de sus cuidadores. La internaron, se constató que padecía un cuadro de deshidratación y desnutrición, y hace dos días, el 27 de febrero, falleció.

Por su parte, Roberto Cordero, propietario de Residencia Itatí, declaró que “la abuela entró con un cuadro de Alzheimer avanzado, agresivo, rompía todo lo que tenía a su alcance, se autoflagelaba por su misma condición. La comunicación con sus familiares era muy defectuosa; nosotros le pedíamos los medicamentos y nos dejaban en visto, eso hace que la enfermedad tome un cuadro diferente”.

Esta señora tiene un sentimiento grave de culpa por haber abandonado a su madre, por no haberla atendido durante 26 años, y después viene con vínculos de amor que no sé de dónde los sacó. Me parece un poco hipócrita”, respondió públicamente el propietario del geriátrico ante la denuncia que realizó una de las hijas de la señora de 81 años.

Nosotros no tenemos nada que ocultar, acá no hay maltrato. Le invito a cualquiera que quiera venir a hablar con los abuelos, a ver cómo están… Lleva 20 años forjar una imagen y 5 segundos para destruirla. Yo digo que ‘el que nada debe, nada teme’, por eso estoy dando esta nota”, manifestó Roberto.

En dicha denuncia, también se resalta que los familiares de la mujer no tenían contacto con ella porque “no se permitía el ingreso por protocolo de Covid-19”. En cambio Roberto Cordero contó que las visitas están permitidas bajo protocolos, pero que hasta pueden sacar a los abuelos a dar un paseo si así quisieran. También hizo alusión a que eran los familiares quienes no acercaban los medicamentos que necesitaba la anciana para su salud.

Lamento la pérdida de la abuela, pero es la desidia misma de los parientes al no traer sus medicamentos. Cuando te traen el medicamento fuera de término, se deteriora gravemente la abuela, y nosotros notamos de que ella dejó de ingerir líquidos, sólidos, y para poder abrirle el apetito empezamos a darle vitaminas y no reaccionaba. Por lo tanto, cuando vimos que se empezaba a agravar el cuadro, pedimos la asistencia. Se la trasladó al nosocomio, como es el procedimiento en todos estos casos”, comentó.

Roberto explicó que en la residencia no ejercen la medicina. “Si no está recetado por el médico, no se le da ningún tipo de medicamento. Nosotros cuidamos del abuelo, de que su medicación sea tomada en horario, en tiempo, que esté bien alimentado y bien hidratado”.

A raíz de toda esta situación, intervino en la causa el juez de instrucción 2 Juan Manuel Monte, quien junto con personal de la policía científica y asistente social, realizó una inspección en el lugar. No obstante, la causa aún no fue elevada ante el juzgado interviniente, aunque se espera que en las próximas semanas se tengan novedades.

Además, la cartera sanitaria local constató que el lugar no tiene habilitación. Este miércoles habrá una reunión para definir otras medidas. “No tenemos la habitación física, pero estamos en condiciones y tenemos todo en regla”, afirmó el mismo dueño del lugar. “Por la burocracia que hay, en otro geriátrico que tuve me llevó 12 años obtener la habilitación”, contó.

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Actualmente, la Residencia Itatí alberga a 12 adultos mayores. Las cuotas mensuales arrancan en $60.000 para habitaciones compartidas. Esto incluye la estadía, la comida, el servicio médico, los enfermeros, el servicio de lavandería, todo lo que necesite el abuelo para su bienestar. “Esto no es una cárcel, es la casa de los abuelos”, remarcó.

 

Una historia que se repite

Cabe mencionar que no es la primera vez que sucede una situación de éstas características con un geriátrico administrado también por Roberto Cordero.

En el año 2019, el mismo dueño recibió una denuncia contra otro geriátrico ubicado en calle Rademacher por retener a un paciente que estaba ingresado en el lugar y además haberse beneficiado de la situación.

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En aquél momento, la denuncia había sido realizada por la ex esposa del paciente quién sostenía que le habían retenido el DNI, tarjetas de crédito y débito para realizar compras por internet y obtener créditos hasta por 100 mil pesos.

Por ese entonces, el hombre negó los cargos y acusó a la mujer de haber abandonado al anciano. “Las hijas lo trajeron porque lo encontraron en estado de abandono, sumado a su última etapa de la enfermedad de párkinson de la que sufre (…) nosotros lo recuperamos en forma totalmente gratuita ya que el anciano no poseía los recursos”, declaró en ese momento.

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