Hoy se celebra el Día Mundial de la Población: Nueve estándares para ejercer el derecho a la planificación familiar

Cada 11 de julio se conmemora el Día Mundial de la Población con el fin de tomar conciencia de las temáticas globales demográficas.

 

El Día Mundial de la Población, que pretende llamar la atención sobre la urgencia y la importancia de las cuestiones de población, se instauró a través del entonces Consejo de Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en 1989.

 

En la resolución de diciembre de 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió mantener el Día Mundial de la Población para aumentar la conciencia sobre las cuestiones de población, incluidas sus relaciones con el medio ambiente y el desarrollo.

 

El Día se celebró por primera vez el 11 de julio de 1990 en más de 90 países. Desde entonces, varias oficinas del Fondo de Población de la ONU (UNFPA) en diferentes países, así como otras organizaciones e instituciones, conmemoran el Día Mundial de la Población en colaboración con los gobiernos y la sociedad civil.

 

 

Los derechos y las opciones son la respuesta: priorizar los derechos en materia de salud reproductiva de todas las personas

 

En este segundo año de COVID-19, nos encontramos en un punto intermedio. Mientras unas partes del mundo emergen de las profundidades de la pandemia, otras se encuentran aún en plena batalla contra el coronavirus, ya que el acceso a las vacunas sigue siendo para muchos lugares del mundo una realidad inalcanzable.

 

La pandemia ha dado lugar a una merma en la efectividad de los sistemas de atención sanitaria, de manera particular en la esfera de la salud sexual y reproductiva. Si bien las personas que tienen acceso a servicios de salud sexual y reproductiva históricamente retrasan la procreación en tiempos de incertidumbre o crisis económica, se prevé que las interrupciones en el suministro de anticonceptivos, combinada con los bloqueos, provoque un notable aumento de los embarazos no planificados entre las personas más vulnerables.

 

Según las investigaciones realizadas por el Fondo de Población de las Naciones Unidas en marzo de 2021, se estima que 12 millones de mujeres sufrieron interrupciones en los servicios de planificación familiar.

 

La pandemia también expuso y exacerbó las desigualdades basadas en el género: la violencia de género aumentó durante los bloqueos, al igual que el riesgo de matrimonio infantil y de mutilación genital femenina, ya que se interrumpieron los programas para abolir las prácticas nocivas.

 

La tasa de participación de las mujeres en la fuerza de trabajo también se redujo de manera significativa. Se eliminaron sus empleos, a menudo de bajos salarios, o bien aumentaron las responsabilidades de cuidar de los niños que aprenden a distancia o de las personas mayores que viven en casa; lo cual desestabilizó su situación económica de manera inmediata, pero también a largo plazo.

 

Ante esta situación, muchos países han expresado una creciente preocupación por los cambios en las tasas de fecundidad. Históricamente, el alarmismo sobre las tasas de fecundidad ha dado lugar a derogaciones en materia de derechos humanos. En lugares con poblaciones en aumento, las dañinas respuestas políticas han incluido la coercitiva planificación familiar y esterilización. En otros casos, el acceso a la anticoncepción podría restringirse.

 

El Fondo de Población aconseja que no se ofrezcan respuestas políticas reaccionarias, que podrían ser extremadamente perjudiciales si violan los derechos, la salud y las opciones. En cambio, el organismo pide que se dé prioridad a la salud reproductiva y a los derechos de todas y todos mediante el acceso a información y a los servicios de cara a los cambios demográficos y de fecundidad.

 

Dos fotos. Derecha: Mujeres de la tribu de las colinas Flower Hmong venden arroz cocinado en un mercado en Can Cau (Vietnam). Izquierda: unas mujeres del Sahara Occidental con un bebé.

 

Nueve estándares para ejercer el derecho a la planificación familiar

 

  • Sin discriminación: La información y los servicios de planificación familiar no deben restringirse por motivos de raza, sexo, idioma, religión, afiliación política, origen nacional, edad, situación económica, lugar de residencia, discapacidad o estado civil.

 

  • Disponibilidad: La información y los métodos anticonceptivos deben estar disponibles en cantidad y variedad suficiente para todos.

 

  • Accessibilidad: Los países deben garantizar que los productos y servicios de planificación familiar sean accesibles físicamente y asequibles para todos.

 

  • Aceptabilidad: La información y servicios de métodos anticonceptivos deben proporcionarse de manera digna, respetando tanto la ética médica moderna como la cultura de las personas que reciben atención.

 

  • Calidad: La información sobre planificación familiar debe comunicarse claramente y ser científicamente precisa.

 

  • Toma de decisiones: La asesoría integral en materia de reproducción permite que cada persona tome decisiones con la información necesaria, de forma independiente, sin presiones, coerción o tergiversación y rechaza opciones inapropiadas.

 

  • Privacidad y confidencialidad: Todas las personas deben disfrutar del derecho a la privacidad cuando buscan información y servicios de planificación familiar.

 

  • Participación: Los países tienen la obligación de garantizar la participación activa e informada de las personas en las decisiones que los afectan, incluidos los problemas de salud.

 

  • Responsabilidad: Los sistemas de salud, los sistemas educativos, los líderes y los legisladores son responsables de los esfuerzos para hacer realidad el derecho humano a la planificación familiar.

 

Planificación familiar, un camino al desarrollo - Las2orillas

 

Fuente: un.org

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