Consciencia colectiva: una oportunidad para la reflexión y el cambio

Habiendo presenciado el paisaje transfronterizo, perfecto y estimulante de la geografía misionera podemos afirmar que estamos en presencia de tanta información como biodiversidad.

Cuando se acumularon las horas de frío y se desato la floración en un durazno, cuando pasado unos diez, doce años maduraron los óvulos y la menarca ocurrió, cuando después de media hora la existencia de bacterias es exactamente el doble y media hora después el cuádruple, cuando el imago maduró, la mariposa nocturna emergió, la noche le siguió al día y el día celoso empujo a la noche, todo se parece a una bisagra, un antes y un después, como rituales programados, saltos de agua, de esos que por todos lados hay en Misiones, cascadas de señalización que marcan la aparición o no de encimas, hormonas, controles celulares, divisiones diferenciales, muerte celular programada, células madres totipotenciales o células madres, meristemas vegetales capaces de formar cualquier órgano, en cualquier momento, solo dar luz, agua…en condiciones asépticas…

Si esas células madres, bajo condiciones asépticas pueden diferenciarse y formar cualquier tipo celular con funciones tan variadas como almacenar carbohidratos, absorber agua, transportar nutrientes, otorgar rigidez o transformar la luz en alimento debe ser que las cascadas o saltos de señalización orientan el paso de información a receptores específicos que permiten luego expresar dicha información en el momento y el lugar justo, ni antes ni después.

Si se trata de información que se pasa de una célula a otra, de un tejido a otro y de un órgano a otro para obtener resultados específicos, productivos, mejorados, amplificados, debe ser que los mensajeros son veraces y voraces, transmitiendo la información que debe recibir cada célula en el momento justo, o cada ciudadano en el lugar que se encuentre, con las herramientas que posea…

Y serán las herramientas del entendimiento las que permitirán asociar, relacionar y repensar para realizar interpretaciones constructivas y hacer de su existencia en estos y otros días que vendrán un conjunto justo de información que permita crecer, expandir la conciencia, revisar hábitos, conductas.

Resulta que repasar con la mirada las mismas cosas todos los días, por el hecho de estar confinados a un espacio reducido da oportunidad al adaptar y adoptar nuevas posturas, nuevos hábitos que sean benéficos para nosotros y los que nos rodean, porque bien es sabido que, si la información que se difunde en el entorno inmediato no es positiva, constructiva, beneficiosa, automáticamente trasforma el medio y se desestabiliza el sistema.

 

¿Cuál es nuestro sistema, nuestro medio, nuestra realidad última y primera?

El paisaje de transición entre lo urbano y lo rural, lo rural y lo natural y lo natural y lo urbano permite visualizarnos en una cuadricula imperfecta que en equilibrio entre ellas permitiría y sustentaría la vida en cada uno de esos espacios, podríamos pensar que son 3 células que constituyen un individuo

o tres partes claves que constituyen la ciudad, la información, las señales, la materia, la energía, las personas fluyen de una célula a otra y de un ambiente al otro, cuando llega un ananá de Cerro Azul a una mesa de Posadas, un paquete de yerba barbacuá de San Vicente a una estación de servicio en

Jardín América, un cuento de la selva a los oídos de un niño en Tierra del Fuego, una talla Guaraní a un museo de New York, un virus a todo el mundo…

Hay mucho para pensar, el flujo de información, materia y energía es una realidad, pero nosotros elegimos el ananá en la mesa, la marcela y el jengibre en el mate, el cardenal y el ceibo en la costa de ríos y arroyos, el camino colorado y caminarlo, la respiración profunda de cara al litoral, partes de esta Mesopotamia subtropical, partes de un cambio climático interno, elegimos las manos en la cintura, no en los bolsillos, elegimos pensar que si las cosas están pasando para algo es, y lo vamos a descubrir, con actitud de introspección porque hay tiempo y porque es tiempo.

 

«Capaz todo tiene su parte de natural, su parte de artificial y su oportunidad para la reflexión y el cambio».

 

 

 

Escriben: 

 Mgter. Lic. Anahí Fleck 

Ing. Agr. Jorge Ignacio Escalante

 

 

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