Documentos de la historia

(Relacionada al Especial de Misiones Online (Cap. II): Belgrano y su paso por el litoral con la histórica campaña al Paraguay)

 

El 10 de agosto de 1810 el gobernador de Misiones, Tomás de Rocamora, remitió a la Junta de Buenos Aires un oficio que resultó clave para la determinación de enviar un ejército al Paraguay. Entre otros aspectos, Rocamora detalla el “empeño” de los paraguayos para “sustraer” el territorio misionero de la adhesión a la revolución y cómo dicho esfuerzo había logrado el acompañamiento de algunas autoridades subalternas.

En virtud de la emergencia y ante una “provincia exhausta”, el gobernador misionero no solo solicitaba el envío de armas y soldados, sino que proponía una medida que sería crucial para el futuro de Misiones: la separación definitiva de este territorio con Asunción, algo que la Junta decretará el 16 de septiembre.

A continuación, compartimos el texto completo del oficio, tal como figura transcripto en el tomo XIV de la Biblioteca de Mayo, páginas 12.459 y 12.460 (el resaltado en negrita es nuestro).

 

 

Oficio de Tomás de Rocamora a la Junta, Yapeyú, 10 de agosto de 1810.

Excelentísimo señor presidente y Junta provisional gubernativa.

En 23 del último mes pasado di cuenta a vuestra excelencia por chasqui en diligencia, dirigido a la Colonia, de los oficios, con copias insertas, que me pasó el gobernador propietario del Paraguay y de Misiones, empeñado en sustraer esta provincia de la subordinación que tiene jurada a vuestra excelencia y agregarla a otra superioridad, que asienta reconocerá el Paraguay, luego que se realice la junta general de la misma provincia que tenía promulgada para el 24 del mismo mes. El dicho pliego lo detuvo, y se encargó de remitirlo a vuestra excelencia el comandante de Santo Domingo Soriano, por hallarse ocupada la Colonia por los de Montevideo.

 

El 19 del corriente extrañé y remití a disposición de vuestra excelencia al subdelegado de este departamento don José de Lariz, y al padre cura de este pueblo fray Lorenzo Gómez, porque, como consta de la copia que acompañé, esforzaban, y sostenían aquí el indicado partido sedicioso: fueron con escolta hasta el embarcadero de Yuquerí, para seguir por el río pero como, ocupada la Colonia, puede interceptar la comunicación con esa capital, doy a vuestra excelencia este breve aviso, por lo que pueda convenir.

 

Ahora acabo de recibir otro oficio del insinuado gobernador que del mismo tiempo, que a mí, y en todo idéntico, circuló por los departamentos de esta provincia, del que acompaño copia, para que instruido vuestra excelencia y vista la precisión terminante, que suspende el reconocimiento de superioridad a vuestra excelencia y manda reconocer y jurar solemnemente otra superioridad, resuelva vuestra excelencia auxiliarme para sostener sus derechos en esta provincia, con igual energía y prontitud que él ostenta para distraerla: en el concepto de que aunque en el oficio corren las simuladas expresiones de armonía, correspondencia y fraternal amistad hacia vuestra excelencia: trata al mismo tiempo de formar una Junta de guerra, para poner inmediatamente en ejecución los medios, que adopte el Paraguay para su defensa; que no es otra cosa que enfrentar una conminación hostil para vigorizar sus determinaciones sediciosas: debo añadir a vuestra excelencia que aunque en la conclusión del dicho oficio copiado se halla en un acta preinserta a que se refiere la ejecución ceremonial, no ha acompañado tal acta, ni a mí, ni al subdelegado de Concepción, y es regular que a ninguno de los demás; por lo que puede creerse que no habiendo autenticidad, todo corre debajo de la autoridad del gobernador que suscribe.

 

El comandante de Belén me dice que le dicte lo que debe hacer en vista de que, habiendo tomado la Colonia los de Montevideo, e intimado su dependencia a Santo Domingo Soriano y a Mercedes, denotan apoderarse de toda aquella Banda Oriental: Yo lo hallo verosímil, visto el atentado sobre Colonia y verosímil también, que el gobernador del Paraguay, íntimo adicto a aquellos agresores, haga los mayores esfuerzos, para no dejar interpuesta esta provincia, y seguir un giro libre desde el Paraguay a Montevideo. El mismo comandante me avisa que la partida de Artigas, compuesta de 90 hombres, que celaba sobre aquella frontera, se ha retirado a Montevideo, y recela su vuelta.

 

Así véame vuestra excelencia receloso a tres juegos, sin poder contestar a ninguno: Socórrame vuestra excelencia a medida de lo que se multiplican las exigencias, con auxilios eficaces y prontos y podré sostener con honor y energía la autoridad de vuestra excelencia; de otra suerte, no puedo.

 

La primera y más instante providencia que espero se sirva dar vuestra excelencia es separar esta provincia de Misiones, del mando y toda relación de dependencia del Paraguay mientras dure dicha relación, están estos departamentos comprometidos y azorados, entre dos mandos opuestos.

He hecho presente a vuestra excelencia con reproducción las necesidades y auxilios que necesita esta provincia exhausta de todo, cuanto sólo se trata de oponerse a la invasión de los fronterizos portugueses; ahora los incidentes del día deben aumentar resguardo y atención; pero en el concepto de que poseída la Colonia por los defensores de Montevideo, puede dificultarse el transporte por el río, me limito a lo más indispensable, que contemplo un tren volante, o dos si se pudiere, con atalajes, pertrechos, un oficial activo y artilleros, que entiendan su manejo; la tropa armada que se pudiere, algún armamento además para habilitar esta guarnición desarmada y lo que pueda aumentarse: un armero con dos oficiales; alguna plata con quien la distribuya, y facultades.

Dios guarde a vuestra excelencia muchos años. Yapeyú, 10 de agosto de 1810.

Excelentísimo señor.

Tomás Rocamora.

 

 

 

 

Por Pablo Camogli

 

 

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