Reflexión del Pastor Guillermo Decena: «Las epidemias de la Biblia»

En Deuteronomio 28:1-3, la Biblia es clara en algo sencillo: obedecer la Palabra de Dios trae protección y salud, en cambio la desobediencia trae enfermedad y sufrimiento. Desde que Adán y Eva desobedecieron, las epidemias son una realidad, las epidemias son tan antiguas como el pecado. Veamos qué nos dice la Palabra de Dios.

Podemos aprovechar bien el tiempo de la cuarentena meditando en las cosas eternas y fundamentalmente meditar en la Palabra para crecer y madurar, ¡No nos alcanzará la vida para meditar en tan inmensa, en tan monumental Palabra de Dios!. Conozcamos el pensamiento de Dios, a Él le interesa más la vida eterna que la vida terrenal. Y desde allí tenemos que interpretar su Palabra. En cambio al ser humano le interesa más la vida terrenal que la vida eterna.

Hoy podemos declarar que las epidemias no son algo nuevo, sino que la Biblia nos enseña que son permitidas por Dios para que cambiemos de actitud.

Ezequiel 33:11 NTV: “Tan cierto como que yo vivo, dice el SEÑOR Soberano, no me complace la muerte de los perversos. Sólo quiero que se aparten de su conducta perversa para que vivan. ¡Arrepiéntanse! ¡Apártense de su maldad, oh pueblo de Israel! ¿Por qué habrían de morir?”.

Peste no es algo extraño en la Palabra de Dios. Pero creo que alguna alegoría, alguna aplicación podemos aprender de las plagas. Recordemos que las enfermedades pueden ser causadas por pecados. Como le dijo el Señor al que había sido paralitico durante muchos años (38 años) al lado del estanque de Betesda…

Juan 5:14: “Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor. Una de las plagas que había en la antigüedad era la lepra”.

LA LEPRA Y LA LENGUA

Mateo 15:10-11. En el libro Levítico los sacerdotes estaban obligados a saber reconocer a un infectado de lepra. Según la tradición de los ancianos de Israel, la lepra se producía cuando alguien hablaba mal de otra persona. Como quien hablaba mal de otro producía alejamiento entre las personas, la cura que daba el Sumo Sacerdote era alejarse del campamento durante siete días. La creencia es que meditara en su conducta en soledad. Claro que hasta hace poco no se entendía el proceso de contagio, así que no se daban cuenta que Dios, el creador, sabía lo que ésta bacteria producía y cómo lo producía. Al volver, la persona debía ofrecer un sacrificio y realizar un baño de purificación, similar a lo que hacer con los autos cuando entramos a la ciudad.

Números 12:7-11. En Números observamos esta situación en Myriam por hablar mal de su hermano Moisés. Dios hace recaer la lepra sobre ella y debe alejarse siete días del campamento. Luego de esto queda sana.

Levíticos 14:33-36. La lepra se extendía también a la casa de quien cometía Mala Lengua, en el sentido que afectaba a los que vivían en la misma casa y hasta a las paredes de la misma. Que interesante que en este tiempo donde debemos estar entre 4 paredes, veamos el tema de la crítica, porque hasta nuestra casa se contamina con el mal. La crítica y la murmuración es uno de los pecados que más contamina al ser humano, y contamina también a la familia, a su hogar y descendencia.

Éxodo 11:7. Cuando las plagas de Egipto se desataron, Israel pueblo de dios, estaba encerrado, esperando el fin de la terrible crisis en la tierra que los vio nacer. Pero dice la Biblia que dios hizo diferencia entre su pueblo y los que no. Quiere decir que Dios valora a los que lo valoran y están bajo su pacto. O sea: no creemos en vano.

JEHOVÁ AFLIGE LA CIUDAD DE ASDOD CON TUMORES

1 Samuel 5:6-8:“Y se agravó la mano de Jehová sobre los de Asdod, y los destruyó y los hirió con tumores en Asdod y en todo su territorio. Y viendo esto los de Asdod, dijeron: No quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros y sobre nuestro dios Dagón. Convocaron, pues, a todos los príncipes de los filisteos, y les dijeron: ¿Qué haremos del arca del Dios de Israel? Y ellos respondieron: Pásese el arca del Dios de Israel a Gat. Y pasaron allá el arca del Dios de Israel”.

Es muy interesante comprender esto: Dios destruye la estatua de Dagón, el dios de los filisteos, pero ellos no quisieron escuchar, no entendieron el mensaje, simplemente volvieron a levantar la estatua. Y eso prueba que las ataduras de idolatría son más fuertes que las evidencias. Dios sigue destruyendo los ídolos de la sociedad moderna pues demuestra que no sirven para proteger al ser humano de las plagas. Pero cuando todo esto termine, muchos volverán a levantar sus ídolos y seguirán sin reconocer al creador.

1 Samuel 6:3-4 y 1 Samuel 6:8. Los filisteos no se arrepintieron de nada, solo relacionaron la epidemia a la presencia de Dios. En vez de reconocer al Dios de Israel, decidieron deshacerse de Él. Sin embargo no podemos deshacernos de Dios. Podemos hacer cosas para alejarlo, pero incluso los mejores de esos intentos son temporales. Todos tendremos que enfrentar a Dios y estar ante su presencia algún día. El arca del pacto era símbolo de la presencia de Dios. La poderosa presencia de Dios es un gran privilegio y una terrible responsabilidad.

Ahora en cuanto a las ofrendas de oro, ¿qué tiene que ver las ofrendas con las epidemias? Este tema, sospecho, que pondrá en alerta a muchos que están atados por el espíritu de avaricia.

Éxodo 30:11-16. Cuando hablamos de epidemia, parece que la avaricia es, sin duda, la razón de muchas puertas abiertas a enfermedades misteriosas. Debemos tener cuidado con la avaricia, porque al ser un dios, traerá maldición.

1 Crónicas 21:1-2. David hizo un censo en Israel y evidentemente este censo no era voluntad de Dios. Tampoco trajeron la ofrenda para Dios y en esa misma época, se desató una plaga terrible. Por lo tanto, adorar a Dios con nuestros bienes materiales nos protege del mal y de la enfermedad. Es que sencillamente le estamos declarando en forma directa: Señor, tu eres mi ministro de salud, mi médico; tu eres escudo alrededor de mí, ¡mi gloria, el que levanta mi cabeza!

LA SOLUCION ESTÁ EN DIOS, EL AUTOR DE LA VIDA

2 Crónicas 7:13-16. Si el apartarnos de Dios trajo la enfermedad, la muerte y el sufrimiento, entonces, el principio de toda verdadera solución, está en acercarnos a Él.

¡Dios traza el camino de la reconciliación a través de Jesús el Salvador! Es por ello que Jesús no dejaba de sanar cuando vino, porque su obra plena incluye la salud. Por eso la iglesia de Jesús más que nunca debe ejercer el ministerio pleno.

Que Dios te bendiga, te guarde de todo mal y tengas una semana de victoria!

Pastor Guillermo Decena

Centro Familiar Cristiano Eldorado

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