Un caballo misionero murió en una carrera de Córdoba e investigan doping

Un caballo misionero murió y denuncian que no hay controles ni antidoping. Ocurrió en San Francisco, Córdoba. Ahora investigan doping y maltrato animal. Uno de los caballos era de Leandro N. Alem, Misiones.

Un caballo misionero murió en plena carrera. Emperador, y Forastero son los caballos que murieron este domingo en el Hipódromo de San Francisco, donde se disputó la Copa Challenger, la carrera cuadrera más importante del país. Denuncian que en este tipo de eventos no hay controles de ningún tipo para los equinos participantes.

El caso involucra a Emperador, caballo del Stud Don Nicéforo, de Alem, y a Forastero, de un stud de Santiago del Estero. Ambos animales se desplomaron luego de la carrera. Los intentos de reanimación fueron inútiles. Los caballos fueron incinerados poco después.

Estas carreras son muy promocionadas y atraen a muchos espectadores. Los premios para los ganadores son sumas de dinero millonarias. Son eventos que evocan a tradiciones campestres pero que no cuentan con ningún respaldo institucional del turf oficial.

Este domingo murieron dos pero pudieron ser más: en las páginas de internet y cuentas de redes sociales que difunden información de estas carreras cuadreras publicaron que otros dos caballos, Rayo (el ganador) y Apolo, tuvieron “complicaciones”.

“Al finalizar la carrera, saliendo de la rotonda, murieron los dos: Forastero cayó cuando lo llevaban a boxes y Emperador murió cuando lo llevaban a bañar”, contó a ElDoce.tv, Eugenio Basualdo, espectador del evento y testigo de lo ocurrido.

“Es una vergüenza que no haya control antidoping, esto es un negociado tremendo. Antes de la carrera vimos todos cómo le ponían las dosis a los caballos. Después que se murieron les gritaban asesinos a los dueños y organizadores”, relató.

El caballo intentó ser reanimado.

Vale todo en la carrera que un caballo misionero murió

Un hombre que conoce de cerca el mundo de los caballos en la provincia de Córdoba, quien prefirió reservar su identidad para evitar amenazas, contó a este medio que en estos eventos “no es la primera vez que mueren animales”.

En las cuadreras “vale todo” y casi siempre hay altas sospechas de que a los caballos les suministran sustancias que potencian su rendimiento para obtener los premios millonarios que están en disputa.

Para esta carrera, el Hipódromo de San Francisco fue alquilado por organizadores de cuadreras, a riesgo del desprestigio que pueda significar para el Jockey Club de aquella localidad.

El turf oficial, a diferencia de las carreras cuadreras, se desarrolla en los cinco hipódromos de Córdoba de manera legal, con normas, controles veterinarios y con instituciones que respaldan la competencia.

En lo estrictamente competitivo, las cuadreras son carreras cortas de hasta 500 metros mientras que el turf oficial las corridas son de más de mil metros.

Cabe agregar que los que se benefician con la organización de este tipo de eventos son personas particulares y no organizaciones como en los hipódromos, que montan espectáculos donde se prioriza el cuidado y el bienestar animal.

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